Despistaos | Mucho más que canciones populares para mentes opacas

Despistaos | Mucho más que canciones populares para mentes opacas

Vamos a derribar mitos. Falsedades como que la industria se rige por la popularidad o que la música es un bien socialmente adquirido por y para todos. Durante años. la sociedad ha ido aceptando que ciertos nombres del panorama musical nacional, más enfocados al ámbito popular, carecían de un componente elitista que les mantuviese en un espectro concreto del mainstream. Esto ha repercutido en que bandas de carácter divulgado intergeneracionalmente sean relegadas a una posición ajena a la que se merecen.

Las apariencias y las distenciones han conseguido que los grupos de carácter popular estén siendo relegados a terceros planos y a no ser aceptados por todos, como sí pasaba antaño. Todos hemos oído la denominación one hit band para señalar a esos proyectos musicales que se hicieron famosos con un único tema. A-ha, Meredith Brooks, The Knack o incluso Vanilla Ice son ejemplos de esta lapidación.

La intención de esta entradilla a una crónica de Despistaos no es otra que aclarar que eso que se entiende como «banda de un único tema» es algo totalmente erróneo que está completamente fuera de lugar. No todo sucede a primera vista ni todo tiene que viralizarse para ser bueno o aceptado. La música es algo más que llegar, besar el santo y finalizar un proyecto. El componente idiosincrático de un tema va más allá de su divulgación.

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Daniel Marco (Despistaos) | Foto: Marc Pujalte

«Ice Ice Baby», por ejemplo, logró que una sociedad estadounidense tan plural como elitista escuchase y venerase un tema de rap compuesto por un joven blanco de Dallas, Texas. El resultado fue que el hip hop de Vanilla Ice tuviese una influencia marcada por vender más de 20 millones de discos a nivel mundial. Y, aunque a alguno le duela, esto no es sólo germen de un banger.

En España tenemos el caso de los temas «El Vals del Obrero» y «Cannabis», que auparon a Ska-P a un lugar de privilegio. Y todos sabemos que la carrera de los vallecanos ha seguido en alza con trabajos (menos populares entre las masas, más valorados entre los fieles) como «Eurosis», «Planeta Eskoria», «Que Corra La Voz» o «Lágrimas y Gozos». Estos ya no hacen bailar a banqueros y gente pija, pero refuerzan la ideología y la reivindicación que desde un principio pretendían lanzar.

Y llegados a este punto, ver que una banda como Despistaos, que ha sido sintonía de cabecera para una gran parte de la población de este país, realizaba una gira para celebrar sus 20 años al pie del cañón, significaba que el mito se volvía a derribar. Que tu les conozcas por «Física o Química», es tu problema; pero eso no significa que su estela se quedase allí. Las críticas de este tipo suelen ser muy frecuentes y la culpa de esto recae en el elitismo cultural. Ese que te dice lo que tienes que escuchar y lo que no. Lo que te marca las pautas de lo que está de moda.

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Despistaos | Foto: Marc Pujalte

Pero nada más lejos de la realidad. Una banda no celebra 20 años encima de los escenarios por el empujón de una serie de televisión. Vale que pensar en Despistaos puede transportarte a la moda de estilo grunge y colorista de los 2000, a Kukuxumusu y al Tamagotchi. Pero también es pensar en ese discazo de hace tres años llamado «Estamos Enteros» o un más reciente «Ilusionismo» que ha explorado un nuevo sonido dentro del pop-rock característico de los de Guadalajara.

Trascender en el tiempo es salir al escenario y ver que hay una gran variedad de edades entre el público. Porque aunque no se llenase su paso por la Sala The One de Alicante, lo que se vivió allí era la magia de la música intergeneracional. También es igual de importante que se cante con la mismo euforia un tema de tintes añejos como «Resucito» y tu más reciente publicación: el remake de «Estrella».

Pero es que antes de eso, tuvimos la oportunidad de deleitarnos con un show previo de la banda Emlan. Las influencias de grupos como Blink 182 y Sum 41 son más que obvias para su frontman Arnau Moreno, no solo en el sonido de sus canciones sino en la estética. También tienen ese componente de skate-punk en los videoclips, donde la grabación de «No Era Nuestro Plan» en colaboración con Arnau Griso se acerca mucho a la narrativa del video oficial de «In Too Deep».

