Seven | Procesos para ordenar el caos
El siete es el número que pone límite a la cordura de Iván Pomares (Elche, 1993). Seven es un artista ilicitano que lleva toda su vida adolescente y adulta perfeccionando una faceta musical que lleva a flor de piel. Comenzó a hacer música junto a Runs y crearon lo que fue posteriormente Brother Selected. Posteriormente, decidió dar rienda suelta a sus inquietudes personales con una carrera en solitario que cuenta con tres álbumes conceptuales: «Diario Personal» (2016), «Caos» (2019) y «Orden» (2021).
Precisamente quedamos en su ciudad para hablar de este tercer disco, el que le ha llevado a ordenar sus ideas y a pasar del caos al orden. Me llevó al lugar donde ordena todos sus pensamientos, un bar heavy en medio de ninguna parte. Ahí, tuvimos una charla muy interesante en la que conversamos como dos amigos que se conocían de toda la vida. El móvil registró las declaraciones de un artista que tiene las cosas muy claras pese a no vivir de la música. Toma asiento y disfruta de una entrevista de lo más natural.
Pregunta: En dos años has pasado del caos al orden. ¿Cómo ha sido este tiempo de ordenación de ideas en tu cabeza?
Respuesta: Precisamente creo que hacer «Caos» me sirvió para ordenarme. Fue la cura y la consecuencia de hacer orden. Hacer un disco tan amplio como era aquel es un trabajo muy duro, pero tuve la suerte de que para mí fue una época que disfruté mucho. Eso hizo que reordenase mis ideas hasta tal punto que no tenía pensado sacar este segundo disco. Pero cuando tienes una buena etapa creativa te salen nuevos temas y llegué a un punto en el que me salían letras que brillaban y que no eran tan oscuras como «Caos». Fue ese momento en el que pensé que en todo caos siempre tiene que haber un orden.
P: ¿Qué significa «Orden» para ti?
R: Significa una etapa de orden en mis ideas y salir del bache. Conseguí reordenar esos rayajos que había en mi cabeza y darles un sentido. Es, digamos, un reflejo de mi estado mental después de «Caos».
P: La teoría del Caos es la rama de las ciencias que explica que pequeñas variaciones en un momento inicial pueden provocar grandes cambios en el comportamiento futuro. ¿Crees que tus actos pasados han hecho que este disco pueda salir a la luz?
R: Desde luego. Cuando estaba pensando en esa teoría del caos, me acordé de mis inicios en la música. Ahora pienso en ello y veo en retrospectiva cómo me ha cambiado la vida desde entonces, sobre todo a nivel mental.
P: ¿Por qué decidiste adentrarte en la música?
R: Todo fue por brindar un chupito de tequila con mi antiguo compañero de grupo Runs, que un día en su casa nos dio el venazo de hacer una canción juntos aprovechando que él había empezado a escribir. Ese brindis fue una bonita manera de sellar un acuerdo, como un pacto entre componentes del grupo. Y a partir de ahí es donde fue cambiando mi vida y comencé a encontrar ese sentido.
P: No obstante, podemos comprobar que «Caos» está formado por 14 temas mientras que «Orden» se compone de 7. ¿A qué se debe esto?
R: Creo que estas canciones son las que debían estar. Ni más ni menos. Muchas otras letras las descarté, posiblemente para no sacarlas nunca, y otras las tengo guardadas para más tarde porque creo que no acaban de encajar totalmente con el concepto de «Orden». También incluye algo de frikismo mío: «Diario Personal» tiene siete temas, «Caos» tiene catorce y «Orden» vuelve a tener siete. Me parecía poético debido a mi obsesión con el siete, por eso me llamo Seven (risas).
P: A pesar del número de temas, se nota que hay una mejora en la calidad sonora respecto al trabajo anterior. ¿Influyó en algo la pandemia para esta mayor profesionalización técnica?
R: Yo creo que sí. No sé si los mejora pero hay muchos temas escritos durante la pandemia tanto de los publicados como algunos que aún no han salido y que son de lo mejor que he compuesto nunca. Ese tiempo fue clave para organizarme la idea definitiva de sacar este EP y me dio más tiempo para pulir y acariciar cada detalle.
