Pirata Rock 2019 | Crónica del segundo día (19 de julio)
El segundo asalto del festival valenciano con actuaciones de artistas como Beret, Fernando Costa, Natos y Waor y Lola Índigo
El 19 de julio teníamos por delante la segunda jornada del Pirata Rock, que contaba con nombres que podían ser el principal atractivo para los asistentes, pero nuestra cita empezó a las 19:30 cuando todavía el sofocante sol relucía sobre el recinto del festival. Era la hora del nuevo proyecto musical de Juan Zanza bajo el nombre de Valira acompañado por cuatro componentes más, entre ellos Felipe Torres. El exguitarrista de La Raíz cambió el instrumento por el micrófono, pero los movimientos sencillos, por llamarlos de alguna manera, evidenciaban que la puesta en escena es quizás el punto más flojo que falta por pulir. Los momentos más destacados fueron la coreada “Canciones Ambulantes” y la explosiva “Guerra Fría” de su primer y único disco ‘Ecos de Aventura’ presentado al completo, como también “Quién Manda” de Mala Rodríguez.
Mientras el escenario Poliakov disfrutaba del binghi man, nos dividimos para ver la propuesta de la banda Dinero en el alejado Transmediterránea. Por Elche las voces hablaban maravillas de la banda de Sean Marholm y era necesario visitarles en esta primera vez que coincidíamos. Y la baja de su batería no les hizo bajar un ápice de fuerza, siendo capaces de dar un plus ante una modesta acogida que aguantó el sol hasta los instantes finales. Rabia, euforia y nostalgia; todo se aglutinó en un concierto guitarrero que les permitió presentar nuevas composiciones como «Ahora o Nunca» a la par que deleitar a sus fans con clásicos de la talla de «Una Noche Más» y «En Invierno».
La actitud de los componentes también eran ensalzadoras de espectáculo, un duelo de titanes por ver quién tenía mayor complicidad con el respetable y con un Sean sin pelos en la lengua. Al final acabamos saciados de esa hora de música que actuaba como un arma sin filo, y estamos seguros de que nos volveremos a cruzar por algún concierto porque, como dicen ellos, aún les queda tiempo. Alicante estaba bien representada.
En lo referido al concierto de Ganjaman, el apodo de Morodo, aunque el reggae es un género alegre ya de por sí, su directo nos pareció un tanto flojo sin mucha fuerza salvo momentos puntuales como la interpretación de la mítica «Yerba del Rey». En la edición anterior, la representación de este género musical recaía en las voces de Green Valley e Iseo & Dodosound y esta vez era el turno del madrileño pero comparado con el año pasado, era un concierto menos florido.
El artista que más andaba sobrado de la puesta de escena en este día fue seguramente Fernando Costa, subiéndose a la tarima con un chute de adrenalina bestial que extrapoló a los de abajo. Literalmente, los piratas estaban entregadísimos aunque no hubiese sonado ninguna canción todavía. Tan solo un par de ‘yeah’ a base de gritos y saltos, derroche de una botella de ron y la cercanía física a los que andaban tras la valla fueron suficiente para incendiar el recinto sin haber arrancado siquiera.
¿La clave? La pasión. Fernando Costa hasta hace 3 años era cajero de un supermercado y reiteraba en varios discursos que este cambio tan radical en su vida es precisamente gracias a los demás. No una, ni dos, sino al menos en más de cinco ocasiones Fernandito agradecía el apoyo del público en medio de la presentación de su único disco ‘Yipiyou’. Y creo que no hay dudas de que este chico se merece todo lo que se prolonga por delante, porque la forma en la que siente la música y la rabia con la que lo muestra encima del escenario me pareció trepidante. Con una energía estelar, los momentos más locos fueron “Narcolepsia”, “Malamanera”, “Danger”, “Rolas” de Hard GZ y las dos colaboraciones con Dollar “Chacho” y “Pa que lo gocen”. Y vaya si lo hemos gozado. Fue nuestro primer directo de Fernandito pero de forma segura que no el último.
