Metal Pesado: «Nunca me he creído del todo la unión en la cultura»

Metal Pesado: «Nunca me he creído del todo la unión en la cultura»

Es navidad en Alicante. Nos citamos en una cafetería cercana a la estación de trenes. La marea de gente que ocupa el centro de la ciudad hace ver la animadversión que hay por preparar las últimas compras navideñas del año. Pedro Jiménez (Villalba, Madrid) aka Metal Pesado nos cede un hueco en su agenda para poder charlar tranquilamente en unas fechas un poco complicadas. ¿La excusa? Acaba de estrenar » Que Hable La Música» (2022), un álbum que erige una progresión más que notoria en su forma de rapear y fluir. En este disco se atreve con otros sonidos, con otros enfoques artísticos. Y lo afronta solo ante el peligro, sin colaboraciones de adorno.

En esa entereza que esconde un MC como él, que lleva toda una vida dedicada a escribir, encuentro a alguien que, al igual que el vino, le sienta bien el paso de los años. La maduración artística. Posiblemente esté en el mejor momento de su carrera, también ligado con la situación personal que arrastra tras haber sido padre. Y esa amabilidad que rezuma hace que, lo que iba a ser una entrevista para hablar de su disco, se torne una conversación de dos amigos que tienen mucho de lo que debatir. Lo que vas a leer es, sin lugar a dudas, las declaraciones de un tipo con experiencia en este mundo. Y de sus palabras hay mucho que aprender.

Pregunta: Estás de estreno con «Que Hable la Música», tu nuevo disco. ¿De qué habla la música que recopilas en este trabajo?

Respuesta: Es la continuación del anterior trabajo. Si bien lo puedes calificar como boom bap de alguna forma, ya hubo algunos cambios y toques que se venían notando. Tiré de esa evolución para lanzar este disco y que se note en cada canción una distinta forma de fluir con los ritmos. Y, con respecto a la temática, como dice el título: es un disco centrado más en temas musicales, más allá de las reivindicaciones sociales y políticas. Cómo veo la escena, cómo siento la música a día de hoy, etcétera. Hay muchos sentimientos, desahogo, pasión… En general, todo lo que te puede producir la música en un solo álbum.

P: Noto una diferencia notoria entre cuando te escucho en persona y cuando reproduzco una pista tuya, donde sale esa rabia que guardas. ¿Crees que la música es el rincón donde decides expresarte abiertamente?

R: Sí, Metal Pesado es una pequeña parte de mi persona. No estoy todo el día hablando ni de política ni de música ni de deporte ni nada. Yo soy una persona normal y en la música intento plasmar esa esencia combativa que me caracteriza y dejar la furia y todo lo que tengo dentro. Es una pequeña parte de Pedro y encuentro ese rincón para poder expresarme mejor.

P: Aparte de la rabia, también podemos ver reflexiones internas sobre la escena, tus ideas relacionadas con la cultura y en esas ideas también se nota una evolución. Con la carrera que ya tienes rodada, ¿qué es lo que te sigue tirando para renovar tu música en este sentido?

R: Al llevar tantos años en la música, no quería hacer el mismo disco. Fue también gracias a un productor de mi anterior trabajo, Bilmuzik, que decidí hacer las canciones más distintas. A raíz de ahí, se me ocurrió tirar musicalmente por esa línea para que fuese muy distinto a todo lo que he hecho antes. Es mi disco más diferente. Me he inspirado a hacer distintas temáticas sobre un tipo de ritmos más frescos y nuevos.

P: Si no fuese por el productor, ¿sonarías igual a nivel de esencia y ritmos?

R: Por supuesto que no. Casi la mitad del disco son canciones producidas por él y a la hora de seleccionar los beats me costó bastante. Encontraba ritmos muy buenos pero no entraban en mis planes. Según iba haciendo una línea, fueron saliendo los temas y a partir de tener unos pocos, me vino todo el concepto del disco. Algunos han dicho que mi disco tiene pinceladas de trap francés. Cada uno lo ve de una forma, pero he querido tirar por ahí. 

P: Aparte de los productores como Bilmuzik o Baghira, también has autoproducido el tema «Mi Legado». ¿ Qué ventaja tiene producir tus propias canciones?

