Rocanrola Día 2 | Pasado, presente y futuro

Tras un primer día que acabó con todas nuestras fuerzas en los últimos conciertos, nos disponíamos a disfrutar de una segunda jornada de Rocanrola en Alicante con un cartel de lujo para los fanáticos del rap. Podemos decir que nosotros hemos sido unos afortunados por vivir muy cerca del recinto y descansar en nuestras casas por lo que volvimos totalmente recargados ya para el primer show del día.

A las 15:00 era el turno de un rapero al que el público o no conocía o estaba ansioso por verle, sin término medio. Al menos esa fue mi conclusión tras intercambiar algunas palabras con unos conocidos por el festival. Para los que hemos quemado “BBO” desde el día del lanzamiento, el anuncio de Hoke a última hora fue un subidón de adrenalina flipante. Cuando me lo comunicó mi compañero, fui corriendo a revisar el perfil de Instagram del Rocanrola porque no me lo creía.

Realmente, lo que ha pasado con Hoke no lo había visto con ningún artista. Cuando salió “BBO”, toda la escena mostró su apoyo al valenciano y alabó el trabajo porque sabían que no era un disco cualquiera. Fue como un suspiro de alivio, pues este disco lleno de incertidumbre estaba dejando un hype por las nubes y lo cierto es que las expectativas fueron más que superadas, algo que no era fácil. Y si miramos los días posteriores a su lanzamiento, solo nos encontramos con felicitaciones, récords, sold outs en conciertos y críticas catalogándolo como un disco que ya ha hecho y hará historia en el rap nacional. Casi nada para un artista cuya carrera acaba de despegar.

Volviendo al día en el que Hoke estrenó «BBO» en directo, desafortunadamente sin Louis Amoeba, debo decir que el recinto estuvo más lleno de lo que me imaginaba a pesar de ser las 15:00 del mediodía. Como he mencionado anteriormente, una parte del público se acercó a curiosear mientras que la otra parte estaba desesperada por que saliese el rapero valenciano. Y lo hizo con algo de retraso con un “Ojo de Halcón” que predicaba lo que nos íbamos a encontrar: unos 45 minutos de mil wordplays, estructuras y códigos.

A pesar de estar actualmente en el punto de mira, se notó que a Hoke le falta cierta experiencia encima de los escenarios. Es totalmente lógico teniendo en cuenta su edad y estoy seguro de que de aquí a unos años mejorará el triple. Líricamente suena igual de fino pero le falta esa personalidad y esa capacidad para dominar el escenario como la tiene, por ejemplo, Ébano, que apareció en el Rocanrola para presentar algunos temas de L2POE y “Olympique” junto a Hoke. Pero, en líneas generales, un directo muy prometedor del rapero en el que presentó “BBO” aparte de varios singles más antiguos como “96ers” o “Plusmarca”.

La épica de este festival conseguía que pasar de una promesa del rap nacional a un artista más que consagrado como Sharif fuese algo completamente racional. Era un retorno a las raíces, al sentimiento y a la epopeya más narrativa y costumbrista de un artista que se ha curtido en mil batallas.

Es un lujo tener encima del escenario al zaragozano y forzar una memorabilia del rap que ha sido trascendental con álbumes como «A Ras de Sueño», «Sobre los Márgenes» o «Bajo el Rayo que no Cesa». Pero es escuchar temas más actuales de su obra «De Inmensidades» y reconocer a la perfección al rapero de siempre.

Alumbró la soleada tarde de sábado alicantina con temas como «Migas de Pan», «La Primera Persona del Plural», «Lumbre», «Los Últimos Noctámbulos» o «Me Equivoqué». No era tiempo para la espectacularidad, era un concierto para cerrar los ojos y transportarte a las historias que relatan sus temas, donde no hay hueco para frases impostadas.

Le acompañó su inseparable Mxrgxn, quien aprovechó la exposición para interpretar uno de sus temas propios con faceta lírica. Qué dupla hacen estos dos y cómo se compenetran. La única pega que pondría al concierto sería que el volumen estaba muy bajo, tan bajo que se escuchaba de forma nítida mi voz al cantar sus canciones. Y no es que sea muy loable mi forma de cantar.

El caso es que estos dos primeros conciertos avivaron aún más si cabía las ganas de seguir disfrutando de un día histórico para la música urbana nacional. Y seguíamos en la corriente de clásicos, más derivada al estilo dancehall de una leyenda como Fyahbwoy. Era la primera vez que veía en directo al chico de fuego pese a haber tenido la oportunidad de charlar largo y tendido con él en una entrevista por su disco «Equilivrium».