P: El EP comienza con un “Haberme Equivocado”, una discusión contigo mismo que recuerda mucho a frases como “la música no me salva de ti sino de mi”. ¿Necesitas la música para desahogarte?
R: Por supuesto. En el último concierto que di en Sala Babel (Alicante) hablaba sobre este complejo que tenemos los seres humanos en relación con el psicólogo, pues aún se ve como algo muy estigmatizado. Al final el psicólogo es un médico como cualquier otro. Entonces yo, gracias a la música, de momento no he necesitado ir al psicólogo porque he tenido el soporte de la música para desahogarme. Pero sin ella tengo muy claro que me hubiese hecho falta ir.
P: En un momento en el que hablar de problemas mentales está dejando de ser tabú, se puede ver cómo la terapia está siendo mejor recibida por la gente. Pero tú, allá por 2016, ya usabas la música para vaciarte por dentro en tu “Diario Personal”.
R: De hecho el tema al que haces referencia llevará escrito desde el 2014 por lo menos. En esa época ya comenzaba a sentir esa necesidad de escribir cosas más introspectivas y esa fue una de las cuestiones por las que necesité sacar «Diario Personal». Era un cúmulo de letras frágiles que no pegaban con el contenido de Brother Selected y decidí sacarlo en solitario.
P: Y no solo como terapia mental, también me viene a la mente uno de los temas más brutos de toda tu carrera. “Sociedad de Mierda” es una auténtica oda a la crítica social sin pelos en la lengua. ¿Por qué has dejado aparcada esa faceta más cruda?
R: Estadísticamente, al ser un EP de pocos temas, tuve que descartar algunos y quedarme solo con una parte de las letras que tenía escritas. Como excepción, «Como Me Da La Gana» podría ser el tema que más exterioriza los problemas que percibo desde fuera. Quizá es por ese método que tuve de ordenarme la cabeza y de buscar más en mi interior que en el exterior.
P: En este EP podemos ver que intercalas canciones enérgicas con otras más íntimas, característica que también podíamos ver en “Caos”. ¿Incluir variedad musical en los discos es una de tus premisas?
R: Sí, y creo que es reflejo de la variedad musical que escucho. Consumo todo tipo de música y, aunque no me termine de convencer un género concreto, jamás le hago ascos. No tener ningún estigma en ese sentido creo que me ayuda sin yo darme cuenta. Lo malo de no escuchar más estilos de música es que, cuando tú creas, te limitas a lo conocido y sonarás igual todo el rato.
P: ¿Te sientes más cómodo en temas coreables con beat más old school o en otros más introspectivos?
R: Es complicado porque tengo patente esa dualidad en todo momento. Depende la circunstancia me sentiré más cómodo en un registro o en otro, pero de quedarme con uno elegiría la íntima porque me salva más la vida que la otra. A veces he intentando forzar otros ritmos como experimento, por ejemplo el reggae, pero no me he acabado de sentir cómodo porque creo que eso llega sin tener que forzarlo.
P: En “Tercera Persona” cuentas con la colaboración de Barbé, una persona que además te acompañó en la presentación del álbum en Sala Babel. ¿Cómo se cruzaron vuestras carreras?
R: A Barbé lo conocí hace unos cinco años. Nos cruzamos un par de tuits halagando nuestros temas y derivó a una relación profesional en la que podíamos aprender muchas cosas el uno del otro. Buen rollo y admiración que se acabó convirtiendo en amistad. De ahí pasamos a grabar una colaboración para su disco y digamos que me quedé con la espinita de que él saliese en un tema mío.
P: Y pensaste que este tema era el idóneo.
R: «Tercera Persona» era un tema para el que tenía escrito el estribillo y mi estrofa, y me cuadraba él en una segunda estrofa porque Barbé ya había trabajado anteriormente con el productor Combo West. En cuanto se lo dije no lo dudó en ningún momento, se escribió su parte y se vino a grabarla a mi casa.
