Walls: Crónica de un joven rockero

Walls: Crónica de un joven rockero

Estamos viendo cómo los artistas que conocemos innovan constantemente hasta encontrar el sonido con el que dar el campanazo. La búsqueda del equilibrio entre comodidad y éxito se torna un fin para unos jóvenes cantantes que buscan labrarse una carrera próspera en el tiempo. Y precisamente el disco «Los Niños del Parque» es el clímax final de un viaje laberíntico entre arreglos y descartes de Walls, que se ha movido por diferentes sonidos hasta encontrar uno que le encaja a la perfección.

Esto, por mucho que cueste comprender, es una indagación necesaria para jóvenes de mente inquieta. A lo largo de los años hemos visto infinidad de propuestas musicales con un crecimiento que nada tiene que ver con el fin de su nacimiento. El grupo de groove metal por antonomasia, Pantera, comenzó siendo un producto glam más cercano a propuestas como Warrant o Poison. O, en similitud con el género urbano, no nos olvidemos de que Crema no tenía nada que ver con el folklore destilado por C. Tangana en su nueva faceta artística.

Los constantes cambios en la percepción musical de Ginés Paredes, alias Walls, han sido capaces de moldear una carrera que comenzó atropellada y ha acabado siendo un auténtico ciclón. Es la mejor propuesta cultural que he escuchado a un ex-batallero de freestyle nacional desde Rayden. Carisma, actitud y canciones que tienden a recordarse en el tiempo: esta es la fórmula con la que el murciano inició una gira que dio el pistoletazo de salida en la Sala The One de San Vicente del Raspeig.

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Walls | Foto: Juan Fernández

Y solo podemos decir este primer concierto fue un éxito con llenazo absoluto para recibir a un artista que triplicó números respecto a su anterior visita a la ciudad levantina. Y eso replicó su comportamiento efusivo, pues se dejó el alma en la interpretación de cada canción incluida en su setlist desde el momento en que pisó las tablas por primera vez.

El repertorio, huelga decir, tenía como principal protagonista un disco que ha marcado un antes y un después en su carrera. «Los Niños del Parque» es ese álbum que cualquier joven con inquietudes musicales y sangre rockera querría hacer. Warner ha conseguido sacar el mayor potencial de un Walls que defiende su música con rabia desatada en exceso.

Me parece bastante interesante la capacidad que tiene la nueva oleada de músicos urbanos de pisar el terreno puritano del pop-rock sin vergüenza y sin pedir permiso. La creatividad musical sin fisuras y en libertad revitaliza sobremanera un panorama que necesitaba aire fresco y sangre nueva.

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Walls | Foto: Juan Fernández

Ginés Paredes pisó con fuerza la madera de la sala The One frente a una legión de seguidores que no se dejó ninguna de sus letras por estudiar. La banda y él se mostraron en sintonía con unos outfits muy noventeros y con un humilde telón de leds presidiendo la parte superior del escenario.

Sonaron temas como «Matadora», «Anestesia», «Complicao», «Malos Hábitos», «Volver a Llorarte» o «Yo Quería Ser Bueno»; marcados por un aguerrido temperamento de un Walls imparable. Y, aunque no pudo colaborar con Alba Reche en «Todo Mal» ni con Funzo y Baby Loud en «Reventar la Ciudad», se llevó a Daniel Sabater para cantar juntos «Partirme la Cara».

No se dejó en el tintero ninguno de sus temas más representativos: «Qué Bien Te Quedaba», «En Dos», «Mi Nave», «Mírame», Si Me Muero», «Podría Estar Peor :(«… E incluso dio tiempo de estrenar en primicia una nueva canción con aires más cercanos a su EP «38º».

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Walls | Foto: Juan Fernández

El examen para jóvenes rockeros estaba siendo aprobado con creces pero quedaba una prueba ineludible para cualquier artista: los bises. Tras hacerse un poco de rogar, Walls y su banda volvieron al escenario para finalizar su actuación con una retahíla de canciones que incluían su última publicación «Cuesta Arriba», los duetos con Hens en «Tan Vacío» y «Me Encanta(s)», y la magna «Los Niños del Parque».

Concluía así un concierto que nunca bajó el listón ni en los momentos baladísticos. Hubo interacción constante con el público, BeReals de fans e incluso pogos con el propio artista entre la gente. También algún fallo del ordenador en los últimos compases del directo, pero todo esto lo convirtió en un concierto de lo más especial.

Ahora, habiendo reposado su actuación, puedo decir que fue un arranque de gira inmejorable. Los nervios de la banda no fueron suficientes para ennegrecer una actuación sobresaliente. Y cabe decir que, con la poca experiencia que tiene Ginés, que sea capaz de llevar a cabo semejante actuación sólo nos reafirma el gran artista que es. Ese día todos los que estábamos debajo del escenario éramos esos niños del parque a los que va dirigido éste álbum. Y Alicante se rendía a sus pies.

Juan Fernández

Codirector en busca de un estilo claro. Del hip-hop al rock y tiro porque me toca.

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