Precisamente ese disco era la excusa para que el rey de la música jamaicana dentro de nuestras fronteras pisase el festival, pero no se iba a olvidar de deleitarnos a todos los presentes con una retahíla de clásicos que hicieron despertar a nuestros niños internos.

Estar en el foso de fotógrafos y que sonase «Siempre Hablando de Más» era una auténtica locura, pero salir a disfrutar con el público y escuchar otros temas como «Fenomenal», «Fuma Weed», «Forget & Forgive», «Blondapetit» o «Por Fumar» era todo un sueño. Si os soy sincero, ya no me acuerdo de las canciones que interpretó ese día, sólo sé que mereció la pena cada minuto que se vivió allí.

Y tampoco es que el directo de Swan sea muy ecléctico. Él solo frente al público, un panel visual trasero que acompaña y un público rendido a sus pies. Hay que felicitarle por todo lo bueno que ha hecho por esta cultura, siendo referente de muchos y ayudando a todos a conseguir la posición que en su día gozó él. Por ello, no se olvidó de su amigo Killah Man y lo sacó para interpretar juntos el banger «Entre Sombras».

Era ver a un clásico abrazando a la nueva generación, un gesto que se repitió con el concierto de ToteKing, abrazando las nuevas propuestas de su inseparable Enjoy Canoa y de un invitado de lujo como el Hoke. El concierto del Tote fue una nueva primera vez para mí. Tener frente a ti a alguien como él impresiona, pero ver la naturalidad con la que se dirige al público es incluso más impactante.

Él es consciente de la posición que maneja dentro del hip-hop nacional y de la idolatría que muchas personas deben sentir por su persona. Y eso no ha conseguido trastocar nada de una cabeza que sólo piensa en superarse día tras día. Se cree un tipo cualquiera sin ser nada de eso. Es una leyenda de esta movida, tanto que incluso Enjoy Canoa sigue sorprendiéndose cada día con estar a su lado de gira.

Y como el vino, mejora con los años. Disfrutamos como críos al cantar «Ni de Ellos Ni De Ellas» o «Botines», pero gritamos y saltamos como si no hubiera un mañana con «Matando la Liga» o «Bumaye» de su reciente pero ya clásico «The Kingtape». Entre medias también había tiempo para que el Canoa diese un golpe de estado en Alicante con la poderosa «Taco Taco» o que el revolucionario y olímpico Hoke interpretase «Oversize» junto al rey.

Todo lo que pasó durante su hora de concierto fue una clase magistral de lo que es hacer rap sin fisuras y directo al cuello. Todos los que pasaron por encima de ese escenario sentaron cátedra y dejaron el listón muy alto para el resto de artistas. Andalucía sería representada por muchos artistas ese día, pero todo comenzaría por ellos plantando la bandera en el suelo cual Neil Armstrong en la luna.

Todo salió bien a pesar de que Enjoy Canoa no estaba en el mejor estado de salud. Tampoco fue problema que las primeras filas estuviesen esperando desesperadamente la actuación de unos Natos y Waor que no llegarían hasta dentro de bastantes horas. Hay que rendirse hacia las personas que han formado parte de tu vida durante tanto tiempo y el Tote ha marcado un antes y un después en el género desde tiempos en los que ser rapero no era nada cool.

Y que referentes como él tiendan la mano a las jóvenes promesas de la escena es lo que se necesitaba para crear hermandad entre generaciones. La nueva escuela viene pisando fuerte y los old school tienen que recibir con los brazos abiertos a sus herederos, no poner trabas a su evolución artística. La única manera de seguir prosperando como género es cooperando y adaptándose a las nuevas formas de comprender la música. Y de eso el Tote sabe mucho.

Llegados a este punto, me apetecía estrenarme en el escenario Negrita para ver la sorprendente propuesta de un Killah Man que se está haciendo un hueco dentro del podio del reggae nacional a base de trabajo y constancia. El setlist estuvo impregnado de auténticos bangers como «Warrior», «Paso de Penas», «En El Abismo» o «No Valoran Na'».

Me sorprendió ver a una gran cantidad de gente disfrutando de su concierto entre el público pese a coincidir con uno de los nombres punteros del panorama como es Juancho Marqués. Y es que pudimos ver a una masa de adeptos a su música que cantaron todos y cada uno de los temas del artista catalán.

