Pirata Rock 2019 | Crónica del primer día (18 de julio)

Pirata Rock 2019 | Crónica del primer día (18 de julio)

Primer asalto del festival valenciano, donde no nos quisimos perder las actuaciones de Kaze, Xavi Sarrià, Rozalén y Els Catarres

Tras las buenas vibraciones del año pasado, no dudamos en volver a Gandía el pasado 18 de julio para disfrutar de la tercera edición del Pirata Rock. Sin embargo, no somos lo únicos que piensan que la organización ha empeorado con respecto al 2018. Es suficiente con leer los comentarios en las publicaciones oficiales del festival en las redes sociales para percatarse de que la mayoría de las críticas hacen hincapié en ideas comunes: mala distribución de las parcelas con apenas huecos para caminar con comodidad, la obligación de comprar la acampada para la prensa, la irónica falta de sombra en camping con sombra, poca limpieza en los baños, precio elevado en el recinto del festival por un elemento de primera necesidad como una botella de agua, la falta del césped como indicaban los carteles previos, mal trato personal por parte del staff y un largo etcétera. Es tiempo de escuchar las críticas y tomar nota si la organización quiere colocar al Pirata Rock como uno de los festivales mejor valorados de España. Esperamos que en la cuarta edición se corrijan estos aspectos y podamos disfrutar del festival con un mayor bienestar.

Entrando de lleno en los conciertos, quisimos estar preparados para la crudeza de Anier, pero por problemas personales de logística solo pudimos bailar al son del final remix de Carnaza de Dualy y su posterior despedida. Tras eso, vimos finalizar el concierto de Ebri Knight y nos tomamos un descanso en El Columpio Asesino y La Habitación Roja para volver con fuerzas al Transmediterránea para presenciar la primera media hora de Rozalén. 

DSC_1523-5
Rozalén | Foto: Paula Perales

Esta mujer es magia. Llenó el recinto junto al resto de su banda para interpretar canciones que ya se han convertido en historia de la música. «El Hijo de la Abuela», «Justo» o la célebre «Vivir» son temas que comenzaron a caldear un ambiente que cambiaba su parecer cada poco tiempo. De jolgorio y fiesta a sentimentalismo puro, ese eclecticismo tan propio de la carrera discográfica de María Rozalén. Además, no hay que olvidar el apoyo tan importante de Bea con el lenguaje de signos. Así pues, podemos decir que un concierto de esta artista nunca decepciona. Se merecen todo lo bueno que les está pasando. Un tributo al arte, sin peros. Acto seguido, nos mudamos al escenario Negrita donde Xavi Sarria estaba listo para resplandecer alegría y lucha ideológica por partes iguales. No voy a engañar, no soy fan acérrimo de este género, pero el directo hace que mi gusto musical se disperse.

DSC_1572-4.jpg
Xavi Sarria | Foto: Paula Perales

Con postura estática fiel a su guitarra, acompañado incluso de la simpatía y el gozo de la banda al fondo, y entre luces parpadeantes al ritmo de las canciones, Xavi presentó un repertorio tanto de lo más clásico como de lo más nuevo. Cantó nuevos temas como «Alliberar-nos» y «Com Animals Salvatges» y también repasó su último disco Amb L’Esperança Entre Les Dents». Todo ello con los miles de puños arriba durante la mayor parte del concierto. Porque los festivales son un escenario perfecto para contagiar de lucha y compromiso social a los asistentes y combatir coreando hasta quedarse afónicos. Tampoco faltaron varias esteladas entre el público para representar la denuncia social y enorgullecerse de la línea política promulgada.

Asimismo, sacó a relucir su pasado de su antiguo grupo Obrint Pas como monumentos musicales como «Viure», «La Flama» o «La Vida Sense Tu», que fueron los temas más coreados, e incluso aprovechó para interpretar el «Sarri Sarri» de Kortatu que, además de los asistentes, también le encanta al actual entrenador de la Juventus.

Del escenario Negrita nos movimos al Poliakov para presenciar a Els Catarres y, de igual manera que con Xavi Sarria, no es un tipo de música que escuche diariamente pero que su magia reside en los directos. Tengo muchas pruebas y no tengo dudas. Me fascinó la cantidad de gente que se lo pasaba tan bien bailando en «Perfectes» o «Fincs Que Arribi L’Alba» del disco «Tots Els Meus Principis» o «Vull Estar Amb Tu» e «Invencibles» de «Postals»». No importó el nombre de la canción porque los piratas se estuvieron divirtiendo desde el principio hasta el final. Incluso yo, que en mi día a día no figuran temas de pop balcánico en valenciano entre mi reproductor musical. Las sonrisas de los artistas, que por aspecto externo parecían los protagonistas de una película americana juvenil, lo decían todo.

Con círculos dorados de confeti iluminando el cielo, interpretaron la aventurera «Tintín», la coreada «En Peu de Guerra» e hicieron un llamamiento a «Jenifer» y «Martina», pero entre tanta gente era imposible identificarlas. Fue todo un tributo a su Gandía 1924.

DSC_1860-4 (1).jpg
Kaze y Beto | Foto: Paula Perales

Sin descansar, era la hora del plato fuerte del rap de esa noche calurosa del 18 de junio. Desde Cartagena, salió de casa con las ganas de liarla, y vaya si la lió desde su misma aparición en el escenario Negrita. El récord mundial, como presentación. Nada mal, ¿no?. Así arrancó Kaze su concierto acompañado de los inseparables Beto compartiendo el escenario y Dj Figu detrás de la mesaMientras tanto, yo hallándome alucinando con el doble-triple tempo del cartagenero.

El concierto era una oda al compañerismo. Entre tema y tema, varios discursos agradeciendo el apoyo del público como también trabajo de los otros dos integrantes del «grupo». Más que compañeros son amigos que, como suele ser habitual, no fallaron en su cita con las volteretas. Demasiado carisma para ese cuerpo tan pequeño.

Tras un arranque épico, el ritmo se ralentizó muy levemente con temas más clásicos como «Rap», «Dámelo» o «Restas» hasta que llegó «Lo Que En Silencio Guardo». Eso por parte del artista, porque lo que realmente guardan los fans es la letra memorizada palabra por palabra. En ese momento me encantaría estar en la piel de Kaze para descubrir cómo se siente que te canten a pleno pulmón miles de personas en cada ciudad donde suena este tema. Debe de ser una sensación única por muchas veces que se repita. Razón por la que las emociones saltaron a la vista. Estaba muy agradecido al público y viceversa.

Igual que en Alicante hace unos meses, Kaze conservó lo mejor para el final. Con el esperado «Modo Turbio» desató la locura, sobre todo a partir del estribillo y cerró su redonda actuación destemplando con el clásico «Cálmate». El de Cartagena tiene muy claro cómo conquistar ciudades y de ahí que mueva tantas masas a sus conciertos. En un festival donde los horarios se traslapan, me sorprendió la cantidad de gente que se acercó a verle pero, al acabar, entendí el porqué.

Así finalizó para nosotros el primer día. Cansados, aunque con un sabor amargo por la cancelación del concierto de Hard GZ al que teníamos muchas ganas, aunque el cartel del segundo día lo compensaba. Fernando Costa, Natos y Waor, Lola Índigo… ¿Qué pasó?

 

 

 

Martin Halabrin

Hablo sobre música sin tener ni idea de música

Un comentario en «Pirata Rock 2019 | Crónica del primer día (18 de julio)»

Los comentarios están cerrados.