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Emlan | Foto: Juan Fernández

Los conocí de casualidad gracias a una publicación de Samantha en Instagram, quien también estaba entre el público, y me sorprendió llegar a la sala y que estuviesen ellos sobre el escenario (no sabía que iba a haber teloneros en el concierto). Un aspecto a mejorar puede ser la planificación de movimientos encima de la tarima, donde los nervios y la presión pueden llevarte a moverte sobre el escenario sin rumbo fijo. Y aunque no me pega mucho escuchar letras como la de «Reina del Insti» en ellos, otros sencillos como «Autocine», «Cara de Tontita» o «Mala Decisión» son grandes tracks que hablan muy bien del trabajo compositivo y musical del lleidatà.

Era una buena entrada en calor como previa a una fiesta celebración de 20 aniversario que se preveía apasionante. El público que se congregó en la Sala The One eran auténticos fans de la banda. Desde «Ruido» hasta «Gracias», corearon todos y cada uno de los temas que habían preparado los guadalajareños. Era un cancionero dispuesto a tributar toda una carrera. Por ello, hubo representación de todos los discos de la banda. Temas como «Dibujando Primaveras», «Estamos Enteros» o «Lo Que Hemos Vivido» abrieron la veda de una concatenación de éxitos que puso Alicante patas arriba.

Y el directo era, en pocas palabras, efectivo y eficiente. Efectivo porque la puesta en escena, el sonido y las luces estaban aportando su 100% al desarrollo de la actuación. Se notan los gajes del oficio en una banda más que acostumbrada a estas labores. Y eficiente porque Dani Marco prefería agotar el tiempo estipulado a golpe de rock en lugar de tensar los minutos con reflexiones irrelevantes para el público final. Despistaos hablaba con la música, y el dinamismo se vio recompensado en una extensa actuación que rozó la treintena de temas interpretados.

«Mientras Bailas Sola», «Lo Contrario de Ninguno», «Soportales», «Un Miércoles Cualquiera», «Desde Que Nos Estamos Dejando»… Cada canción era celebrada como si fuera la última. Este público no estaba expectante por que sonase la traca final de la popularidad, aunque a algunos les cueste entenderlo. Siguieron temas como «Volveremos», «En La Nevera», «Demasiado Tarde» o «Es Importante».

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Despistaos | Foto: Juan Fernández

Llegados a este punto, pude comprobar como la inmensa totalidad de los asistentes estaban con sus parejas cantando las canciones a pleno pulmón. Algunos con lágrimas en los ojos, otros con sonrisas difíciles de borrar. Qué bonita es la música cuando se permite entrar en las emociones más primarias del ser humano. Y, sobre todo, teniendo en cuenta las letras de rompecorazones y robanovias que escribían los Despistaos en sus tiempos jóvenes.

Llegaba la recta final con «Los Días Contados», «Cuando Aún Sabíamos Volar», «Cuando Lloras», «Las Cosas Se Me Olvidan» y «Estoy Aquí». En ese momento, llegaba el turno de dar las «Gracias» como solo ellos saben y salir del escenario para esperar un coreo del respetable pidiendo los bises que, obviamente, no se iban a olvidar.

Antes del apocalíptico final, el guitarrista y compositor José Krespo salió solo ante el peligro para interpretar «Un Beso y Nada Más». Era la calma previa a la tormenta, donde la nueva versión de «Estrella» y los exitazos «Mi Accidente Preferido», «Física o Química» y «Cada 2 Minutos» fueron los encargados de dar por finalizado un concierto lleno de salvia rockera.

Hacía tiempo que no iba a un concierto donde se lanzaban púas (quizá por la mala influencia que hace el género urbano en mi persona) pero de vez en cuando está bien volver de nuevo a tus raíces. A escuchar a esos artistas con los que te adentraste en la música. Y Despistaos, con su gira 20 aniversario, anuncian por los cuatro costados que están en un estado de forma excelso.

Juan Fernández

Codirector en busca de un estilo claro. Del hip-hop al rock y tiro porque me toca.

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