Más santos que inocentes: devoción por Robe en Alicante

29 de junio. Llegó por fin el día que tenían marcado en el calendario los más de ocho mil asistentes que aguardaban frente al escenario de Área 12. Sedientos de rock y algo impacientes, pues los Robe no pisaron el escenario hasta media hora más tarde de lo previsto. Por supuesto, la espera mereció la pena.
Nada puede salir mal cuando se unen grandes músicos para presentar en directo sus composiciones. El compositor extremeño se ha rodeado de un equipo envidiable, del que me gustaría destacar la presencia del violín —a las manos de Carlitos Pérez— que complementa tan bien la música, los increíbles agudos que hace Lorenzo González y el recientemente galardonado como mejor teclista, Álvaro Rodríguez Barroso.
En cuanto al repertorio, el protagonista de la noche fue el disco “Se nos lleva el aire” (2023), que la banda tocó casi al completo a lo largo del concierto. Este larga duración es un gran trabajo que consagra la carrera en solitario del ex líder de Extremoduro, quien no deja de reinventarse. Eso sí, siempre dejando su sello personal, como esos versos libres que le gusta recitar entre canciones.
Tampoco faltaron temas de sus dos álbumes predecesores, como “Nana cruel”. Esta canción, por cierto, fue dedicada a los niños que viven en Gaza. No fue la única reivindicación explícita de la velada; el cantante hizo alusión a la fecha cercana del orgullo LGTB a través de una divertida rima en apoyo al colectivo. Además, Woody Amores mostraba en el reverso de su guitarra la bandera de los colores del arcoíris y el lema Stop genocide.
Volviendo al setlist de la velada, la formación también tocó algunas canciones de Extremoduro como “Dulce introducción al caos” y “Jesucristo García”. El público recibió con gran entusiasmo, como no podía ser menos, estos temas tan queridos. Himnos intergeneracionales que son parte esencial de la historia del rock transgresivo escrita por Robe Iniesta.
El vocalista demostró en Alicante estar por encima de nomenclaturas y estilos, haciendo una actuación digna de los grandes de la música nacional. A falta de más Extremoduro, esperemos que el aura de Robe siga regalándonos buena música por mucho tiempo. Y si es con músicos de este calibre, mejor.