No os miento si digo que se le veía un poco comedido al principio pero que, conforme vio el buen recibimiento que estaba teniendo, acabó sacándose la vergüenza para demostrar lo que era capaz de hacer. Y un servidor, que fue para curiosear sobre su propuesta, acabó encantado y maravillado por lo que era capaz de transmitir a la gente, desde canciones movidas y alegres hasta otras con recuerdos de su madre.

El día estaba siendo magnífico y no tenía intención de aflojar porque lo siguiente que estaba por venir era la actuación de uno de los líderes del panorama actual. Delaossa creo que es el nombre que más representó el target al que iba dirigido el Rocanrola. Sus temas tienen la habilidad de gustar tanto a puretas como a la siguiente generación. Y es que con «Un Perro Andaluz» sentó las bases y demostró una evolución musical que ha seguido con “La Tour Liffee”. De hecho, esta semana está de estreno con un nuevo EP y, sinceramente, no sé con qué me encontraré (en el buen sentido).

El recuerdo que tenía de Delaossa en el primer y único directo suyo que vi no me dejó con buen sabor de boca. Tanto por el propio Dani, que se le olvidaban las lyrics, como por el contexto. Y es que un concierto en pandemia, en pleno verano, a las 18:00 de la tarde, con mascarillas obligatorias y sentados… No es lo más recomendable, la verdad.

No obstante, esta sensación se me disipó tras su paso por el Rocanrola. Es una locura lo bien que suena en directo. Orgulloso de su tierra, no soltó la bandera de Andalucía casi en ningún momento, centrándose en presentar “La Tour Liffee”, “Mal Agüero”, “Ojos Verdes” o “Bonita Lana”, temas más bien posteriores a “Un Perro Andaluz”, un estilo más cantado que parece ya una nueva marca personal estilística de Delaossa.

Llegados a este punto, había dos posibilidades: adentrarse en el clásico mundo del alicantino Nach o descubrir la fiesta que tendría montada Denom en la carpa de Negrita. Mi estrategia se basó en catar los dos conciertos, un contraste de sabores bastante extraño con dos propuestas para públicos completamente diferentes.

Si hablamos de Nach Scratch, hablamos de raíces. Empezó su carrera cantando en una casa okupa y ahora estaba interpretando sus temas más famosos en su ciudad natal frente a miles de personas. La sensación tiene que ser enormemente placentera para cualquier artista.

En lo que respecta al lado musical, hace tiempo que le perdí un poco la pista pese a haber sido mi faro musical durante un tiempo de mi vida. Me acuerdo de aquel móvil de botones que me llevaba a las excursiones del colegio y que tenía en repeat únicamente dos canciones: «El Camino del Guerrero» y «Juega».

Por el otro lado, teníamos a un Denom que recientemente pude ver en el Viña Rock y que llegaba a Alicante pensándose que no iba a tener público y viéndose sorprendido por el gran recibimiento que tuvo su confirmación en el festival. Él mismo lo confesó encima del escenario y decidió bajar con el público para celebrar con ellos un día tan bueno en lo profesional para él.

De su concierto tengo que destacar la imagen del festival posiblemente: subió a tres tíos algos damnificados por el alcohol a cantar «Solo Pienso en Ti» y el resultado fue más gracioso que emotivo. Anécdotas aparte, siempre es un placer poder contar con la actuación de alguien tan entregado como él.

Salíamos de la carpa mientras Nach seguía interpretando temas como «El Idioma de los Dioses», «Rap Español», los últimos trozos de un «Efectos Vocales» que fragmentó por partes y acabando con un «Rap Bruto» que puso todo el recinto patas arriba. En ese momento había que acudir al siguiente concierto y se nos hizo muy difícil por la cantidad de asistentes que había entre los dos escenarios. Era evidente que todos querían presenciar al siguiente grupo que pisaría el escenario del Rocanrola.

Todos querían ver la actuación de dos tíos que han marcado a toda una generación, los responsables de que sus fans estén orgullosos de sus cicatrices. Puede que hayas visto por las redes de Natos y Waor la foto con ellos en el escenario y todo el ejército detrás. Si impresiona solo de verlo, imagina vivirlo. Literalmente tuve que ir por las salidas de ambulancia para acercarme al foso porque era imposible moverse entre el público.

Podrán gustarte o no, pero que su legado será histórico es un hecho. Llevan tantos años dentro del rap game que hasta su voz es cada vez más desgastada. Lo mejor es que no son los mismos de antes. Supieron amoldarse, atreverse y evolucionar. La frase de Fer “Antes solo pensaba en vacilar y joder y ahora en el Serie 3 llevo la silla del bebé” resume bastante bien cómo empezaron y cómo siguen estos reyes de la generación pirata.

