Lean Fest | Concierto para amigos y familiares
D.Nadie y Ethan G eran los cabeza de cartel de un evento al que se unió F.Solo
Cada fin de semana hay un concierto al que ir, un artista al que entrevistar o un nuevo disco publicado; pero lo que sucedió el 7 de marzo en el Lean Fest de Babel Live Stage fue de otra dimensión. No sé si catalogarlo de forma positiva o negativa, pero fue todo muy raro. Verdadero espíritu trapper.
En esta crónica hablaré de lo sucedido dentro de la sala, por lo que no entraré en polémicas sobre cuestiones externas a ella. La música es lo único importante en un concierto y eso se tiene que ver reflejado en este escrito. De momento, lo que mencionaré será la afluencia del evento, una sala en la que el 100% de asistentes eran familiares y amigos, donde el telonero hizo el primer concierto de su vida sin gente mirándole y y con solo dos cámaras captando su puesta en escena.
Así, todos estaban preparados para ver el espectáculo a dúo de D.Nadie y Ethan G, con una actuación previa del tatuado con serpiente F.Solo. Tres artistas locales iban a dar rienda suelta a sus estructuras y su flow, con una profesionalidad subjetiva. Ellos lo hacen bien, eso no cabe duda. Pero el ambiente afectaba y afeaba a partes iguales.
El primero en salir al escenario fue F.Solo, un chaval algo tímido pero inspirado, con ganas de pisar por primera vez las tablas de un escenario y con un nerviosismo creciente. La gente hacía corros entre ellos y solo unos pocos giraban su cabeza hacia el artista. Mientras, F.Solo intercalaba temas propios con alguno de su ídolo Post Malone.
Algún músico local como Seven de Brother Selected apareció por allí para apoyar al chaval que, con la presión interna, no pudo dar todo lo que estamos seguros que puede aportar. Su voz es algo poco explotado en la industria, con unos registros muy interesantes que pueden llegar a notas muy difíciles. Son cosas a valorar de un cantante que ha comenzado a andar este camino.
Los siguientes venían en un pack. Los inseparables D.Nadie y Ethan G se llevaron a todo el barrio a la Babel Live Stage. La cantera alicantina estaba dispuesta a hacer disfrutar a su público con los temas más representativos de cada uno. Los asistentes se acercaron, los móviles se alzaron y las historias de Instagram comenzaron a fluir con ellos de protagonistas.
Interactuaban mucho con su público y es que, debajo del escenario, había desde amigos de toda la vida hasta familiares. Dos artistas sobre las tablas que se escribieron un setlist de gala para intercalar canciones de ambos que todo el mundo se sabía. Esa estampa era muy bonita, se nota que si cuidan su directo pueden subir «poco a poco» y hacer una bonita casa de «sus ruinas».
El problema reside en que, para llegar a coger su preciado oro, antes tienen que pulir una puesta en escena aún arcaica. La profesionalidad se curte con la experiencia y no dudo que estos jóvenes traperos lo conseguirán con el paso del tiempo. Los temas en estudio son otra cosa, pues trabajos como el «Dreamless» de D.Nadie tienen ya la profesionalidad que les falta a muchos trappers de la élite nacional.
Pero, en líneas generales, este concierto sí que fue puro trap. Música desde el barrio para la gente del bloque, con un público integrado en el show que recibía alguna advertencia de la sala para fumar en la calle. El humo era el delator. Una madre que era venerada desde el escenario y un amigo que salía a cantar con ellos. Así se establecía la comunión entre artista y público, toda una bonita estampa que empeoró cuando el micrófono llego a manos del público. En ese momento, Los Chichos llegaron a la sala.
El micro comenzaba a rular por las manos de los allí presentes sin control entre risas y clamores, pero que dejaba una profesionalidad algo dañada. Entiendo que se sintieran como en casa, en un concierto privado, pero no dejaba de ser una sala abierta al público. Son cosas que hay que pulir, pero que son normales en los primeros años de andadura. No dudo en que esto cambie, y en un tiempo veremos a dos artistas muy pegados en la industria nacional.