El Spring Festival se consolida en su edición más difícil
Cuando todo se vuelve en tu contra, la razón humana cree conveniente bajar los brazos y darse por vencida. El Spring Festival, en cambio, hizo todo lo posible por mantener a flote esta edición en 2023 que hacía aguas, literalmente. Los pronósticos daban lluvias durante los dos días del evento. Afortunadamente la primera jornada celebrada el viernes 26 de mayo se llevó a cabo sin ningún tipo de incidente, pero el vendaval llegó el sábado 27 de mayo.
Como previa a cualquier aspecto meteorológico, la organización aseguraba que era su edición más ambiciosa. Por primera vez el festival indie líder en la Comunidad Valenciana hacía un desembolso cuantitativo notorio para traer a un grupo internacional como cabeza de cartel, y este era nada más y nada menos que Two Door Cinema Club.
La formación irlandesa, creadora de himnos como «What You Know», «I Can Talk» o «Sleep Alone» era un aliciente para el público alicantino, sumado a otras confirmaciones de altura como Leiva, Fangoria o Alizzz. Eso hizo, además, que gente de fuera de la provincia programase una escapada para asistir a un evento que prometía ser inolvidable.
Y al menos eso va a ser cierto, a la gente le costará olvidar las grandes lluvias vividas la segunda jornada del festival, el éxodo de muchos asistentes hacia sus coches para refugiarse y la gran acción de los organizadores al proporcionar chubasqueros gratuitos a todos los festivaleros desde las barras ubicadas por todo el recinto.
El día del orden
El festival abría sus puertas a las 18:00 horas del viernes 26 de mayo con la primera actuación en el escenario Alicante City & Beach de Viscopaf, el grupo que ganó el concurso de bandas celebrado la semana anterior en la sala Stereo. Su sonido veraniego impregnó de buena vibra a las primeras personas que entraron en el Multiespacio Rabasa dispuestas a no perderse ni un concierto durante toda la jornada que acontecía ante ellos.
Con un EP formado por «Balconing», «La Mejor Solución» y «Ciberataque», aprovecharon para ganar adeptos con una propuesta que mezclaba el sonido más disco de los años setenta con el indie noventero más característico. Además, invitaron a su rival en el Emerge Alicante 2023, Elsa Grande, para interpretar uno de sus temas más representativos.
Seguidamente, estrenaban el escenario grande de Vibra Mahou unos Shinova destinados a paralizar a toda una ciudad a base de canciones cantadas desde el alma con la evocadora voz de un Gabriel de la Rosa que se mostró inconmensurable.
Temas como «Niña Kamikaze», «La Sonrisa Intacta», «Para Cambiar el Mundo» o «Ídolos» fueron coreados por un público que no paraba de crecer pese a ser sólo el segundo directo del día. Era la primera vez que veía a los vizcaínos en directo y es increíble lo que transmiten encima del escenario, siendo capaz de anular cualquier pensamiento externo a su actuación.
En este tipo de festivales entra en juego el gusto personal por encima de cualquier otra característica y que Ginebras tuviese su hueco en el cartel era mi signo de debilidad. Quedarte afónico en el tercer concierto de un festival te arruina el día, pero es que toda la discografía de estas artistazas está llena de himnos.
«Alex Turner», «Billie Max», «En Bolas», «Crystal Fighters», «Cosas Moradas», «Chico Pum», «Ansiedad», «Desastre de Persona»… ¿Cómo no quedarse sin voz con la compilación de temas así? Han pasado de ser el grupo revelación de la escena a la banda que desafía a una industria bienquedista que le teme a los discursos disidentes y a la exposición de ideas encima de una tarima. Y eso es un tema que quizá sea necesario ampliar en un artículo aparte, pero lo que sí puedo decir es que Ginebras ayuda a liberar tensiones y a gritar como síntoma de desahogo. Y eso es algo digno de elogiar.
Nos acercábamos al ecuador de la jornada con unos Two Door Cinema Club a los que les faltaba la adrenalina que le sobró a Carolina Durante. Para mí, los irlandeses sobraron. Aburridos, parados y actuando sin ganas, solo en pie por el dinero que había sobre la mesa. En cambio, lo de los Carolina Durante es una auténtica barrabasada. Adrenalina y pogos constantes.