En lo relacionado con el Rocanrola, presentaron temas tanto de “Luna Llena” como de «Cicatrices” y de los distintos volúmenes de Hijos de la Ruina, además de varios singles como “Dispuestos a Morir”. Un directo de Natos y Waor es una mezcla de emociones a flor de piel con temas como “Septiembre” y éxtasis adrenalínico en tracks como “Cocaína”. La única pega que doy al show es el hecho de cortar la parte de Recycled J cuando se visten de Hijos de la Ruina. Me molaría que la cantasen ellos o el público, más que nada porque Jorge suele cantar tanto la parte de Gonzalo como la de Fernando en sus directos.

Se acercaba el final y muchos aprovecharon el concierto de Natos y Waor para enfilar el camino a sus casas. Sin embargo, aún quedaba mucha tralla, comenzando con el grupo que para mí tiene el mejor directo de toda la escena. Seguro que te suena su nombre, SFDK. Y es que no tengo dedos suficientes para contar las veces que he tenido la oportunidad de verles en directo pero no me canso de ellos.

Acción Sánchez y Zatu saben cómo transmitir adrenalina y poderío escénico. Para ello se ayudaron de unas llamas de muchos metros que fueron un verdadero problema para los fotógrafos que nos adentramos en el foso durante las tres primeras canciones. Nos avisaron, cierto, pero aun así no nos esperábamos que las llamas fuesen a ser tan grandes.

Si quieres saber qué canciones interpretaron, coge papel y boli porque su hora y media de actuación estuvo cargada de auténticos temazos del pasado y presente de los sevillanos: «Sin Miedo A Vivir», «Lucifer», «Cara B», «Pruébalo», «Orgullo Banderillero», «El Niño Güei», «Chúpala», «El Liricista en el Tejado» y un largo etcétera. Entre la gran retahíla de canciones pudimos ver la aparición de Fyahbwoy en «Todo lo que Importa» o el desahogo musical necesario de Legendario.

El concierto siguió hasta que todo el mundo se hizo la misma pregunta: «¿Dónde está Wifly?» A partir de ese momento llegaba una recta final con «Ovarios y Pelotas», «Años Muertos», «Ringui Dingui» y «Un Pobre Con Dinero». También una sorprendente «Yo Contra Todos» que no me esperaba pero que agradecí escuchar. Y todo esto disfrutando de un directo apabullante en todos los sentidos. Por muchos años más en los que no falte un concierto de SFDK.

Nos acercábamos al final del festival y había ganas de ir acabando por todo lo grande. Mientras que los más puretas estaban disfrutando de la locura de SFDK, lo más jóvenes iban reservando su sitio en el otro escenario para disfrutar de los reyes de su generación, Funzo y Baby Loud.

El Rocanrola era la última parada de la gira de los hermanos, algo que les hizo especial ilusión poder dar el último concierto del año jugando en casa. Nosotros veníamos de verles en un concierto pandémico llenando la Plaza de Toros y no hay ni punto de comparación entre un concierto con libertad y otro en formato sentado. Es puro disfrute.

Un directo de los dos hermanos es para ahogar las penas bailando, echar de menos a tu ex o todo lo contrario, sacar los pasos de tecno y vivir la vida sintiéndote joven para siempre. Han experimentado tantos géneros musicales que tienen un track para cada mood. Yo, por suerte, soy emocionalmente estable y no he pasado por tanto desamor como las lyrics de ellos dos, pero aún así, fue el concierto que más he disfrutado del festival. A mí dame un directo de Funzo y Baby Loud de 5 horas y estoy encantado.

Para nosotros, el verdadero cierre del festival fue con ellos dos.  No tanto por el gusto musical sino por las formas. Tras interpretar temas tan dispares como «Malibú Con Piña», «¿Dónde Te Espero?», «PUM», «Poca Suerte» o «Joven Para Siempre»; los alicantinos terminaron su paso por el Rocanrola con “Inmortales” que es justo el broche de oro perfecto para un festival. Pura fiesta.

Nos pasamos un rato por el concierto de Anier antes de coger el coche para despedir, por fin, un festival que acabó con todas nuestras energías a base de exprimirlas al máximo en cada momento. Agradecemos enormemente a la organización que nos diese la oportunidad de cubrir el evento y de traer a la ciudad de Alicante a una gran parte de artistas de la escena. Esperamos que la segunda edición sea tan buena o más y dejamos una pequeña sugerencia: traed a Alicante a Ill Pekeño y Ergo Pro, por favor.