Fiesta, alcohol y La Fúmiga | Bienvenida UA

Fiesta, alcohol y La Fúmiga | Bienvenida UA

Por tercer año consecutivo, la Universidad de Alicante daba la bienvenida a sus estudiantes con una fiesta en formato «paellas»

Llegaba la excusa de todo estudiante. La forma de escaquearse de una rutina que acaba de comenzar y se torna tediosa. La Bienvenida UA, en formato paellas, cumplían su tercer año en San Vicente, tras copiar la propuesta de su compañera UMH. Así, se preveía una fiesta por la que tanta gente había hecho grandes colas en los montículos instalados en el Aulario 1, deseosos de poder conseguir su pulsera a precio rebajado. Para estos casos, cada vez son más los intentos de conseguir pasar siendo menor, y las seguridades para evitar esto se multiplican progresivamente.

Así, tras presenciar algunos amagos de fotos de documentos de identidad en el móvil que acabaron por no convencer a los trabajadores, entrábamos a un recinto que bailaba al ritmo de “She Don’t Give a Fo”. Tiger Fighter había abierto la velada del viernes 27 de septiembre con menos gente efusiva de lo habitual. El ambiente tardó un poco en cocerse, incluso con un Santy Mataix que alternaba el rap noventero de Ayax y Prok con el punk de Boikot o el mestizaje de La Raíz. Nunca puede faltar su nombre en el cartel, aporta ese toque diferente al plantel de DJs que maneja siempre paellas, alejándose de los ritmos urbanos que predominan actualmente en las discotecas. Para ello ya está el resto.

Foto: Juan Fernández

Pero si de algo me quejo este año, es de la falta de música en directo, peso soportado únicamente por La Fúmiga en un afán de reivindicar su posición dentro del cartel. Ya hablaremos de ellos más adelante, porque antes había más artistas esperando su puesto en la mesa de mezclas. Como apunte, la próxima vez podría venir Santy con sus Cactus, para dar visibilidad a ese proyecto tan interesante que trae entre manos.

Pero la mañana seguía y, a la hora de la comida, salía al escenario Yas Cepeda. Este sí que levantó más a la masa ferviente de universitarios multicolores que abarrotaba el recinto ferial de Rabasa. Sin embargo, me sorprendió ver la poca cantidad de polvos de colores sobrevolando el cielo alicantino, como lo hacía cada dos por tres el confeti disparado por el escenario. También hicieron gala de fuego para dotar de más dinamismo el escenario, pues no dejaban de ser artistas detrás de una mesa. Todo eso, puntos a tratar en la crónica, se sumó al novedoso material de los platos, más concienciado con el medio ambiente y que sustituía al plástico previamente utilizado. Estos pequeños gestos son los que merecen la pena en eventos de esta magnitud.

Foto: Juan Fernández

Y si antes hablábamos de Santy como un seguro dentro de estos berenjenales, no podía faltar el gran Alex Selas. Querido por todo el mundo, se subía a la mesa reivindicando que ya estaba él allí, encima del escenario.  Aquí terminó de desatarse la locura con temazos de ayer y de hoy, acabando con un surtido de reggaetón antiguo que tanto funciona y su más que preciada “Princesas” de Pereza para marcar el punto y final del show. Siempre es un seguro, tanto en macroeventos como en fiestas de sala. Por más sesiones de Selas.

Foto: Juan Fernández

Y había llegado el momento de presenciar la única actuación en directo del día. La música en valenciano estaba perdiendo grandes nombres de su escena por descansos más que merecidos y el mundo necesitaba a La Fúmiga. La banda, con tal cantidad de integrantes, no ganará mucho dinero por cabeza, pero sus composiciones atraen la felicidad de muchos jóvenes deseando cantarlas a pleno pulmón. “La Fúmiga tortura i assassina” brillaba en una satírica pancarta amarilla en el centro de la primera fila. Esa misma cartulina acabó presidiendo el centro del escenario con una respuesta cómica más que positiva por parte del conjunto valenciano.

Y pudimos disfrutar de hits veraniegos, y ya otoñales, como “Primera Conjugació”, “La Ferida” o la siempre perfecta para cerrar el chiringuito “Mediterrània”. Siempre se agradece escuchar música en directo, y más con el encanto que transmiten Beteta, Àrtur y el resto del grupo. Pero su actuación cogió otro giro cuando alzaron la voz contra el fascismo en un recinto plegado de ideologías y, por ende, de gente con un pensamiento contrario al suyo. Con el “Fora nazis dels nostres carrers” dieron paso a una ovacionada “Monstres i Gegants” que tuvo momentos de coreos, aunque no tan grandes como el a capela del público en “Cançó Que Mai S’Acaba”. Fueron momentos especiales, como cantar “Bella Ciao” con su sentido partisano y no como la banda sonora de una serie de éxito.

La Fúmiga | Foto: Juan Fernández

También aparecieron por el escenario en forma de versiones grandes artistas de la talla de Txarango, Aspencat, La Pegatina, Obrint Pas o Don Omar y su “Pobre Diabla” tan esencial para Jose Beteta. Se pasó muy rápido el concierto, tanto que nos dejaron con ganas de más. Se despedían sonando “Tu Canción”, rápidamente transformada en el temazo “Nano” de la gran Jazzwoman. Quien haya asistido a más conciertos de La Fúmiga ya sabrá lo que se debe esperar, otros como yo ya nos sabemos de cabo a rabo todo el setlist y aun así queremos más. Mientras esperamos la salida de su primer disco, ya tenemos apalabrada una entrevista con ellos (si leen esto, ya saben…).

Y con el subidón, llegaba el final de la Bienvenida UA con la última sesión del día: Sandro Avila. Con sus mezclas acabó un día donde hubo mucha fiesta, desfase y bebida por doquier. A la mañana siguiente, muchos estudiantes se arrepentirían por la resaca y otros por no haber ido. Pero, lo que está claro, es que el formato paellas es una tradición que vino para quedarse.

Juan Fernández

Codirector en busca de un estilo claro. Del hip-hop al rock y tiro porque me toca.

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