Review | Inze Brashier – Invisible
La industria siempre ha sido el cáncer de la música. El triunfo siempre ha ido ligado a la popularidad que los artistas tenían en los medios de comunicación, generalmente radios, para exponer un contenido que podía carecer o no de calidad. Y esto siempre ha desembocado en la invisible situación de otros muchos músicos que han luchado por hacer de su música su modo de vida. Quizá por eso nacemos los pequeños medios especializados, para dar voz a gente que no la tiene. Y esta crítica se basa en el análisis de un trabajo nacido de la calle, de lo más underground, con una venta pequeña de 50 tiradas. Y de esas, nosotros poseemos una.
Inze Brashier es un rapper de Torrejón de Ardoz (Madrid) que lleva dándole duro a la cultura desde 1998, año en el que aún no habrían nacido algunos de los MCs que hoy están en lo más alto del género. Su estantería recoge 11 trabajos propios y un EP: «Nueva Era» (2003), «Ke Kalle El Mundo» (2004), «Promo» (2005), «Mixtape» (2006), el EP «Luna Negra 06» (2006), «Free Mixtape» (2008), «Free Mixtape Vol.2» (2008), «Free Mixtape Vol.3» (2009), «Everyday 2007-2010» (2010), «Desde Cero» (2011), «El Silencio Me Hará Libre» (2015) y este «Invisible» de 2020.
Habrá algún privilegiado que tenga toda esta discografía en su propiedad, pero en lo que nos vamos a centrar ahora es en su más reciente publicación. Cincuenta minutos de crudo rap recién exportado del barrio, con 15 tracks que conforman un álbum brillante pero con temas sueltos que brillan por sí solos. Es la importancia de hacer música desde el cariño y el respeto hacia este hobby que puede ser profesión para unos pocos.
Creo que es necesario que los portales web den oportunidades a raperos que tienen muchas letras que soltar pero pocos focos de difusión. El rosco arranca con «4 Años Después», un inicio que muestra la pesadez del tiempo y el retorno de Inze al micrófono. No se le ha perdido nada por el camino y muestra unas métricas poderosas pero con referencias a un pasado que se quedó atrás con «KDB 4 Life Siempre». La rabia personificada en palabras se torna en recuerdos que han ayudado en la maduración de un artista. La dualidad de lo que se fue ayer y lo que se es hoy en día.
En este trabajo no hay cabida para letras vacías y rimas onomatopéyicas. Aquí toda frase tiene su razón de ser, al igual que las colaboraciones. No hay mayor privilegio que juntarse con los colegas para fluir sobre una base y este disco tiene la firma de otros MCs con grandes cualidades que yo desconocía. En el tema «En el Barrio» entran en juego las voces de Bielow y de Arki para representar la cultura del comienzo y del sacrificio, como sentimiento de hermandad.
Pero no todo es del mismo color. «Solo» refleja la sensación de ansiedad que siente alguien al no tener nada, aprendiendo a convivir con la soledad. Este track, dentro de su tono sombrío, es un mensaje que refleja la cruda realidad de muchas personas que se sienten perdidas, sin nada. Pero si hasta ahora habíamos visto una versión más callejera del género, aparece el reconocido Daniel Vince (Dolcce Rotta) para aportar melodías propias de principio de siglo con «#REMEMBERTHEHOODTIMES PT.2», con rimas más abiertas y acompasadas. Porque cada tema tiene su propio espíritu. No es lo mismo escuchar la colaboración con el PHA187 que el bombo caja clásico de «Nunca Dejes de Creer».
El Cholo Simeone parece haber producido este tema de auto-superación, con símiles de grandes piezas de la historia del club como Fernando Torres, Gabi, Falcao o el capitán Koke. Y continúa la línea del mensaje por encima del brillo con «Esperanza», una halo de positivismo con un estribillo coreable que se queda grabado en el subconsciente. Esta vez es Menfo el que acompaña a Inze Brashier en uno de los mejores temas de este trabajo, en mi opinión, por el mensaje que rezuma su letra.
Pero lo mejor estaba por llegar. Hay dos temas que se llevan la marca de excelencia. «Mi Infierno» e «Invisible» son dos balazos directos a la cabeza que se convierten en auténticas obras de arte en cada escucha. Siendo sincero, si estas dos pistas las sacan artistas de renombre, estarían durante meses sonando en todos los lados. Pero, como evidenciaba al principio, el underground no parece interesar tanto.
El álbum se va acabando pero, hasta que eso llega, tenemos tiempo para escuchar otros importantes temas como «Kogarashi» en colaboración con G. Soldier y Soukin. La elección de las colaboraciones también tiene su diversidad sonora, siendo todos grandes artistas con una proyección importante.
Con «No Importa Ya», Inze escribe versos a su estrella llegando a desatar tormentas. En el aspecto lírico, puede ser perfectamente el mejor track del álbum. El MC madrileño nos deja frases que marcan, hasta tal punto de conseguir la doble escucha. «»No creo en Dios, solo en mi padre, mi madre y mi consecuencia«. Lo que parece cierto es que el rapero ha resucitado y parece tener cuerda para rato. Aun «Crucificado» tiene fuerzas para apoyarse en la música y hacer auténticas delicias para el oyente. Finalmente, con un remember track como «Smokin’ cierra un disco lleno de referencias y necesitado de varias escuchas para escurrir todo el buen contenido que destila en sus composiciones.
Esto es una clara expresión sobre la importancia de la música de barrio, de la calidad que reside en el underground. Porque aunque salieran del mismo sitio, los artistas que suenan en los principales eventos y festivales de rap ya no son under por mucho que sus bocas repitan la palabra. No es nada malo, de hecho sigo escuchando a artistas que ahora mismo están triunfando como Ayax, FernandoCosta o Foyone; pero como dijeron los maestros: llama a las cosas por su nombre.
Lo que me molesta es no poder llegar a todos los artistas que están haciendo buen material. Si conocéis a compañeros que están haciendo buena música, maquetas que suenan potentes o cualquier cosa: difundid, ayudaos entre vosotros y no os rindáis. Además, nosotros estaremos aquí para quien lo necesite.
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