Conociendo a Uzy

Diego Irigaray Costa (Monzón, 1995), conocido en el mundo del hip hop como Uzy, es un rapero y compositor español que busca dar rienda suelta a su capacidad lírica para hacerse un hueco en la escena. Tras haber trabajado en varias maquetas como «20» (2015), «La Liada» (2017) o «Trapistán» (2018), ha decidido embarcarse en un nuevo reinicio musical de la mano del productor alicantino Indominus Jack. También ha creado su propio estudio de grabación, Kio Records, con la intención de hacer de la música algo más que un hobby. Hablar con artistas como Diego demuestra que hay mucho artista con talento más allá de los cuatro nombres que se ven en todo momento.

El de Huesca nos mandó una biografía que diseccionamos para conseguir preguntas que envolviesen su figura musical. ¿Quién es Uzy? Es una pregunta que obtiene su respuesta una vez lees la charla que mantuvimos con él vía telefónica.

Pregunta: Cuentas en tu biografía que comenzaste tus primeros pasos en la industria influenciado por tu madre y tu hermano, que también son músicos. ¿De qué manera su influencia llegó a ti?

Respuesta: De forma arrolladora. Al crecer en un ambiente musical, en mi casa siempre sonaban discos de géneros diferentes a los convencionales que podías escuchar en las radios. Eso fue de lo primero que llamó mi atención. Por otra parte, mi madre, al ser pianista, siempre trató de inculcarnos la cultura musical en cualquiera de sus formas.

P: Pasaste una adolescencia musical en la que escuchaste sonidos como el funk, el rock o el punk; sonidos, como tú dices, disidentes a lo escuchado en la radio. ¿Crees que tu rapeo tiene destellos de este tipo de géneros?

R: Sí, por supuesto. Cuando has escuchado tanta música y tan diversa, esas semillas se implantan dentro de ti y es la mayor influencia que se puede tener. Es un pilar fundamental a la hora de la creatividad de un artista. Cuando estoy con una creación, consciente o inconscientemente trato de tener detalles que salgan de lo común, y eso va desde una palabra dicha de tal manera, un sonido, un flow… Todo eso es producto de la diversidad que se escucha.

P: Es un salto bastante interesante. Un giro de 180º grados hace que, con 12 años, descubras la cultura del hip hop. ¿Cuál fue tu primera impresión de esta cultura?

R: La primera impresión, aunque escasa, fue flipar. Recuerdo que pensé «¿Pero qué demonios es esto?«. Descubrí un género del que no se hablaba y era gigante. Tenía lo mejor de cualquier género musical sintetizado en uno, fue una bomba que me voló la cabeza.

P: ¿Qué artistas fueron los que más te llamaron la atención en un primer momento?

R: Los americanos, principalmente Eminem, 50 Cent, Biggie Small, Snoop… Sobre todo los de la costa oeste. En ese momento era muy niño todavía y no entendía las letras del rap español, escuchaba el yankee por los flows y las producciones, eran bestiales.

P: ¿En qué momento pasas de escuchar a los raperos americanos a querer ser parte de la propia escena?

R: Tardé uno o dos años en decidir ser parte activa de la cultura. Llegada la adolescencia sentía que tenía algo que decir y el rap podía ser perfecto.

P: ¿Tuviste algún tipo de inseguridad a la hora de publicar tus primeros temas?

R: Tuve muchas inseguridades, sumado a que estaba muy verde todavía. El sonido era muy guarro y oía la voz de la inseguridad que decía: «no lo hagas«.

P: Tu primera maqueta sale publicada en 2015 bajo el nombre de “20”. ¿Cuáles son los primeros problemas con los que te topaste al publicarla?

R: Seguramente que al venir con la euforia de sacar tu primera maqueta no se es nada objetivo: estaba llena de defectos, muy mal grabada, y al no saber absolutamente nada de la industria, cómo distribuirla, publicitarla etcétera, fue algo sin apenas repercusión.

P: Con retrospectiva y siendo leal a tus pensamientos, ¿cómo valoras esa primera maqueta que enseñaste al público?

R: Fue un primer ensayo, todo muy verde, muy poca idea de grabar, pero con destellos de por dónde tenía que tirar e ideas de todo lo que tenía que pulir.