P: No me puedo olvidar de un “Orden” que da nombre al disco que, para mi, es el mejor tema que has compuesto. ¿Cómo fue crear una pieza tan grande como esa?
R: Fue un auténtico berenjenal (risas). Es de las cosas que más curro hemos tenido que invertir pero al final es algo de lo que te sientes súper orgulloso. Desde que escuché la instrumental de Baghira y Gradozero, vi la necesidad de comprarla sin saber qué iba a hacer con ella. Me conquistó enseguida. Y en la pandemia me vino a la cabeza hacer un homenaje a todas mis canciones anteriores hasta la fecha y comencé nombrando todas las canciones desde la primera estrofa. Y a partir de la segunda decidí comenzar a nombrar canciones que en ese momento aún no habían salido como las de este EP u otras que aún no han sido publicadas.
P: Además, el tema es único no solo por la letra sino también por la guitarra, el scratch, la explosión final… Por un videoclip que está cuidado al milímetro.
R: Claro, cuando ya teníamos el concepto de homenaje tuvimos que pensar cuál sería la mejor forma de adaptarlo a un videoclip. Era el fin de una trilogía pero también como homenaje a la música en general y en concreto al hip hop. Ahí englobo las pinceladas que más me gustan del género cuidando que todo encajase bien. Y ahí surgió esa paranoia de clip (risas).
P: ¿Ya tenías la sensación de banger antes de grabarla?
R: Pocas veces me ha pasado eso. Creo que el amor que le tengo a ese tema viene provocado en gran medida por su instrumental. Me gusta tanto que mi parte me da igual (risas). Cuando grabé el tema pensé que si a la gente le gustaba la producción la mitad de lo que me gustaba a mí, sería uno de los temas de mi carrera. Pero no tenía una sensación de banger más allá del amor que le tengo a la instrumental.
P: Siempre se habla del rapero pero poco del productor, ¿cuán importante es su figura para ti?
R: Si la gente dice que el productor es el 50% de una canción, para mí en muchas ocasiones es más. Hay muchas canciones que se han hecho famosas y se escuchan únicamente por la instrumental. Yo siempre intento darle crédito tanto a los productores como a cualquier otra persona que trabaje en mis proyectos de una manera justa. Siempre hay que pagar las instrumentales, y siempre que sea posible hay que ir a por la licencia más exclusiva, pues eso te ayudará tanto a ti como a la persona que hay detrás del beat.
P: Es interesante ver que publicaste el videoclip en septiembre del pasado año. ¿Qué hizo que se ralentizase el proceso de gestación del álbum?
R: La dichosa pandemia. En general, ha habido un cúmulo de fechas entorno a la creación del disco que he tenido que retrasar porque mi idea no concordaba con las posibilidades que delimitaba la situación. Creo que la opción correcta era retrasar la publicación del álbum para que el resultado fuese lo que yo quería desde el minuto uno. Además, septiembre es el séptimo mes en el calendario romano (aunque aquí sea el noveno). Creo que he conseguido mantener ese nivel de frikismo entorno al número.
P: Poco se habla de lo que hay detrás de cada canción. Grabación, masterización, grabación del video… ¿Cuán costoso es todo este proceso para un artista que no vive de la música?
R: Hay muchísimo trabajo detrás que no se ve. La cuantía de lo costoso que puede llegar a ser ese proceso lo atribuyo más al tiempo invertido que a lo económico. Que no quiere decir que no sea importante, de hecho he perdido casi 2.000€ con este disco, descontando lo recuperado. Pero ya te digo, el tiempo es muy importante. Prefiero dedicarle 12 horas a una canción para pulir cualquier tipo de detalle que hacerlo en una hora. También soy algo autodidacta y tengo la capacidad de hacer a mi nivel algunas de estas labores yo mismo. Y esto consume mucho tiempo, tanto que tienes que sacrificar algunos momentos de tu vida por ello.
P: Me gustaría profundizar más en el Seven de antes. Comenzaste con Brother Selected, un grupo que se fue haciendo cada vez más grande hasta su parón indefinido. ¿Cómo recuerdas tus inicios en el mundo del rap con ellos?
