Menerva: «Es difícil poner pasta en un proyecto cuando no sabes si vas a tener para comer mañana»

Menerva: «Es difícil poner pasta en un proyecto cuando no sabes si vas a tener para comer mañana»

Menerva es la nueva sensación de la música en valenciano. Herederos de géneros musicales olvidados como el jazz, el disco-funk o el swing; vienen pisando fuerte con su primer trabajo discográfico «Bon Viatge». Este EP fue posible gracias a la donación de más de 150 personas —o mecenas según la nomenclatura correcta de estas acciones— que les permitió conseguir el objetivo último de sacar adelante un disco con las menores deudas posibles. Los de la Marina nos atendieron vía telefónica para hablar tranquilamente sobre las impresiones de su primer álbum y la perspectiva crítica con respecto a la escena valenciana.

Pregunta: Una vez vista la confección del álbum completo y reposado todo, ¿cómo valoráis el trabajo conseguido?

Respuesta: Estamos muy contentos. Musicalmente, y como proyecto, lo hemos llevado bien puesto que trabajamos bien juntos y nos conocemos de toda la vida. El resultado ha sido el que estábamos buscando, por lo que todos estamos muy satisfechos con nuestro trabajo.

P: ¿Qué buscabais transmitir al oyente con este viaje?

R: Básicamente, aparte de que tuviese un mensaje que nos definiese y reivindicar cosas, buscábamos que la gente pudiese disfrutar escuchándolo. En nuestra mente estaba la idea de que fuese algo bailable y que transmitiese buen rollo y creemos que lo hemos conseguido.

P: Lo bueno de estos tiempos es que os habéis podido apoyar en la gente para publicar vuestro EP y este disco ha sido posible gracias a un crowdfunding respaldado por vuestro público. ¿En qué grado ha sido importante este verkami para la banda?

R: Ha sido muy importante porque lo hemos usado para recuperarnos. Al principio pusimos todo el dinero nosotros y dependíamos del verkami para poder seguir un poco adelante puesto que nos quedamos pelados invirtiendo. El apoyo de la gente fue un soplo de aire fresco para la banda que reinvertimos en aparatos nuevos para el local y poder preparar el directo. También para poder prepararnos nosotros musicalmente. Pero, aparte del dinero y demás, ver que la gente confía en tu proyecto es lo más bonito que tiene un crowdfunding.

P: Los grupos pequeños que comienzan su andadura en la industria se endeudan para sacar un único disco. ¿De no haber existido esta posibilidad qué hubierais hecho?

R: Posiblemente tocar en bares sin techo, sin agua y sin luz para que nos dieran un bocadillo y cinco euros (risas). Ahora en serio, como realmente era algo que ya teníamos pagado, hubiéramos intentado seguir hacia delante pero con muchos problemas y sin garantía de tiempo. Igual durábamos un par de meses al ver que eso no funcionaba o si nos quedábamos sin pasta. No hubiésemos podido invertir ni en material ni en equipo. La música se hubiera quedado en el local.

P: Aquí podíais haber dicho «ganar dinero con los conciertos», pero os ha pillado una época en la que hay que buscar otras opciones fuera de la música en directo.

R: Por eso no los hemos nombrado. Los vemos tan lejos que hemos invertido el dinero en ir preparándonos para cuando se pueda. La preparación del álbum y su verkami nos pilló justo en esa época y había mucha incertidumbre en cómo reaccionaría nuestro público, pero al final salió bien la cosa. Es muy difícil poner pasta en un proyecto cuando no sabes si vas a tener para comer mañana. Por eso hay que apreciar mucho a toda esa gente que ha querido apoyarnos.

P: Entrando de lleno en el disco, podemos ver cinco temas bastante frescos que se escapan de lo escuchado hasta ahora en la música en valenciano. Dentro, además, se pueden ver otros estilos sumidos siempre en el desparpajo que desprendéis. ¿Estáis en proceso de encontrar vuestro propio sonido o queréis ser así de variados?

R: Creemos que es pronto para contestar a esa pregunta porque seguimos investigando. Estamos trabajando en otros temas porque no podemos estar parados, y nos está pasando lo mismo que en el EP y nos dejamos llevar por lo que nos sale. Mientras nos guste, no nos cerramos a nada. Sin embargo, todavía no sabemos si vamos a seguir así siempre o si habrá algún momento en que nos centremos en algún sonido. De momento no nos pomos barreras, hemos hecho una sardana, un pasodoble… Tenemos de todo (risas).