R: Llevo ya bastantes años como beatmaker en la sombra porque no tengo miles de ritmos que compartir con otras personas. En los últimos trabajos siempre hay un tema que me autoproduzco, pero en el fondo no tiene ventajas. Para mí es desventaja más que otra cosa. Puedo hacer 50 beats y que no me valga ninguno para mí.

P: En «Mitad Pasión, Mitad Desahogo» dices que estás en tu mejor momento. ¿Es cierto?

R: Sí, totalmente. En los últimos años he sacado más material que nunca, estoy más inspirado, fluyo y escribo mejor y me expreso más claro. En los conciertos que hago, igual. Cada vez me veo más suelto, no me puede ningún tipo de presión ni de cuánto público hay. Puedo decir que estoy a la altura de las circunstancias en cualquier momento.

P: Se suele decir que cuando uno es más joven, tiene menos miedo a afrontar las cosas. En cambio, cuando más maduras musicalmente, más estás encontrando esa capacidad de renovarte. Es algo que va a contrarreloj de muchos artistas.

R: Puede ser. Yo, como no vivo de esto ni tengo unas obligaciones marcadas por las multinacionales, me sale todo natural. Hago las cosas cuando me apetece. Y, como digo en «Mitad Pasión, Mitad Desahogo», en este momento es difícil que abandone. En esto no se trata de estar arriba, abajo o en medio sino de seguir para adelante.

P: No tener una multinacional detrás te otorga una libertad en todos los sentidos. Cuando te sientas a escribir, ¿le das vueltas a la hora de publicar las letras más reivindicativas?

R: Sinceramente, no. No me autocensuro, soy muy visceral. Si le doy una vuelta es para encajarlas con las estructuras y con las rimas. Como anécdota, ahora que tengo un hijo de un añito, cuando estoy escribiendo, a veces digo algo de forma distinta para suavizarlo. Instinto paterno, supongo (risas).

P: ¿Tener un hijo te ha cambiado el prisma a la hora de saber qué escribir?

R: El qué escribir no pero el cómo decir ciertas cosas, puede que sí.

P: Actualmente en la escena actual se busca otro tipo de producto ajeno al antifascismo. ¿Crees que se está perdiendo la llama que el rap vivía en años anteriores?

R: Sí y no. Antes era más notorio porque también éramos menos grupos. Había un componente social. Siempre hubo una esencia de unos valores y un concepto. Al fin y al cabo eso era la cultura propiamente dicha. Ahora sigue habiendo, pero el abanico se ha extendido tanto que hay demasiados palos. Hay de todo. Quizás no lo percibes igual si escuchas música de tantos artistas y tantos subgéneros. 

P: La nueva ola que ocupa el mainstream de la cultura nacional esta formada, principalmente, por artistas que le hablan al desamor. No obstante, hay otros artistas jóvenes como Ergo Pro & Ill Pekeño que también tienen un componente de responsabilidad social. ¿Crees que aún hay esperanza para la supervivencia del mensaje con gente como ellos dos?

R: Totalmente. Hay grupos que lo siguen manteniendo desde atrás y otros que han petado desde hace no demasiado como Ergo Pro & Ill Pekeño, Lucas Pulcro, Las Ninyas del Corro, Poetas Puestos… Esto va a seguir como siempre ya sea en mayor o menor número.

P: ¿Te sientes identificado con esta nueva forma de rapear?

R: Sí. Yo lo escucho, veo que rapean bien, veo que tienen buenos shows, buenas frases, buenos ritmos. Es como la vuelta a las barras, a las frases que te impactan. Igual no te cuentan una historia, sino más bien ponen un título y tiran frasazas. Identificado en cierta forma sí, aunque tire más por otro rollo. 

P: En un momento en el que se habla de la unidad en la escena, ¿cómo se puede crear una buena unión entre rappers clásicos y actuales?

R: Contándolo desde mi prisma, casi nunca me he creído del todo una unión en la cultura. Antes creo que tampoco la había. Yo saqué mi primera cinta en 1996 y todos nos juntábamos y nos mandábamos las maquetas por cartas para distribuirlas por diferentes ciudades. Hubo una especie de comunidad. Una vez que alguien comienza a crecer más, se empieza a apartar. Eso pasaba antes y creo que pasa también ahora. Ahora veo a los abueletes del rap colaborar con chavales y a los chavales, que han llegado a rajar de los mismos, decir que les molan si les llaman para colaborar. Veo que se junta la gente por ciertos intereses. Te lo digo todo de primera mano, llevo 30 años viéndolo. Entonces no sé si va a haber una unión. Desde mi prisma, no me lo creo.

