Jazzwoman: «Hay que hacer todo lo posible por que no se pierda el valenciano»
La valenciana Jazzwoman visitaba el sur del País Valencià para actuar en las fiestas de Monòver junto a compañeros de profesión como Auxili, Cactus o Samantha. Es una de las artistas de cabecera de URBAN LIFE así que nos vimos en la necesidad de charlar un rato con la rapera para hablar sobre creación y reivindicación.
Los nervios existieron en la entrevista, al igual que la improvisación en las preguntas. Esta charla es fruto de un interés por conocer más sobre Carmen Aguado (Aldaia, 1996), la persona que hay detrás de un proyecto que ha pasado por varias situaciones: su pasado en grupo, su andadura en solitario y la ayuda de Periferia Norte. Las respuestas vienen desde la sinceridad más profunda de la artista.
Pregunta: Ya han pasado varios meses desde que publicases «Atlantis», un disco con una propuesta más arriesgada en una variedad más amplia de registros sonoros. ¿Cómo valoras, con el paso del tiempo, el recibimiento que ha tenido entre el público?
Respuesta: Es una pregunta muy difícil de contestar. En «Atlantis» no vas a encontrar dos canciones iguales. He experimentado mucho con ciertos géneros que no se suelen escuchar en el ámbito urbano y he demostrado que se puede rapear saliéndose de los dogmas y aportando tu mensaje y tu forma de ver las cosas. Este CD ha sido consecuencia de lo que me ha salido del corazón en todo momento. Me gusta mucho mostrarme camaleónica y creo que lo estoy mostrando desde «Bagheera».
P: ¿Escribes pensando más en ti o en tus oyentes?
R: Sonará muy egoísta pero escribo para estar bien conmigo misma. Considero la música como una psicóloga. Me refugio de mi día en las letras que compongo, y luego si la gente coge mis canciones y se las apropia, mucho mejor. Para eso sirve la música, es bonito que cada uno le de su propio significado a cada canción.
P: Sí algo podemos ver en tus trabajos es una mezcla de estilos y la intercalación de temas en castellano con otros en valenciano. ¿Cómo son los procesos compositivos de Jazzwoman para elegir el sonido y el idioma de las canciones?
R: Los procesos son totalmente naturales. Siempre empiezo haciendo freestyle, pues al final nací musicalmente en los parques haciendo batallas. Después de ese primer acercamiento, ya entras de lleno a ver cómo encaminas el tema.
P: En este sentido, ¿cómo has cambiado profesionalmente tu música desde que decidieses adentrarte en una carrera plenamente individual?
R: Lo cierto es que lo que pasó en su día no fue decisión mía, siempre me había gustado trabajar en equipo y cuando me vi sola lo pasé mal. A veces la vida te pone piedras en el camino que tienes que sortear, pero creo que he conseguido salir bien del paso y construir un proyecto bastante sólido.
P: ¿Cómo valoras el apoyo que te brindó Periferia Norte?
R: Periferia fue un gran pilar para mí porque no tenía ningún recurso para grabar mis canciones. Fueron ellos los que apostaron por mí desde el primer momento sin darles nada a cambio. Me cedieron todos los instrumentos necesarios para poder llevar a cabo mi música y estaré eternamente agradecida por ello.
P: Haciendo autocrítica, ¿hay alguna faceta en la que creas que aún te queda por mejorar?
R: Siempre hay algo que mejorar. Me fustigo mucho en eso, tanto cuando hago música como cuando me subo a un escenario. También depende un poco de las energías. Hay días que me veo más capacitada que otros para dar un concierto, por ejemplo.
P: Ahí también influye la intensidad del público, ¿no?
R: Sí, pero esos son factores externos que no puedes controlar. Una tiene que centrarse en lo que ella puede hacer para dar lo máximo posible.
P: Estamos en el sur, una zona en la que siempre ha costado inculcar el valenciano. Siendo una persona que se muestra plenamente valenciano-parlante en redes sociales, ¿cómo valoras la situación en la que se encuentra este idioma en el sur del País Valencià?
R: Yo soy valenciana con familia manchega por parte de padre y tengo tanto el valenciano como el castellano muy arraigados. Puedo comenzar hablándote en castellano y acabar usando el valenciano sin querer. Tengo la suerte de que me han criado en dos idiomas a la vez. Aquí, en la terreta, ha habido momentos en los que hemos comido mierda y en muchos pueblos no se habla en valenciano porque, en esos momentos, si hablabas en este idioma te mataban. Son cosas que hay que cambiar y hay que forzarnos a hablar un poco más en nuestro idioma aunque digamos «espardenyaes«.
P: Entra en juego también el miedo a la equivocación.
R: Y la vergüenza por lo que te puedan decir en cualquier sitio. Por eso mismo hay que hablarlo sea donde sea, hay que hacer todo lo posible para que no se pierda el valenciano.
P: ¿Has sentido alguna vez esa vergüenza de la que hablas?
R: Por supuesto. Y me sigo rayando por ello. Muchas veces fusiono palabras sin querer, tengo dislexia y mancheguizo el valenciano.
P: ¿Crees que el componente social de tus letras puede ayudar de alguna forma a las personas que te escuchan?
R: Mi música no tiene una intencionalidad concreta. En ella quiero expresar mi bilingüismo y temas importantes de los que me siento capacitada para hablar. Dejo que la gente se tome mis letras como quieran. Si para ellos es su forma de lucha, lo agradezco un montón porque eso me da fuerzas para seguir queriendo dedicarme a la música.
P: ¿Entenderías tu música sin hacer letras con mensaje?
R: Yo escribo de mi día a día y de las cosas que viven las mujeres que me rodean. No podría cambiar mi forma de expresarme musicalmente ni aunque me obligasen. Mi historia es así y, por mucho que le incomode a alguien, voy a seguir hablando de ello.
P: ¿Qué podremos esperar del futuro a corto-medio plazo de Jazzwoman?
R: Está en proceso algo que aún no tiene forma. No sé si serán dos CDs, uno sólo… No sé que va a ser, pero sí sé que irá dedicado a mi abuela. Ya tiene muchos años y, sabiendo que llegará un día en el que ella no esté, quiero dedicarle su historia. Ella es mi mayor fan. Me dijo que quería que grabase un pasodoble. No sé cómo lo haré, pero ella tendrá su pasodoble.