P: Claro, ahí reside la vitalidad de una banda, en no cerrarse a nada y ser capaces de adecuarse a diferentes estilos. Puede que llegue el día en el que probéis positivamente un género que nunca hubieseis imaginado.

R: Por supuesto. Al principio pensábamos que el proyecto iba a ser una toma de contacto e íbamos a cerrar algunas puertas pero, una vez te metes de lleno a componer, te das cuenta de que lo que teníamos pensado en un principio se olvida. Y ahora mismo no pensamos en ello. Estamos muy contentos tocando todos los estilos que se nos van ocurriendo.

P: En el álbum podemos encontrar una clara devoción por la música setentera con un sonido disco, pero también os adentráis en otros géneros como el reggae o el ska. Especialmente la música disco sorprende por ser algo que no se suele ver frecuentemente. ¿Cómo os llegó la inspiración para componer canciones en torno a ese estilo musical?

R: Venimos de una escena de bandas valencianas que tocan el típico ska-rock y nosotros hemos decidido apartarnos de eso puesto que lo veíamos muy explotado. Desde pequeños hemos escuchado por nuestros padres géneros como el jazz o el disco-funk, y decidimos hacer una etapa de empaparnos de esa música y dejar de lado durante un tiempo nuestras antiguas referencias, En ese momento, comenzamos a escuchar música de los setenta y los ochenta. Ahora mismo, la música disco es un género que se ha perdido mientras que antes se bailaba en todas las discotecas sin excepción. Es verdad que la época ha cambiado, ¿pero por qué ya nadie la toca ni la baila? Entonces decidimos buscar ese hueco y, de hecho, la canción más disco que tenemos, «Disco Ets Tu», es la que más está funcionando.

P: Me viene a la mente el proceso de composición. Los grupos de la escena valenciana soléis estar compuestos por muchas personas y el proceso de elaboración de un tema puede estar sumido en un mar de discrepancias. ¿Cómo ha solventado esto Menerva?

R: Es complicado. Nosotros hemos intentado estructurarlo de la mejor forma posible dentro del caos, pero es difícil porque somos mucha gente y, lo peor de todo, porque somos colegas. El abuso de confianza puede ser muy malo. Estamos aún buscando la fórmula y tenemos a Toni (cantante) que viene siempre con ideas claras para las bases. Eso nos facilita mucho el trabajo porque luego cada uno ponemos nuestro granito de arena y nos facilita no discutir tanto. Si empezásemos de cero todo, no durábamos más de dos veranos (risas).

P: Por lo menos habéis encontrado un método que parece que os funciona.

R: Claro. Al final decidimos ese método de composición porque, al ser muchos componentes, es muy difícil ponernos de acuerdo. Al final una persona es la que tiene que dar el primer paso y a partir de ahí las discrepancias ya se verán.

P: También podemos ver que, en contraste con otras bandas del género, no sois un grupo explícitamente político. Buscáis más el juego de metáforas y dibujar la crítica de manera implícita.

R: Al final el mensaje tiene que estar ahí y pretendemos ser reivindicativos pero no queremos que venga después la Guardia Civil y nos meta en problemas (risas). No, pero queríamos darle un poco más de poesía y que no fuese todo tan explícito y directo. Tiene mensaje pero lo escondemos un poco en la metáfora y que cada uno lo interprete a su manera. También es una oportunidad de llegar a más público, hay gente que no le gusta el tono reivindicativo y de esta forma se lo tragan y después allá ellos con la conclusión quieran sacar. No queremos que la gente nos escuche y diga «joder qué pesados los revolucionarios estos» (risas).

P: Hablabais antes del propósito de conseguir que la gente se divierta y baile con vuestros temas. ¿Se puede disfrutar y bailar mientras se escucha denuncia social?