Uno de los conciertos que no nos podíamos perder era el de Beret. El éxito de este joven chaval de 23 años es toda una revolución en el ámbito musical nacional. Capaz de gustar a amantes del reggae, del rap o del pop; Javier Beret encandila a una masa cada vez más elevada con su música tan «Esencial». Se torna melancólico en sus letras, pero la efusividad de sus fervientes seguidores nada tiene que ver con la apariencia de sus canciones. Puede ser «Lo Siento» su gran hit, pero todo el Pirata coreó otras tantas como «Te Echo de Menos», «Vuelve», «Ojalá» e incluso la recién salida del horno «Me Llama». Porque es el artista del momento y la asistencia a su concierto habló por sí sola. La mezcla de géneros del cartel permitió que un artista de la talla de Beret pisara el escenario de Gandía, y Valencia entera lo agradeció.
Siguiendo por la misma “Carretera”, era la hora de otro de los cabezas de cartel del Pirata Rock, un dúo madrileño que suele ser la confirmación habitual en los festivales veraniegos y el atractivo principal para los miles y miles de jóvenes que están enamorados de la poesía callejera. Sold out prácticamente en cada concierto, en los festivales acaparando la gran mayoría de los asistentes… Natos y Waor se han consolidado una base de fans legítima que les siguen a todas partes. Porque no es solo música, son también los sentimientos que crean en la gente.
Durante su presencia en Gandía, el dúo repasó su carrera más allá de “Cicatrices”. Sonaron temas de la serie ‘Barras Bravas’ como “Calavera No Chilla”, “Camarón” y “Rocknrollas” de ‘Martes 13’ aunque era sábado 20 o “Speed” del segundo volumen de “Hijos de la Ruina”,, pero mayormente retumbaron canciones con sonido más moderno como “Gato de Callejón”, “Cicatrices” o “Hustlers” junto a Fernandito Costa en el escenario -grata sorpresa para nosotros-. Dominando la compostura encima de la tarima a la perfección junto a varios cañones de humo reforzaba el espectáculo, llegué a ver a gente reír, emocionarse o saltar y vocear la letra como si no hubiera un mañana porque cada canción era un estado de ánimo diferente y, habiendo agrupado semejante auditorio que empezaba a dispersarse cerca de los puestos de comida, explica muchísimo el puesto que ocupan Natos y Waor en el panorama nacional.
Finalmente, nuestra última parada era la triunfadora Lola Índigo, que nos despertaba muchísima curiosidad desde su confirmación por una sencilla razón: es la propuesta más ajena del concepto inicial de Pirata Rock. Pero debo decir que, personalmente, el directo no me terminó de convencer del todo. Sentía que el ritmo del concierto no tuvo su punto de estabilidad en ningún momento, salvo el remate final. Seguramente, eran los vacíos o minidescansos tras cada canción que me producían esa falta de conexión entre el artista y el público, ocasionado asimismo por la falta de interacción con los piratas. Desde este punto de vista, creo que Lola podría sacarle muchísimo más provecho.
Desde la perspectiva del espectáculo, es una tremenda currada las perfectamente sincronizadas coreografías. De hecho, en este binomio es precisamente el baile lo primordial antes que las propias voces, porque el núcleo de la música de Mimi se sitúa en el género dance para destacar su faceta como bailarina y coreógrafa. Por lo tanto, como show de baile junto a su squad, un 10, pero no sentí esas dotes de energía entre los fans salvo en «Ya No Quiero Ná» y «Mujer Bruja». Creo que las expectativas previas fueron muy altas de lo que realmente ha sido.
Y así finalizó para nosotros la segunda jornada del Pirata Rock. En el último día nos quedaban por delante todavía nombre como Nathy Peluso, Ayax y Prok o Sharif. ¿Qué ha pasado? Estate atento a nuestra web.