P: Todo el disco se compone de canciones exclusivamente tuyas sin ninguna colaboración. ¿Lo buscaste adrede?

R: Es mi momento. Cuando estaba haciendo el disco, en esos meses/años tampoco tenía un contacto directo para hacer algo. No salía. Cuando el disco ya estaba avanzado, me di cuenta de que las colabos están en los beats, scratches, diseño, fotografía, mastering… Pues eso, que hable la música. En este momento estaba así, solo. No lo vi necesario.

P: En un momento en el que prima el consumo rápido de la música, has sacado un disco de 11 canciones. ¿Por qué has decidido sacarlo pese a lo que conlleva el fastfood musical que vivimos actualmente?

R: Porque me apetece y porque me lo debo. Me encantan los discos.

P: ¿Entenderías tu música sin esta colección de temas guardadas en un disco?

R: Sí. Si por ejemplo en este año tengo una canción a la que no le veo ningún tipo de conexión con algo o no me apetece hacer un disco, puedo tirar un tema o dos. Pero para sacar una canción un viernes a la vez que salen diez mil temas el mismo viernes y solo se hable de cuatro, no me apetece. Puedo sacar singles si quiero, pero si uso la cabeza y trabajo, seguramente esté en un EP, disco o alguna recopilación con un concepto, portada, algo que me apetezca ponerme varias veces. De momento, no lo concibo pero sí, puedo sacar canciones sueltas.

P: Las plataformas de streaming, en sus inicios, parecían una herramienta buena para que pudiesen crecer los más desconocidos. Sin embargo, creo que esta ola de fast food perjudica más que ayuda porque un viernes salen muchísimas canciones y una persona no puede escuchar todas.

R: Pienso lo mismo. ¿Qué hago con mis discos? ¿Los regalo? Antes lo subías a YouTube, MySpace y en principio, estaba bien. Ahora se ha masificado muchísimo. ¿Qué escuchas? Lo que te ofrecen. Si no eres un digger profesional, solo te aparecen los que más pagan. A mí me aparecen artistas todos los días que no he escuchado nunca. A mí la cultura de la inmediatez no me gusta, sobre todo porque te exige sacar una canción cada 15 días porque si no, se olvidan de ti. Por cosas como esas estoy totalmente de acuerdo contigo.

P: Creo que cuesta llegar a la gente joven. Los jóvenes se sienten más identificados con los nuevos proyectos y los que lleváis mucho tiempo en la escena tenéis el mismo público que lleváis arrastrando durante muchos años.

R: Es difícil. Lo que percibo a través de las redes sociales es que venimos de épocas distintas. Si yo saco un disco y los chavales prefieren singles de un minuto y medio, yo no soy su artista. Si quieres escuchar a gente con máximo 25 años, yo no soy tu artista. Yo no me intento adaptar al público, yo saco mi música y se la ofrezco a todo el mundo para quien quiera escucharla. Si me quiere escuchar alguien, perfecto. ¿Quiero que me escuche más gente? Por supuesto pero, ¿a costa de qué? De nada. 

P: ¿Has sabido adaptarte a las redes sociales?

R: Yo siempre le digo a mi círculo que estoy en todo. Por ejemplo, ahora dicen que la gente se está yendo a TikTok. Pues ya llegaré a TikTok. Llegaré cuando sea tarde, seguro. Yo me hice el Instagram tarde, el Facebook tarde… Quitando mis ratillos en Twitter, tengo redes porque las tengo que tener pero no me he adaptado mucho a ellas aunque tampoco me considero un carca (risas).

P: Eres un artista que lleva muchos años en esto y sigues publicando lo que quieres, cuando quieres y como quieres. ¿Qué te ancla a seguir publicando a pesar de los costes?

