Review | Carmen Xía – La Herida
El aire andaluz es capaz de impregnar todo de sentimiento y garra, siempre siguiendo el ejemplo de una cultura que ha conseguido exportar al exterior la esencia de todo un país. La cultura andaluza vivió durante años de constantes influencias atraídas de pueblos que pasaron por esas tierras de ensueño. La España de la cultura, del folklore, de las raíces. Se pasó del costumbrismo andaluz a la retahíla de generaciones de escritores que portaban en su mayoría acento del sur. Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda…
Estos nombres, conocidos por todos los que estéis leyendo este artículo, tienen algo en común: Son hombres. La historia acaba anclando en el recuerdo aquello que le interesa. Y sobra que diga que esto no es un desprestigio hacia esas personas que alumbraron con sus escritos revolucionarios una cultura que veía en ellos la esencia más primaria de ser un artista de las letras. Sin embargo, Andalucía también fue la tierra de referentes como la poetisa del Siglo de Oro Cristobalina Fernández de Alarcón, la periodista (y una de mis referentes) Carmen de Burgos, María Isidra de Guzmán o Aurora Fuster Gallardo, apodada como la gran dramaturga de su tiempo que fue asesinada por su marido con tan solo 23 años.
La cultura de las letras en el sur ha tenido verdadera importancia a lo largo de los siglos, siendo el desencadenante de esta en la música la que ha ostentado una mayor admiración por todos. Y este recorrido introductorio era necesario para presentar a la artista de la que hoy toca hablar. Una artista que en sus influencias puede tener a personas que han sido lumbre de la cultura nacional como Lola Flores o Marifé de Triana pero que sigue buscando la luz que dejó como guía Gata Cattana. Es en esta variedad estilística donde Carmen Xía (Isla de San Fernando, Cádiz) ha encontrado su focalización artística.
Por ello, ha llegado el momento de presentar su primer trabajo discográfico «La Herida» (Propaganda Pel Fet, 2022), un álbum de 11 cortes en el que decide desgranar su alma y hacer sentir al oyente, sintiéndose empoderada por un acento que es protagonista principal del disco. Dignifica su papel como andaluza y desde el primer track «Puerta çin yabe», refleja la posición del dialecto andaluz, una variedad lingüística que últimamente está en boca de muchos y que ha sido ninguneada por gran parte de la sociedad mediante críticas y reproches.
A simple vista se puede ver la simbiosis explicita entre raíces tradicionales y modernidad, sabiendo usar la copla y el quejío sobre producciones muy actuales. Pero este no es el único potencial que se descubre de Carmen Xía en este álbum. Ella es capaz de escribir letras que puedan parecer cómicas en primer término pero críticas en su fundamento. Esto se puede ver a la perfección en un tema como «La Juani», donde detrás de un estribillo más que pegadizo se encuentran segundas lecturas interesantes de desgranar.
Y he de ser honesto conmigo mismo y con todos los que estén leyendo esto. Cuando conocí la existencia de esta artista, gracias al sencillo «Orguyoça», por encima del rapeo me sorprendió ese sentimiento andaluz arraigado en una discográfica como Propaganda Pel Fet!, siempre tan centrada en el papel catalán y valenciano de la música. Creo que fue un error por mi parte prestar más atención a ese aspecto externo en lugar de ceñirme al contenido del tema, al mensaje de reivindicación de unos orígenes, de unas raíces. Sacando la garra por un acento que se ha visto doblegado por la neutralidad demandada por un sistema cultural mal planteado.
Creo que fue Manu Sánchez, conocido humorista y presentador de televisión de Dos Hermanas, quien me hizo percatarme del maltrato que había vivido el acento andaluz respecto a otras entonaciones no tan maltratadas. «La ele catalana es burguesa de la alta alcurnia de la fábrica de textil… Que le saca el beneficio al algodón que recogía mi abuelo«, declaró públicamente. «Nosotros tenemos que corregir nuestro acento porque es un acento de pobres y la zeta puede hacer pensar a la gente que mis abuelos recogían aceitunas o algodón«. Y las letras de Carmén Xía me acercan a ese momento, al segundo en el que interioricé esa rabia andaluza. Creo que no hay mejor piropo que una obra pueda transportar a cualquier persona a un instante concreto de su vida.
Y en «La Herida» tenemos cantos y lamentos de situaciones que han creado una atmósfera guerrillera. Temas como «Iha de Mi Çangre», «Cantiña a la îl-la» o «Êppuma y Râttrohô» marcan las directrices de su obra. Una obra muy personal e intimista que puede maravillar a muchos y no saciar a otros tantos. Creo que es un estilo muy difícil de digerir para un público generalista, pero la gente que tenga la capacidad de degustarlo saciará mucho su sed de productos musicales diferentes. En mi caso, tengo que elogiar en concreto una canción. Una letra que refleja a la perfección la doble cara de Carmen Xía a la vez que sirve de oda a una de las mejores figuras que ha tenido la música nacional.
«Rapera-Coplera» plantea el principio del final de un álbum que sirve para recordar a la Gata Cattana. Ese verso encumbrando por una producción de lujo y transmitido por el sentimiento intrínseco de la gaditana hace de ese tema la gran pieza de este disco. El «Bohemian Rhapsody» de Carmen. Finaliza con el remix «Orguyoça Cicatriz» sobre un beat de reggaetón. Como he dicho en las líneas anteriores, la rapera andaluza arriesga todo por mantener su esencia y este álbum, «La Herida», es el regalo que ofrece al público.
Dentro del libreto, Carmen Xía dedica unas palabras a sus influencias musicales. A Cattana, a Camarón, a Lola Flores, a Lauryn Hill o a La Perla de Cádiz. También se acuerda de gente como la ilustradora Annie Knock, la estilista María del Corso o del colectivo LGTBIQ de San Fernando LAMBDA La Isla. A todas ellas, y a más nombres que esconde el libreto, les agradece la influencia que ejercieron sobre ella para que este proyecto se llevase a cabo. Creo que es el mejor cierre posible, un cierre que pone la mira en esas personas que rodean la mente creativa de Carmen Xía. Es, a su vez, un acto de justicia. De vulnerabilidad. De revolución.