R: Los primeros recuerdos me vienen con aquel chupito de tequila. A raíz de ahí estuvimos Runs y yo solos rapeando sobre bases que encontrábamos por ahí. Con el tiempo nos dimos cuenta que necesitábamos un DJ y primero tuvimos a Koder y posteriormente vino Diro Brarec para quedarse. Esa formación era perfecta pero somos unos culos inquietos y Danni García se unió con su guitarra, sin hablarlo personalmente, como el gato que te persigue y, cuando te das cuenta, se ha quedado contigo cinco años.
P: Un grupo que finalizó con un impactante comunicado oficial.
R: Sí, las personas tienen su vida y cambian. Llevábamos alrededor de 10 años juntos y los gustos de cada uno ya no eran los mismos. Se nos hacía cada vez más complicado quedar personalmente para tocar y llegar a acuerdos musicales para crear nuevos temas. Y tras varios intentos fallidos decidimos hacer un parón que no sabemos si será para siempre. Brother Selected era una barca con cuatro personas a bordo y, si no están remando todos a la vez en la misma dirección, no haces nada. Si solo rema el lado derecho, te quedas dando vueltas.
P: Con todo esto, ¿fue costoso consolidar tu proyecto en solitario?
R: Fue bastante duro encontrarme con la situación de estar solo contra el mundo y precisamente «Haberme Equivocado» habla de eso, de cómo me sentí justo en ese momento. Por eso mismo esta nueva etapa comienza con esa canción.
P: Ahora buscas depositar tu descanso en nuevos mecanismos como Twitch. ¿En qué momento decidiste entrar en el mundo de los directos?
R: Como casi todo el mundo, fue derivado de la pandemia. Tenía más tiempo libre, me enganché a otros canales y descubrí que había gente haciendo música en directo. Y pasé de consumir a otros creadores a generar mi propio contenido. Cuando tenía que grabar un tema, masterizar o incluso modificar alguna pista, hacía lo mismo que siempre solo que dando al botón de grabar y acompañado de gente.
P: ¿Qué diferencia tiene para un músico Twitch respecto a YouTube?
R: A diferencia de YouTube, Twitch tiene una búsqueda por categorías muy intuitiva que hace que la gente pueda llegar a encontrarte y conocerte de forma muy sencilla. En YouTube nadie se pone a buscar qué nuevos músicos hay en la categoría «Música», y es una posibilidad que Twitch sí te da.
P: ¿Te da mayor repercusión mediática?
R: Por supuesto. Algo como darte a conocer es muy complejo y la plataforma lo hace mejor de lo que lo harías tú mismo (risas). Hay gente que con esa tontería ha acabado escuchando mi música, apoyándome con la compra de merchan e incluso asistiendo a mi último concierto.
P: Hemos visto contenido muy variado y también hemos podido notar que cuentas siempre con la ayuda de Laura, a la que también se le puede percibir en el coro de algunos de tus temas. ¿Qué te aporta ella a nivel profesional?
R: Yo siempre digo que es la persona que termina mis temas. Yo puedo hacer una tarta muy buena, pero siempre viene ella detrás para colocar la guinda y pasa a estar increíble. Es verdad que ella tiene menos experiencia musical en muchos aspectos pero tiene un talento natural con esa voz. No sabe teoría, pero cuando escucha la música sabe lo que tiene que hacer en cada momento.
P: ¿Es el punto diferencial de tus canciones?
R: Tanto que ahora en los directos me acompaña encima del escenario. Me ha costado convencerla pero estoy muy orgulloso de ella cuando veo que ha conseguido superar sus miedos. Es mucho más profesional de lo que ella misma cree, se sube al escenario y lo transforma. Es una artista. Ella no lo sabe, pero es una artista.
P: Es tu andadura en solitario pero no estás solo, ¿qué sería de Seven sin la gente que te ha ayudado estos años?
R: Posiblemente sería un tipo que querría hacerlo todo y no podría hacer nada. Sin la ayuda de toda la gente que me apoya musicalmente me frustraría y lo acabaría dejando.