R: Sí, se puede. El otro día lo hablábamos juntos, los mejores momentos de nuestra vida habían sido en conciertos de Obrint Pas, La Gossa Sorda, etc. La sensaciones que tienes debajo del escenario cuando escuchas a tu banda preferida es inmejorable. Y son letras más que reivindicativas. Además es una manera muy sana de abordar la actualidad, todos hemos estado de birras con los colegas y hemos acabado haciendo bromas de todo. Eso es muy importante porque si te tienes que amargar por todo lo que pasa, estaríamos llorando todos los días. El mundo en el que vivimos es una mierda pero no queda otra que soportarlo, entonces hay que darle un poco de ritmo a lo que ocurre, reírse de ello y bailar más.

P: Me viene a la mente «Joglar», donde plasmáis con delicadeza la imposición de la corona en la Edad Media. No hay que atar muchos cabos para ver el lado más actual de la canción con un rey emérito que decide salir del país con lo robado.

R: De hecho iba por ahí el mensaje y nos alegramos de que se haya entendido. Hablando así, el rey ha vuelto a las andadas. Estamos muy contentos con el símil que hemos conseguido plasmar de la imposición del rey a ese juglar y encontramos la comparación correcta para acercarlo a la realidad actual. Hemos conseguido encontrar la conexión entre lo que se nos pasa por la cabeza y la historia real.

P: Si seguimos destripando los aspectos importantes de este álbum, vemos que la producción corre a cargo de una persona más que conocida en el ámbito de la música mestiza. ¿Qué os ha aportado la experiencia de Antoni Laguna (Mafalda) como productor y como músico?

R: Pues no nos queda otra que decir que es el puto amo. Estamos encantadísimos con él. Ten en cuenta que es nuestro primer trabajo y es la primera vez que entrábamos juntos a un estudio con unos temas muy machacados en casa pero prácticamente a ciegas. Y la ayuda de una persona como él que está muy metido en el mundillo nos ayudó a abrir un poco los ojos y a decir «hostia, vamos a fiarnos de este tío porque sabe mucho más que nosotros» (risas). Y es un encanto de persona, el trato que tiene con la gente con la que trabaja es especial. No te sientes incómodo en ningún momento ni presionado.

P: Y a parte de productor, también os ha ayudado como músico.

R: Sí, una anécdota curiosa es que, cuando grabamos «Disco Ets Tu» —el primer tema que tuvimos con seis meses de diferencia con respecto al resto del EP— no teníamos guitarra porque estábamos pasando por el proceso de habernos quedado sin guitarrista y estar probando con gente hasta que cuajara la cosa, y Antoni nos hizo el favor de grabar las guitarras del tema. Estamos encantados porque el tío es tan profesional y se involucró tanto que daba ideas de melodías y arreglos como si fuese uno más del grupo. Cuando grabamos el resto del EP y ya teníamos incorporado al que es nuestro guitarrista actual, él lo ayudó con consejos de técnica y lo motivaba.

P: Ahí reside la importancia de tener un buen productor que se involucre tanto y tan bien con la banda.

R: En verdad, que él fuese nuestro productor fue un poco casualidad. Se dio la situación de que él estaba en el estudio, nos grabó e hizo la labor de productor. Nosotros íbamos a ciegas, sin productor y con la intención de grabar nuestros temas tal cual los teníamos. Eso también le honra porque no nos cobró por ese trabajo, se involucró tanto que hizo ese papel sin que nosotros se lo pidiéramos. Eso es genial porque a un productor hay que pagarle su trabajo y Antoni no nos cobró nada, al contrario, estaba encantado de ayudarnos.

P: Saliendo un poco de vuestro EP y leyendo vuestra biografía, decís que «la música en valenciano tiene muchas posibilidades y hay que cuidarla y enriquecerla«. ¿Creéis que durante los últimos años, coincidiendo con la masificación artística que han tenido los grupos valencianos, se ha dejado de lado la innovación?

R: Hay grupos que intentan cambiar cosas pero la evolución se está haciendo de forma muy lenta. Todo se basa en la fórmula de la copia, cuando sale un grupo nuevo busca hacer lo que hacía el otro porque a ese le fue bien. Nadie se atreve a innovar porque al público valenciano le gusta algo concreto y hay miedo de que no haya aceptación. Da miedo y por eso está un poco estancado, pero tenemos muchas posibilidades de cambio y estamos viendo cómo salen a veces grupos de todo tipo y hay que apoyarles. Nosotros teníamos dos caminos: el que siguen todos y el de la innovación. Y como no sabemos hacer bien lo que hacen todos, pues nos fuimos para la segunda opción (risas).

