Marea en Alicante: 25 años sin aflojar las riendas

Marea en Alicante: 25 años sin aflojar las riendas

El 5 de agosto dio comienzo un ciclo estival de conciertos en el Área 12 de Alicante. Los Marea lo estrenaron con su Gira Sin Riendas 2023 con motivo de la presentación de “Los potros del tiempo” (2022), un álbum cuya publicación coincide con el veinticinco aniversario de la banda. Kutxi, Kolibrí, César, Piñas y Alén decidieron crear una canción la Nochebuena del 1997 y han conseguido consagrarse una carrera que parece no tener fin.

Si bien este último disco de los navarros sigue la estela de los anteriores en lo que a sonido se refiere, destaca por su temática. Los de Berriozar indagan en un asunto cotidiano a la par que tabú como es la muerte. Y lo hacen manteniendo su esencia: rock urbano conjugado con la característica lírica del puño y letra de Kutxi Romero. Una fórmula que ha resultado imperecedera.

Antes de la esperada cita, un grupo vecino de los Marea se encargó de ir abriendo boca a ritmo de rock and roll. Bocanada, con cinco discos a sus espaldas, se ganó a la multitud vestida de negro aprovechando cada uno de los 45 minutos que duró su intervención. Tanto es así que el público terminaría gritando el nombre de la banda. Algo que, por cierto, predijo el cantante nada más presentarse. 

Martín Romero —apellido que os resultará familiar— es un gran showman. No paró de correr, brincar y dar unas vueltas de infarto mientras, sorprendentemente, cantaba temas vocalmente demandantes. Tampoco le faltó tiempo para rasgarse la camiseta por completo ni para bajar a las vallas de la primera línea del público y continuar su actuación desde allí arriba. Además, entre canción y canción, fue dándose a conocer con el humor que caracteriza a los hermanos Romero.

Los teloneros prepararon un set de diez canciones con mucha garra. Entre otros, incluyeron “Para siempre”, “Más animal” y su último sencillo, “Bocanada”. La voz quebrada del vocalista brillaba con potencia junto a una gran presencia de guitarras eléctricas. Comenzaba a anochecer cuando llegaba la recta final, en la que su álbum “Caballos de rienda larga” (2009) cobró protagonismo: tocaron “Río”, “Mala hierba” y, para finalizar, su famosa “Campo a través”. 

A las diez de la noche, una pieza flamenca de El Cabrero (José Domínguez Muñoz) empezó a sonar en el recinto de Rabasa. Versaba sobre un tempus fugit en toda regla que ha servido a los Marea como inspiración en este álbum conceptual, y que hicieron sonar junto a las imágenes en movimiento de unos caballos galopantes. 

 “Los potros del tiempo pasan
Que nadie los puede parar
Parece que no te alcanzan
Pero te dejan atrás
Porque son de pura raza”

Tras esta introducción, el quinteto apareció en el escenario preparado para presentar en directo la primera canción de su reciente disco, “Otra cicatriz”; seguida de “Más me duele a mí” y “La grillera”. El público acogió bien estos nuevos temas que, como comentó con sorna el mismo vocalista, guardan cierto parecido con los que tienen más rodados. Sin embargo, la efusividad de los asistentes se hizo más palpable con la veterana “Mierda y cuchara”, con la que más de uno se animó a cantar a pleno pulmón.

De esta parte en adelante, se sucedió un repertorio que combinaba sus grandes éxitos, como “Manuela canta saetas”, “Corazón de mimbre”, “Que se joda el viento” y “Trasegando”; con composiciones de su último trabajo, como “El más sucio de los nombres”, “Se acaba el baile” y “Buena muerte”. La formación demostraba su sobrada experiencia sobre el escenario, así como una facilidad para crear complicidad con los espectadores gracias a la retórica del cantante principal.

Pese a necesitar algún que otro descanso, mantuvieron una gran energía durante las dos horas que duró el show. De hecho, en múltiples ocasiones enlazaron una canción con la siguiente, negando la oportunidad a un aplauso entre estas. Hacia la segunda mitad del concierto, el ambiente se tornó más emotivo cuando homenajearon a Boni (de Barricada) versionando “El trompo” con el Piñas al micrófono. 

Seguidamente, la banda retomó la dinámica de intercalar canciones de sus distintos discos, ofreciendo un repaso por su trayectoria musical. Así, tocaron desde las más míticas como “La luna me sabe a poco” y “En tu agujero” hasta otras noveles como “Nuestra fosa” y “Esta puta soledad”. Antes de los falsos bises, reapareció en el tablado Martín para acompañarlos en la interpretación de “Como los trileros” con su usual vitalidad.

La velada estaba llegando a su fin y el público parecía insaciable. El grupo regresó con “Jindama” seguida de “El perro verde”, uno de los temas favoritos de los aficionados, que lo recibieron con gran ilusión. Finalmente, los Marea escogieron su canción primogénita para cerrar el concierto por todo lo alto con los asistentes exclamando su nombre. Un recordatorio de sus inicios, que siguen muy presentes en su idiosincrasia. Está claro que la marea no ha amainado ni hay previsión de ello.

Anna Casals

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