P: ¿Cuál es la primera diferencia que percibes entre el Uzy de antes y el de ahora?

R: La primera es que he aprendido a trabajar, he encontrado un método que me hace estar satisfecho con el resultado. El Uzy de antes era anarquía cien por cien.

P: ¿Has cambiado también el tipo de música urbana que escuchas o, por el contrario, sigues siendo fiel a los mismos artistas de siempre?

R: Sigo siendo seguidor de los artistas que escuchaba, toda la movida de los 90. Lo que he cambiado es que ahora escucho aparte géneros fuera de la etiqueta “música urbana”. Antes todo era muy pureta y no salíamos de eso.

P: Tu segunda maqueta, “La Liada”, siguió la progresión ascendente que has vivido en tu carrera musical. A su vez, enseñaba que eras capaz de desenvolverte en varios estilos sonoros diferentes. ¿Cómo decidiste que querías moverte en diferentes sonidos dentro de lo urbano?

R: Fue una cuestión de necesidad, amo el rap hardcore y siempre será mi estilo, pero al abrirme a otros géneros y tener variedad también se abrió mi creatividad y ganas de experimentar.

P: La variedad musical siguió con “Trapistán”, un EP en el que aprovechabas para adentrarte en el mundo del trap. ¿Cuál fue tu experiencia con ese sonido, partiendo de que en 2018/2019 todavía había prejuicios en la escena respecto a ese género?

R: Muy buena, estaba pasando una depresión y la creación fue desde lo mas interior de mí. La recuerdo con mucho cariño y fue un rayo de luz para mí. Era otra oportunidad de aprender de nuevos sonidos, de descubrir nuevos artistas y de aprender de mí mismo, pero siempre con mi esencia en la letras. Los prejuicios no me importaron, no te puede frenar ni por un momento.

P: Según comentas, este fue el momento en el que abriste tu música y comenzaste a trabajar con productores de toda España para mejorar tu sonido y hacerlo más profesional. ¿Cuáles eran tus principales preocupaciones musicales en ese entonces para que la búsqueda de un sonido bueno se tornase “obsesiva”?

R: Pues que, pese a que en Trapist´´an había madurado bastante como MC, sentía que el sonido no estaba a la altura. Como he crecido escuchando todos esos discazos, el listón musical lo puse muy alto. En muchas ocasiones me frustraba porque al principio mezclaba yo mis propios temas pero no soy productor y no estaba enfocado en eso. Así que, de casualidad, descubrí un productor que hacía ese servicio y se me descubrió un mundo.

P: Ahora te has adentrado en el seasson pass de Indominus Jack para formar aún más tu aspecto musical. ¿Cómo llegaste a conocerlo tanto a él como a su ambición musical?

R: Pues lo conocí por lo que comentaba antes, buscando productores, sonidos… Al final todo está petado de productores, raperos, gente que quiere su pedazo de la industria. La experiencia que había tenido era un poco fast food, y yo estaba buscado un productor para trabajar más mano a mano. Con Indominus conectamos muy bien, además de que tiene un hambre bestial y está cien por cien implicado en el proyecto.

P: En esa ambición por superarte has montado tu propio home studio profesionalizado. ¿Crees que esa ambición es necesaria para que un artista pueda llegar a triunfar?

R: Pues no te puedo decir si es necesaria ya que no considero que haya triunfado de la manera que se entiende. Yo creo que sí, aparte de otras virtudes igual de importantes como el trabajo, el enfocarse y la humildad. Kio records es eso, el resultado de empezar desde cero y buscar tu hueco.

P: ¿Te obsesiona no llegar a un número mayor de personas?

R: Claro que quiero llegar al mayor número de personas posibles pero no de manera obsesiva como si fuese mi trabajo en sí. Al vivir con la música desde siempre me considero un romántico de ella, pero obviamente quiero que la gente reconozca mi obra.

P: Para finalizar, ¿cuál es tu pretensión futura en la música? ¿Tienes algunas metas marcadas?

R: Seguir experimentando, seguir llevándome al límite, seguir creciendo. Trabajar con personas que estén en la misma frecuencia, donde nos entendamos y darle mas cabida al audiovisual, videoclips, etcétera. Son cosas que me marco porque sé que por ahí puedo expandir mucho más mi propuesta musical.