Rabolagartija 2019 | Crónica del segundo día (16 de agosto)

La segunda fecha del evento nos juntó conciertos con entrevistas con varios de los artistas
Era viernes 16 de agosto. Nos despertábamos dentro de la acampada sol del festival a eso de las 9:00, pues más no se puede dormir. El agua de la ducha, tan gélida como siempre, esperaba agazapada para atacar los cuerpos de los valientes que buscaban estar limpios. La estampa mañanera de estos lugares no suele ser muy alentadora. Caras adormiladas, andares desganados y legañas por doquier. El segundo día del festival tenía en su programa nombres tan interesantes como Iseo & Dodosound, Auxili o los inmortales SFDK. También nos concederían entrevista dos bandas tan dispares como Valira y Narco en un día muy completo lleno de sobresaltos.

Tras haber visto de reojo las actuaciones de Iratxo y Los De Marras, esperábamos con ansia el escenario Rockberto donde, según lo planificado, la siempre elegante Iseo pisaría fuerte para hacer gala de su reggae tan místico. Te hace volar, aparte de su elegancia, hay que mencionar esa sonrisa que no se borra en ningún momento de su cara. Esa sensación de libertad sobre un escenario le hace moverse con una simplicidad inusual, al ritmo de composiciones de una gran magnitud como “Freedom”, “Roots in The Air” o “Vampire”. A pesar de esto, se hizo de rogar en los primeros minutos de concierto, como buen espectáculo de roots que se le aprecie, dando la oportunidad de lucirse a los músicos que le acompañaban: The Mousehunters. Fue demasiado corto para mi gusto, o así se me hizo a mí. Además, comenzó a las 20:10, de las mejores horas para comenzar a meterte en el ambiente. La voz de Iseo, tan dulce como sus expresiones faciales, hizo que una hora se pasase en 15 minutos. Y tras esto, nos tocaba irnos a preparar la primera entrevista del día con Valira, cuyo concierto era el siguiente en la lista.

Que un grupo como ellos tocase en el escenario pequeño del festival pasó factura. Han sacado uno de los mejores discos del año con ese “Ecos de Aventura”, han llegado a gustar a gente fuera de diferentes ámbitos y, por encima de todo, han hecho una gran gira festivalera mucho antes de pisar salas. ¿Cuántos grupos pueden decir eso? Sea como fuere, Valira montaba su set en un Caparrilla Stage donde seguían estando los adornos del pasado Leyendas del Rock y se esperaba para ver cuánta gente iría a ver a la formación. Y una buena entrada que poco a poco fue a más pudo disfrutar de unos animales que se comen el escenario con un pop-rock contundente y delicado a partes iguales.
Repasaron su disco al completo, con temas de la talla de “Vértigo”, “El Animal” o “El Capitán” que la gente cantó con efusividad sin notar a su voz prohibida como con “Los Suicidas”. El punto más malo fue no poder escuchar la voz de Juan Zanza, muy bajo sonido del micrófono en comparación con los instrumentos. Es el problema de los escenarios secundarios, ya entendéis mi crítica inicial. Me gusta mucho este proyecto, su intención y sus músicos. Me gusta que suene tan original, con muchas influencias y un único sonido. Por esto, ver a un festival entero, o su proporción en el concierto de Valira, coreando “La Exiliada Multitud”, “Corazones Ambulantes” o “Guerra Fría” me resulta fascinante y satisfactorio. Además, sus compañeros de Nativa no quisieron perderse este concierto, reflejo de grata amistad. Nos volveremos a ver.

El penúltimo grupo marcado en nuestra agenda era SFDK. Llegamos ya empezado, y justo pudimos ver a un fuerte Zatu viviendo su segunda juventud. Veinticinco años sobre los escenarios, se dice pronto. Comenzaron cuando yo ni siquiera había nacido y están en un momento de forma inmejorable. No me imagino como estarían a finales de los 90 y principios de siglo en las giras de discazos como “Siempre Fuertes” o “2001: Odisea en el Lodo”. Es increíble cómo su disco “Redención” se ha convertido ya en un clásico, siendo esta su gira de presentación. Todo el mundo se sabe de principio a fin “Lucifer”, “Cara B” o “Agua Pasá” aunque El Ingeniero no se atreva a interpretar la parte del Kaze.
Con este, sumo cuatro conciertos vistos de los sevillanos en esta gira, ampliable a un quinto que asoma por la esquina y no me canso. Alguien quería hip-hop y aquí encontró ración de sobra de Original Rap. Puede salir Acción Sánchez como una estrella del rock, guitarrista de los platos o colocar unos tubos que tiran más humo que una convención de fumadores, porque son auténticos showmans. Poca gente habla del Zatu disfrazado de un sex-simbol de los 60s en “Los Funkcionarios” y tampoco dan una pista sobre el paradero de Wifly. Pese a que duela a los medios generalistas, dieron apoyo al punto violenta del recinto (antes de que pasara toda la movida en el BioRitme) y dieron muestra de que los años no pasan para ellos. Se fueron como auténticos vencedores del día, y con razón. Miles de personas disfrutaron de este dúo de andaluces capaces de mover hasta a los muertos. Una hora y diez minutos, incluso pasados, de talento con mayúsculas.

Y no había sueño. Nos quedamos viendo a los Narco antes de que a las 03:10 saliesen al escenario los de Ontinyent. Había un rumor sobre el público de que, ese día, Auxili la iba a liar. No voz a decir yo lo que tenéis que deducir vosotros, pero lo que es innegable es que han mejorado con creces su directo. A esas horas ya había desvariado. ¿Tocaron primero “Converses de Balcons” o “Com Camot”? En estos momentos el orden se me escapa, pero lo que no se me escapó fue la coreografía que se han currado. Fue un gran cierre de día que despertó a los que ya tenían sueño. Si salen Julio Maloa y Senka, los compañeros de La Raíz y Nativa, para interpretar junto a ellos “Rude Girl” hay ovación. Si suena la canción festivernera “Foc i Vent”, ovación. Todo volvía locos a los asistentes, el País Valencià disfrutó mucho con esta actuación, y mereció la pena la espera.
No voy a mentir, preferiría poder disfrutar de Auxili a un horario más asequible, pues acabar a las 04:10 cansa, como debe ser. Y después hay que esperar un tiempo más para que tiren todo el arsenal que tienen entre púas, baquetas y bolsas de “Si Tu Vols”. Yo me llevé una baqueta del Miguel Ramos para tocar esa batería que no tengo, pero la guardaré junto a las de Smoking Souls, Bostok y La Raíz, entre otros.
Y así ponía punto y final al segundo trayecto a las instalaciones del Polideportivo Municipal de Villena, tocaba llegar al camping y evitar oír los megáfonos para dormir tranquilamente. Solo quedaba un día con actuaciones de altos vuelos como la de Rozalén, ZOO o Jamones con Tacones. Buenas noches.