R: Tema tres del disco, «mitad pasión, mitad desahogo». En primer lugar, es porque es lo que llevo haciendo toda mi vida. Desde que empecé no he pensado en hacerlo dos años y ya está. No ha sido una moda pasajera. Ha sido un crecimiento junto a mi persona. He crecido con esto y voy a morir con esto. Y, en segundo lugar, no son todo gastos. No vivo de ello pero si doy un concierto y sé dónde me meto, lo cobro. Los discos no me van a dar un beneficio pero mejor si puedo recuperar lo que me he gastado. Las plataformas no me dan ni para vivir ni para mediovivir, pero te dan un plus. En resumen, al final no me gasto tanto como parece.

metal pesado
Portada de «Que Hable la Música»

P: Me comentaste la última vez que nos vimos que no pensabas sacar formato físico de este disco pero aquí está. Al final has decidido seguir apostando por tu música en este formato.

R: Cuando te lo dije estaba en números rojos (risas). Estaba agobiado. Llega un momento en el que creas el disco, lo mueves, hablas con los medios y te agobias un poco. Hasta que llegó eso, pensaba en el tema de la fábrica para, si todo salía bien, tener algo de dinero para las copias. Tenía una pequeña presión que no me apetecía porque hacer un disco y sacarlo es estresante. No es como una canción que si la tengo, la saco y ya. Por eso no puedes sacar un disco cada 6 meses.

P: A pesar de eso, la rutina que estás siguiendo de publicaciones es bastante buena. Parece que fue ayer cuando publicaste «Seísmo».

R: Pues ya ha pasado tiempo de «Seísmo». El disco habrá hecho tres años desde que lo saqué. Salió en diciembre de 2019 y lo que hice en todo el 2020 fue sacar videoclips del trabajo. Si sacas un disco, la gente lo escucha media, una o dos veces y ya te piden lo próximo. ¿Lo próximo? Son 14 canciones con muchísimo trabajo detrás, vídeos, conciertos, etcétera. Yo lo que hice fue estirar el chicle en todo el 2020. A mediados del 2021 empiezo a escribir este disco poco a poco pero, a la vez, voy sacando alguna colabo, algún concierto y tal. Igual por eso en el disco no hay nadie, porque no soy de hacer demasiadas colabos.

P: Lo siguiente de hacer un disco es preparar conciertos y la gente del under necesita que los ayuntamientos o la Generalitat creen parcelas para poder publicar. ¿Hace falta más apoyo del sector público en la cultura?

R: Por pedir, que no falte. El último concierto que di aquí en las Cigarreras lo organizó una peña que tiene contactos con el Ayuntamiento y, según ellos, cada cierto tiempo les apoyan para hacer cosas interesantes. Aparte de la que participé este verano, hicieron un par de días de conciertos con gente de Estados Unidos y de Valencia: Jaloner, Erick Hervé… Hubo dos días de conciertos, el primero de pago y el segundo gratuito. Se lo curraron gracias a las instituciones. Sí que molaría que fuese más periódico. 

P: ¿Tienes pendiente algún concierto o pequeña gira?

R: Concierto sí, gira no porque no tengo ese público en cada ciudad que exige una gira. Yo he pateado bastantes sitios y ciudades, he actuado, me he comido marrones, he ido a sitios donde hubo mucha gente pero son un poco casualidades de la vida dependiendo de la fiesta en la que te metas, cuántos grupos haya, ciudad, sitio, día… Ya estoy preparando un show y, sin saber cuándo todavía, pretendo hacer un concierto aquí en Alicante y otro en Madrid. Y con eso me quedo agusto. Eso es el mínimo, lo que yo me planteo y veo posible. Si me llaman de no sé dónde, voy.

P: ¿Te plantearías girar por España teloneando a algún artista puntero?

R: No, no lo haría. El telonero no cobra, a no ser que el grupo principal te quiera dar algo. Eso lo primero. Si te da igual el dinero y vas de viaje a Galicia, te comes unos pulpos y teloneas a quien sea, ahí está bien también. ¿Pero qué pasa? De telonero no te hace caso ni Dios. Mira, en 2015-2016 hubo un concierto de Serial Killers y el telonero era Foyone que, a día de hoy, es una referencia. Pues nadie le hacía caso. A él le dio igual porque estaba llenísimo pero yo miraba a ambos lados y no le hacía caso ni Dios. Entonces, si quieres cantar para que no te haga caso nadie cobrando nada y gastándote tu dinero por ahí, me parece bien, pero yo no lo voy a hacer.

Juan Fernández

Codirector en busca de un estilo claro. Del hip-hop al rock y tiro porque me toca.

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