Carolina Durante | El concierto que sí te mereces
La banda madrileña pisó Alicante en un concierto atípico pero al que no le faltó sentimiento
Un día nos metimos en un pogo sin saber que sería el último. Atrás quedaron momentos donde tenías que sacar el codo a pasear para conseguir una primera fila más que disputada, cantar un tema abrazado a un desconocido o compartir un mini de cerveza con el de tu derecha. Ahora hay que reservar asientos, pegarle una pegatina para marcar tu territorio y ver desde tu parcela la actuación del grupo que tengas enfrente.
Hay que acostumbrarse y mi primera prueba de fuego de la llamada «nueva normalidad» fue el pasado jueves con la arrolladora banda Carolina Durante en el Puerto de Alicante. El ciclo Noches Mediterráneas abrió un amplio abanico de conciertos para poder ver a nombres de reconocido prestigio nacional como Amaral, Miss Cafeína o Loquillo (junto al poeta Gabriel Sopeña). Y dentro de estas actuaciones tan poco urbanas, nos interesó asistir al evento de un grupo mal llamado indie pero que, a efectos prácticos, son el trap del género. Carolina Durante desafía etiquetas con una música más cercana al punk y con una forma rockera de entender la música con locura y distorsiones, gritos al cielo y la búsqueda de un sonido propio que les catapulta hacia lo alto de la industria.
Si se asiste a su actuación, es porque la virtuosidad y los arreglos pijos los dejas a un lado. Ver a Diego Ibáñez y compañía en directo tiene una intencionalidad concreta: la concepción del show desde el punto de vista de una persona que ha chupado un sapo cedido por Nacho Vidal en Alipark. Es una extraña sensación de enloquecimiento que agrada, y como buenos masoquistas queremos más. Al fin y al cabo, la música se debe vivir de una forma que te permita disfrutar de todas las formas y variedades musicales que te ofrece el panorama, siendo de verdadera importancia los productos que se han fundamentado desde la innovación y no bajo la copia.
Y no defraudaron. Desde que salieron como verdaderas estrellas del rock frente a un público que se arrodillaba a sus pies —o se sentaba más bien—, hicieron muestra del carisma que derrochan frente a una consecución non stop de sus temas. Comenzaron de lleno desgranando uno de sus nuevos singles «Lo Segundo, Ya No Tanto» con una sonoridad propia de un clásico de la banda. Así pudimos ver que los tres temas que simbolizan la novedad de Carolina Durante son un filón en directo. Pero no solo eso, grandes composiciones ya contrastadas como «Nuevas Formas de Hacer el Ridículo» o «Buenos Consejos, Peores Personas» sonaban impresionantes incluso dentro del foso habilitado para los fotógrafos.
He de decir que, pese a la calidad sonora, el público parecía tardar en entrar al juego de una nueva forma de consumir conciertos, aunque poco a poco las personas fueros levantándose de sus asientos para moverse dentro de sus respectivas zonas asignadas. Seguían con «El Año» mientras los periodistas íbamos a instalarnos en nuestros respectivas zonas —en nuestro caso palés—. Disfrutaba del espectáculo junto a Jordi y Salomé de La Musikalité, con los que siempre es un placer compartir zona de prensa.
Un inconveniente del día seleccionado era que el Real Madrid se jugaba la liga frente al Villareal, información de vital importancia para Diego antes de dar comienzo al magno «Himno Titular». Aquí fue cuando el recinto explotó. El cambio de chip de los allí respetables se hizo notar y los saltos y gritos se hicieron algo recurrente a partir de ese momento. Comenzaba a volver el ambiente de concierto clásico, y esto incluso conmueve. Me prometí que no iba a llorar y lo sucedido se queda off the record.
Lo cierto es que los artistas siguen siendo cosa del presente, y estos genios supieron crear un espectáculo que no cayó en ningún momento. Podía sonar «En Verano», «Cuando Niño» o «El Parque de las Balas»; que entraban como si fuesen piezas sinfónicas del mismísimo Beethoven. La sucesión de «Niña de Hielo» y «No Tan Jóvenes» fue el gran desencadenante de la efusividad descontrolada. Parecía que el público, inmerso en su alegría desbordada, adoptada como suyos los movimientos arbitrarios del frontman de la banda.
Un pequeño desbarajuste sonoro momentáneo no embarró una noche agitada donde se celebraba cada canción como una victoria social. Era el primer concierto post-confinamiento para muchos —yo incluido— y eso se notaba. Las tres pantallas que presidían el escenario aprovechaban las distorsiones de la guitarra de Mario para provocar epilepsia. Volviendo al setlist de la noche, «Cementerio (El Último Parque)» y «KLK» fueron el preludio de un coro unísono de la gran «Joder, No Sé». Se acercaba la recta final y ni el grupo ni el público querían que aquello se acabara.
«Falta Sentimiento» y la atronadora «La Canción Que No Te Mereces» fueron las últimas canciones antes del abismo. La montaña rusa subía, el traqueteo de las vías comenzaba a sonar y se veía una caída vertiginosa en el horizonte. Fue escuchar los primeros acordes de «Las Canciones de Juanita» y lo siguiente que recuerdo ver fue birras caídas, gargantas exteriorizadas y saltos que ni con Tequila. Ese fue el comienzo del final, que continuó con una extensa banda sonora de temazos como «Necromántico», «Perdona (Ahora Sí Que Sí)», un «Cayetano» al ritmo speed como si se tratase de una cover de Lendakaris Muertos y la finiquitadora «La Noche de los Muertos Vivientes».
El grupo se despidió y el respetable enfilaba el camino hacia la salida cuando de repente, fieles a la entrega de la gente allí presente, se prepararon para hacer el segundo bis de la historia del grupo. Alicante era la seleccionada para que los Carolina Durante interpretasen fuera de lo pactado la gran «El Perro de Tu Señorío» y la versión normal de su single más conocido «Cayetano». «Ahora votan a Vox, antes a Ciudadanos». Llega a ser hermoso escuchar a gente que se podría semejar al prototipo de persona pija que habla la canción cantar a viva voz este tema.
Cuestiones políticas aparte, me gustó volver a disfrutar de música en directo, un privilegio de esta «nueva normalidad» que saluda con el codo y luego te abraza. El Puerto de Alicante fue testigo de la magia y el carisma de cuatro tíos que llenan allá por donde van. En los próximos días pasarán más artistas por ese escenario como «Viva Suecia», «Coque Malla», «El Kanka» o «Second». Mucha calidad que se escapa de nuestras bases urbanas pero no de nuestro criterio musical.
Acabo esta crónica agradecido a Juan Pedrayes en mayor medida, a Mario del Valle por ser tan majo, a los guiris borrachos por su espectáculo y al barman del chiringuito por la sutil forma de hacer desfilar a la gente. Y por supuesto a Producciones Baltimore por su profesionalidad.
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