Era el grupo del cartel que más veces había degustado en directo y puedo decir, sin pelos en la lengua, que nunca defraudan. Su álbum «Cuatro Chavales» ha calado bien entre sus fans y temas como «Granja Escuela» o «Tu Nuevo Grupo Favorito» han conseguido el estatus de clásico como «Nuevas Formas de Hacer el Ridículo» o «Cementerio».
Ellos hicieron que la gente no se durmiese viendo a Carlos Sadness aunque antes del señor de la papaya hubiese un break para aprender historia de España con Fangoria. Ya solo quedaba el concierto que más me había sorprendido encontrar en el cartel.
Alizzz llegaba al Spring Festival después del «tanganazo» de la pasada edición y no sé si fue que las altas horas de la noche bajaron mis fuerzas, pero se me quedó una actuación algo descafeinada que remontó un poco la presentación de temas como «Ya No Siento Nada», «Ya No Vales» o «Que Pasa Nen». Sin embargo, tampoco evocó un mínimo de adrenalina en un público ya exhausto de tanto movimiento. De esta forma, y con la posterior salida de ELYELLA, se daba por finalizado un día sin incidentes que no se vio replicado al día siguiente.
El día del caos
Todos los rezos que se realizaron el día anterior no surtieron efecto durante la jornada del sábado. Amaia se retrasaba un poco a la espera de que cesase la lluvia y, aunque se consiguió durante un momento, en mitad de la actuación de la ex-triunfita se convocó al relámpago.
Los asistentes acudían a las barras para conseguir uno de los chubasqueros que regalaba la organización y eso hizo un poco más ameno el chaparrón, pero cuando La La Love You apareció en escena todo se había ido de madre.
La gente acudía a las pocas zonas techadas del recinto, se dirigían directamente a sus coches para llegar lo antes posible a casa o incluso utilizaban sus redes sociales para pedir la cancelación del evento y su correspondiente devolución de las entradas. Todo era un caos que nadie deseaba pero que el destino quiso colocar.
El Spring Festival vivió en ese momento su situación más complicada en una edición en la que aspiraban al todo. Pero el azar hizo que, pese a que se retrasase el concierto de Lori Meyers, la programación continuase tal y como estaba prevista. Bueno, o casi. Un error en una de las canciones más famosas de la banda dejó al festival durante unos minutos sin música en directo.
El festival se acababa al igual que lo hizo la lluvia. Todo estaba destinado a hacer de la actuación de Leiva una estampa inolvidable en la retina de los allí presentes. Antes de eso, no obstante, Pimp Flaco y su banda aparecían sobre el escenario para interpretar temas que se han convertido en himnos como «Autoestima», «No Sabes Mentir» o «La Pared».
Pero el espectáculo principal lo iba a dar el ex de Pereza. «Sincericidio» abría la veda de un concierto que era más que una actuación de festival. La entrada merecía ser pagada por actuaciones así. Los asistentes vibraban con temas como «Guerra Mundial», «Lobos», «Breaking Bad», la reciente «Jaula de Oro» o «Terriblemente Cruel».
Llegado el ecuador del concierto, la lluvia volvió a hacer de las suyas pero ya a nadie parecía importarle. Dile a alguien que deje de cantar «Superpoderes» porque está mojándose un poco. Pues eso. Lo que se vivía en ese momento era una oda a la música. Un espectáculo en directo con el que vibrar y corear.
«Godzilla» y «La Llamada» dieron paso a una retahíla de canciones de su anterior periplo en Pereza. «Como lo Tienes Tú», «Estrella Polar» y sí, «Princesas», dieron un broche de oro a una locura de actuación que encontró con «Como Si Fueras a Morir Mañana» y «Lady Madrid» las canciones perfectas para un adiós.
Y después de eso, uno se sentía desnudo. Todo lo que tenía lo había echado por la boca. El Spring Festival pasó de pender de un hilo a coronarse como referente nacional. Unos electrónicos Delaporte y unos cachondos Ojete Calor cerraron una edición arriesgada que, tras mucho sufrimiento por parte de los organizadores, se alzó victoriosa.
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