P: Como decís, la falta de innovación puede venir ocasionada por el miedo al rechazo, algo crucial para una banda.

R: Exacto, y ese pensamiento lo tiene toda banda que comienza de cero. Nosotros también lo teníamos pero había que probar y, si salía bien, nos alegrábamos. ¿Que salía mal? Pues nada. Estamos comentándote esto cuando aún no hemos tenido la oportunidad de subirnos a un escenario.

P: Al fin y al cabo se habla de supervivencia de la escena y estos últimos años estamos viendo cómo grandes bandas de este idioma están dejando la música por un tiempo y de forma permanente.

R: Claro, y eso pasa porque al final la evolución es nula. Todos nos venden lo mismo, algo que a todos nos gusta y que todos hemos bailado, pero que a la larga comienza a cansar. Todos tenemos referentes pero al final visto un concierto, vistos todos. De ahí la necesidad de innovar.

P: En algunas zonas del País Valencià, esta lengua está relegada a un segundo plano e incluso denigrada por muchos. ¿Cómo es la supervivencia del valenciano en vuestra localidad?

R: En nuestra localidad, dentro de lo que cabe, todavía se habla bastante en valenciano. Si que es verdad que en los negocios cuesta ya un poco más porque entra en juego el factor del turismo y demás. Pero bueno, al final nosotros hemos elegido esta lengua porque es la que nosotros hablamos en casa. El problema es que el valenciano está un poco politizado por muchos. Hay gente que escucha música en francés o en rumano, que no sabe lo que dicen, pero que la disfrutan y no se quejan; pero luego escuchan el valenciano y ya piensan «vaya, ya están los separatistas aquí«.

P: Al fin y al cabo es cultura independientemente del idioma.

R: Efectivamente, pero la gente tiene esa reticencia de que lo catalán ya no mola. No toda la gente, pero si una parte de ella. Al final es una lengua más y nosotros nos queremos expresar con ella. Lo que tiene que llegar es la música, si la letra no la entiendes te pierdes una parte importante del contenido pero la música es universal. Si no la entiendes, siempre puedes buscar las letras y usar el traductor de Google.

P: Esto recuerda a cuando se anuncio el retorno de la Radio Televisión Valenciana, el augurio de la vuelta de la cultura valenciana a los medios de comunicación. Sin embargo, ha pasado el tiempo y parece no haber tenido el resultado esperado.

R: No, está condenada a caer de nuevo.

P: ¿Os han ofrecido promocionar el disco en À Punt?

R: Sí, de hecho hace dos semanas hicimos una entrevista en Territori Sonor, el único programa que está dando la oportunidad de darse a conocer a pequeños grupos. Y para nuestro asombro han elegido «Disco Ets Tu» como sintonía del programa en su versión estival. Y joder, que de entre todos los grupos en valenciano que hay escojan un tema nuestro está muy bien. Es verdad que les ha salido gratis, eso ha podido influir (risas). Pero bueno, quitando eso, estamos muy contentos.

P: De cara al futuro, cuando se acabe todo el problema sanitario que estamos viviendo, ¿tenéis preparada alguna gira presentación?

R: ¿Pero se va a acabar? A este paso llegamos a los cuarenta años (risas). A ver, la gira presentación como tal no la tenemos planeada porque no hay ningún concierto sobre la mesa. Son todo propuestas en el aire. Por nuestra parte, sí que estamos preparando el directo para cuando podamos, pero cuando ya se pueda y realicemos alguno de los conciertos que tenemos apalabrados, comenzará a moverse la maquinaria y ya empezaremos a buscar conciertos para hacer la gira. El problema es que lo vemos tan lejos que no sabemos si podremos hacer un concierto o dos porque está la cosa muy parada.

P: Y más después de la criminalización que se está haciendo de la cultura musical en directo, que se le está cargando el peso de los rebrotes cuando no es así.

R: Y luego en cambio ves plazas de toros llenas. Los conciertos son parte de una cultura que se puede hacer de forma segura y que no trae nada malo, pero lo criminalizan sin motivo alguno.

Juan Fernández

Codirector en busca de un estilo claro. Del hip-hop al rock y tiro porque me toca.

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