El River Tour de Morgan desemboca en el corazón de Barcelona
El Palau de la Música Catalana en Barcelona acogió el pasado 4 de febrero a Morgan, sorteando las múltiples cancelaciones de conciertos que están sacudiendo la música en directo en estos tiempos de coronavirus. La banda madrileña llevaba su River Tour a la ciudad condal para presentar su último trabajo “The River and the Stone” (2021) en la vigesimotercera edición del Festival Mil·lenni.
Pasaban unos minutos de las nueve cuando se encendieron las primeras luces del escenario. El vitral modernista central regalaba desde lo alto una tenue iluminación que inundaba el espacio, creando una atmósfera mágica. Los seis integrantes de la agrupación, recibidos entre aplausos y vítores, dieron comienzo al primer tema de la noche: «Hopeless Prayer«. Al calco del disco, le siguió el enérgico a la par que elegante «River», cuyo momento álgido fue el solo de piano a las manos de David Schulthess.
Nina (Carolina de Juan) tiene una de esas voces que te atrapan desde los primeros segundos de escucha. A lo largo de un repertorio de exquisita variedad sonora que bebe del folk rock y del soul, la vocalista demostró su sobrado virtuosismo en canciones procedentes tanto del último álbum como de los dos anteriores —»North» (2016) y «Air» (2018)— que componen el recorrido discográfico de Morgan.
Además de embelesar con su voz, el carisma de la letrista también desprende magnetismo. Se mostró transparente y espontánea durante la velada, compartiendo con los presentes su mundo interior. «Es una movida muy grande…», se emocionaba al contemplar el conjunto de butacas a punto del sold out. ¿Quién les iba a decir, cinco años atrás, cuando se estrenaron en Barcelona ofreciendo un concierto gratuito en la Jamboree, que acabarían tocando en el Palau?
«Blue eyes», «Attempting», «On And On», «Goodbye» y «Work» precedieron a un «Paranoid Fall» lleno de garra y rock, para el cual Nina dejó atrás el piano y, micro en mano, se plantó en el centro del tablado. Reconocería después que no lo había hecho nunca: «Progreso adecuadamente», bromeaba.
De vuelta al teclado, la artista se sentía como en casa, llegando en una ocasión a pedir a sus compañeros que aguardasen para poder beber agua. Asimismo, se acabó de meter al público en el bolsillo expresándose en numerosas ocasiones en lengua catalana: «Bona nit a tothom», sorprendió al dirigirse por vez primera a los y las asistentes. Fueron comunes los «Gràcies» e, incluso, llegó a utilizar la frase hecha «Fem un pensament?» para advertir de que en algún momento el concierto finalizaría.
«Silence speaks» entró con delicadeza a voz y piano. Pronto, la batería de Ekain Elorza irrumpió y llevó a la balada in crescendo hasta involucrar a toda la banda en, una vez más, una ejecución perfecta. Le siguió «WDYTYA?», un tema que nace del interrogante “¿Quién te crees que eres?” para poner en su sitio a esas personas que quieren decidir sobre nosotras, acompañado de una instrumental rockera que transporta a los setenta. Seguidamente, se sucedieron las pegadizas «Oh Oh» y «Flying Peacefully», que levantaron el ánimo a todo el público.
Era el turno de «Volver», la pista extra que inició la tradición de incluir una canción en castellano en cada uno de los álbumes de Morgan. Y no tardó en sonar la del último disco: «Un recuerdo y su rey». ¿Qué puedo decir? No dejen morir esta costumbre. En seguida llegaron «Home» y «Kind Of Love», que fueron las últimas canciones del repertorio antes de los falsos bises. El sexteto reapareció en el escenario con «Alone», dejando claro de nuevo su calidad musical con este temazo en el que las influencias pinkfloydianas se hacen evidentes.
Los primeros acordes de «Sargento de Hierro» bastaron para enmudecer al público. Imposible no emocionarse con esta canción, con la que a servidora se le cayó alguna lágrima tras ese «No me dio tiempo a decir lo mucho que te quiero» que da pie al desgarrador estribillo. Pero la montaña rusa de emociones ascendía de nuevo con la marchosa «Another Road (Gettin’ Ready)«.
De nuevo en el centro del escenario, esta vez sin necesidad de micrófono gracias a la buena acústica del lugar, Nina colocaba el broche final a la noche con un «Marry You» en un dúo acústico junto a Paco López. Si bien se aprecia una gran sinergia entre los componentes del grupo, esta complicidad se hace más evidente entre la cantante y el guitarrista. La artista hizo una demostración vocal magnífica que puso el punto final al concierto por todo lo alto.
Nina no cesó de agradecer la asistencia al público, así como a todo el personal que había hecho posible aquel encuentro, cuyos nombres tenía anotados para no olvidarse de nadie. Al terminar, le ofrecieron un ramo de flores y ella no dudó un segundo en repartirlas entre todos sus compañeros; un gesto que mostró de nuevo la espontaneidad y afabilidad de la música. El público se despidió con un largo aplauso en pie, agradecido por la dosis de música que la banda les había concedido durante dos horas.
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