Pirata Rock 2018 | Crónica del segundo día (20 de julio)

Pirata Rock 2018 | Crónica del segundo día (20 de julio)

Era el 20 de julio y se acercaba la segunda jornada del Pirata Rock. El primer día dejó al público con un magnífico sabor de boca después de las impecables actuaciones de Antílopez, Dubioza Kolektiv o Riot Propaganda entre otros, y teníamos ganas de seguir disfrutando en este segundo día que contaba con un cartel de lujo.

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Nuestra primera parada era en el Escenario Negrita para acompañar a los chicos de Green Valley. Eran apenas las 20:30, todavía con un calor sofocante, pero en el recinto ya se habían agrupado miles de personas que no querían perderse en directo a esta banda.  Y menos mal, porque su concierto estuvo lleno de buen rollo y energía a través de su característico reggae que nos hacía movernos sin parar durante toda la hora y 15 minutos.

Los del valle verde arrancaron con “La Cura” que además abre el disco “Ahora”. Siguiendo con “El Regalo de Vivir” y “La Vida Va”, el público ya estaba totalmente entregado.  “Los Sueños”, “Escribe Tu Historia” o “Eso Te Hace Mal” sonaron a continuación, aunque el momento más bonito llegó con “María Marihuana” cuando se formaron abrazos por filas mientras caminábamos de un lado para otro.

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Al acabar nos traspasamos al Escenario Poliakov para disfrutar de Trashtucada, que nos querían deleitar con su nuevo disco sacado este año “Quién dijo miedo”. Arrancando con “Muero” no tardaron en conseguir que el público empezara a gastar su energía aunque quedaban más de 6 horas aun por delante.

No solo nos lo pasábamos bien nosotros, sino que la banda en sí también. Corriendo de un lado a otro o el propio Juanmi tumbándose en el stage delante de los fotográfos aumentaban las ganas de seguir de fiesta. El grupo no paraba con “Penélope”, “Nada de Nada” o “Me Gusta” entre otras y acabó por todo lo alto con “De Festi, ¿vale?” que fue de las más coreadas. Trashtucada tiene ganas de volver y nosotros de disfrutar con ellos.

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La fiesta no paraba y continuó con La Pegatina, cuya actuación a modo rápido se puede resumir en saltos, confeti y pogos. Sin duda, era uno de los nombres de esta segunda jornada que, como se esperaba, no defraudó en ningún momento.

Desde su “Intro” y “Heridas de Guerra” pasando por el calmado «Y se fue” y volviendo a la animación con “Gat Rumberu” o “Mamma Mía” han hecho vibrar el terreno del recinto de la abrumadora cantidad de pogos que se han formado durante esa hora y un cuarto. Si hubo un concierto donde muchxs amigxs hayan perdido a gente de su grupo, era precisamente en el de La Pegatina, pero ningún elemento obstaculizaba el hecho de cantar y seguir pasándolo bien.  Y cuando parecía que se marchaban, volvieron con “Mari Carmen” y “Lloverá y yo veré” siendo despedidos entre ruidosos, aplausos y confeti.

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Después de pura fiesta en Negrita, nos traspasamos al Escenario Poliakov para acompañar a Juanito Makandé. Comparado con el concierto anterior, se trataba de un estilo completamente antagónico pero se agradece esta variedad musical en los festivales. Teníamos por delante una hora de flamenco underground al son de la magnífica voz de Juanito.

Sentado en un taburete con su guitarra en la mano rodeado de plantas con un fondo de pantalla de lo más tropical, arrancó con “Tocar las nubes” y “Échale papas”. Seguido de “Kamikaze”o “Ya no soy un crío” ya nos ha contagiado con su ritmo que era irrechazable para nosotros seguir disfrutando. Poco a poco el tiempo se iba volando hasta que llegó “Eres para mí” con el que se despidió de Gandía.

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Y del flamenco al rap. Una buena cantidad de personas escuchaba a Juanito mientras descansaba en el otro escenario para reponer energías porque era la hora de Ayax y Prok. Acompañados del habitual DJ Blasfem, desembocaron en Pirata Rock con “De Graná a Maracay” y “Estilo Taraotarantino” que dificultaron el trabajo de los fotógrafos a causa de sus imparables movimientos y gestos por el escenario.

El setlist continuaba con el coreado “A veces se me pasa, a veces paso”, “Fresas con Nata”, “Una vuelta al mundo” o “Polizzia” en el cual nos gastamos las cuerdas vocales gritando “fuck policía” enseñando el dedo medio. Los gemelos granadinos no paraban de correr, de abrazarse, de ‘pelearse’ ni con “Metacrilato” o “Mi barrio huele a Widow” que levantó el aplauso del público. Pero su aparición no terminó ahí, sino que acabamos cantando “cumpleaños feliz” mientras el staff traía una tarta porque, unos días después cumplían 27 años. Ayax amagó con tirar la tarta pero se lo pensó dos veces.

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Y del empacho dulce de los de Albayzín, nos marchamos directos a ver a los catalanes Buhos, que arrancaban falsamente con «La última y nos vamos», pues esto no había hecho más que empezar. Tenía muchas ganas de encontrarme frente a esta banda sobre el escenario, y la espera mereció la pena.

Frente a una puesta en escena donde incluían chispas a modo de volcán, contagiaron a una audiencia con ganas de divertirse con hits como «Brama» o «El Temporal». Con la emotiva y personal «Barcelona S’il·lumina» quedó grabada la estampa de todo un público cantando a pleno pulmón los compases de tal obra de arte. Finalmente, «Volcans» hizo gala de su nombre con un fuego que no tenían miedo a tocar. La fiesta de la lengua catalana.

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Y nuestro desenlace del segundo día lo protagonizaron los salerosos La Sra. Tomasa. Quien conozca a este grupo ya sabe que la fiesta está incluida implícitamente en sus genes. A pesar de las altas horas de la noche, aún era bastante público el que aguantaba para disfrutar de la fusión de música latina y electrónica con sangre catalana.

Llegaron al Pirata Rock dispuestos a enseñar su fórmula de «boogaloo» impregnada en su último trabajo «Nuestra clave». No se le puede pedir más a un grupo: buena música, buen rollo y bailes incesantes. Las fuerzas flojeaban pero temas como «Después de Amar», «Sepa Mi Gente» o «Yo Traigo Boogaloo» hicieron recuperar esas ganas de pasarlo bien. Uno de los descubrimientos de este festival, representan a la perfección el poder de la música.

Y ese fue nuestro segundo día de evento, directos a recargar energía de cara al apoteósico último día que estaba por llegar. Mientras, las personas más locas y fiesteras siguieron con los beats de Heavy Roots.

Martin Halabrin

Hablo sobre música sin tener ni idea de música

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