Review | Tremenda Jauría – Codo Con Codo

El salto que ha dado el cuarteto madrileño es digno de admirar. Haciendo un estilo de música diferente, alejado del lazo patriarcal del género y con un sobrado derroche de carisma, han despuntado en la escena estatal como las pioneras en su parcela. Porque se puede luchar bailando, porque se puede oír reggaetón sin ser un tabú.

Tomándose en serio el espectro musical, Tremenda Jauría no ha dejado de crear contenido artístico desde sus inicios. Con “Mordiendo” (2016) y “Cuentas Pendientes” (2017) en segundo plano, le toca el turno al EP “Codo Con Codo”. Un disco donde se aprecia la evolución de la banda, prefiriendo ahondar en el sonido sacándole más partido a las melodías latinas.

Abre el trabajo “Por Todos Lados”, una nítida declaración de intenciones innovadoras. Con los pilares de buena vibra, letra con mensaje y libre autotune intactos; el moombathon se gana un espacio en el EP con solos electrónicos que les aporta un rasgo house inusual.

Con “Nos Cuesta” vuelve la premisa latina con base dembow pero incluyéndole este registro electro. Fue el segundo single de presentación y en el muestran ese proceso evolutivo plano manteniendo esa dualidad de ámbitos melódicos. Una transición de sonidos que comienza con unas vocales arrastradas que van creciendo hasta conseguir una gran obertura. Sin duda, va a calar muy bien entre sus fans acérrimos.

Pero si hablamos de reggaetón puro hay que hablar del primer cartucho quemado “Hazme Una Perdida”. Un futuro clásico de Tremenda Jauría por su poderío, su intensa capacidad de recuerdo y, en general, por el hit que es. Con su potencial para crear bailes partisanos, es un tema 100% suyo. Toda la esencia del cuarteto se encuentra aquí.

Esto se acerca al final y el EP sube la temperatura con “Codo Con Codo”, una latina producción con base clásica e incesantes cambios de ritmo. La adrenalina sube al tiempo que el volumen, perfecto para sudar disfrutándolo. Me atrevo a decir que es el track más completo estructuralmente hablando. Directa al recuerdo.

Para finalizar, una cumbia más lenta y atropellada con “¿Dónde Vas Corazón?”. Igual hubiese preferido acabar con una canción más rápida pero no desmerezco en absoluto a esta. Ese final solista que arranca el último tercio pone la guinda diferente a un tema algo unísono que, en su entonación, se asemeja al lejano “Tango’s Club” de La Raíz.  No sé si alguien más habrá captado esta similitud o el problema lo tengo yo.

En resumen, era exactamente lo que se esperaba de ellas. Un disco dicharachero sin despistes. Promueve el baile y la fiesta pero siempre alerta de lo que sucede. Un Flow partisano de los que solo ellas saben crear. Además, autoproducirlo en su propio estudio La Barraka no hace más que corroborar esta grandilocuencia musical. Tenemos ante nosotros la respuesta directa al movimiento clasista en contra del reggaetón, tenemos a Tremenda Jauría.