Cactus: «Los perfiles individualistas son los que triunfan en la música urbana»
La música en valenciano, tras la salida de grupos como ZOO, Auxili o La Gossa Sorda, ha cedido el testigo a una nueva oleada de formaciones entre las que se encuentra Cactus. Muchos quieren presagiar el hundimiento de una escena que vivió su época dorada a la par que el auge de los festivales mestizos. Ahora, Cactus parece dispuesto a ser el grupo que vuelva a levantar una industria junto a otros nombres como La Fúmiga, El Diluvi o Prozak Soup. Tras su disco homónimo, están presentando su nuevo trabajo «Roma», un LP grabado antes de la entrada de Samantha en el programa de Operación Triunfo y que les está llevando por un camino lleno de novedades melódicas.
Pregunta: Estáis presentando vuestro nuevo trabajo “Roma”. 10 cortes que dan un giro mayor a la sonoridad del grupo. ¿Qué lo diferencia de vuestro primer trabajo?
Respuesta: Lo que ha cambiado sobre todo es que, en el primer disco, la formación era nueva y poco a poco hemos ido conociéndonos más. Eso nos ha hecho saber utilizar mejor las herramientas que tenemos y encajar cada ingrediente en un todo que tuviese sentido. Con la experiencia hemos sabido encontrar mejor qué queríamos como resultado.
P: Hemos visto una apuesta por una mayor variedad musical, ¿era algo que estaba en vuestros planes previos a la realización del disco?
R: El disco es muy versátil, pero conseguimos englobar todo dentro de la música urbana. Nosotros nos movemos en un circuito y una escena en la que meter mucho hip-hop en un directo es complicado. Tocamos en muchas verbenas y festivales, y queríamos tener una amalgama lo suficientemente grande como para que el bolo fuese dinámico. Nosotros nos movemos bien en la música urbana y hemos intentado seguir una variedad dentro del estilo que nos permitiese meter cosas más movidas. En líneas generales, hemos mantenido la esencia del hardcore en muchos temas y, en todos ellos, está el rapeo presente.
P: Adentrándonos en el disco, podemos ver que “K Pateo” es un reggaetón con píldoras críticas y sociales, cosa que deja en mal lugar a las mentes más críticas con el género.
R: Lo cierto es que, en el panorama en que nos movemos, existe una hipocresía muy marcada hacia el género. Nuestra intención a la hora de componer el tema era quitar esos complejos que no sirven para nada. Al final, no importa el estilo sino qué expresas y qué cuentas. Estás haciendo un reggaetón y, a su vez, estás contando cosas que le pueden interesar a la gente. No es necesario que la temática sea misógina ni machista.
P: Vuestra esencia más reivindicativa se puede percibir en composiciones como “Al Carrer”. ¿Creéis que la letra contestataria os puede restar dinamismo a la festividad?
R: Hemos intentado conseguir dinamismo siendo conscientes de por dónde nos estábamos moviendo. No podíamos dejar de lado una tradición y una cultura de la música protesta que nos precede en el circuito en el que nos movemos; no podíamos dejarla huérfana. En casi todas las canciones, a pesar de intentar tener ese punto más festivo y de entretenimiento puro, sigue habiendo pinceladas de algunas frases que van más hacia la protesta o hacia el tema político. “Al Carrer” es la canción que más se identifica con ello y veíamos necesario que estuviera en el disco.
P: ¿Sigue siendo el mensaje vuestro principal objetivo?
R: ¿La reivindicación política? No, nos estamos intentando desmarcar de ello pero sin irnos del todo. Esta es la sociedad en la que vivimos y nos la estamos comiendo cada día con patatas. No podemos dejar de obviar cosas que están pasando y que nos afectan directamente. Intentamos plasmarlo en nuestras composiciones, pero sin que sea la fuente principal de nuestra música. Hay mucha gente que está haciendo esto desde hace años y no pretendemos superarlos. Todo el mundo puede intuir de qué palo vamos, no es necesario decirlo en cada frase.
P: Tenéis canciones con Prozak Soup y La Fúmiga. Estos últimos y vosotros parecéis ser los elegidos para coger el testigo de la nueva escena en valenciano. ¿Cómo surgen estas colaboraciones?
R: La amistad ha ido surgiendo de la coincidencia en festivales; con La Fúmiga, de hecho, nuestro crecimiento ha ido en paralelo. Con uno compartimos oficina de management y con el otro, discográfica. Grabamos en el mismo estudio, hemos compartido escenarios, tenemos amistades en común… Todo esto se traduce en una creciente amistad que se va forjando y que hemos querido plasmar en este disco.
P: Es lo bueno de esta escena, todos los grupos se conocen entre sí.
R: Totalmente. Y con la idea de tener un poco más de dinamismo en nuestro disco, tenía sentido que hiciésemos colaboraciones con grupos un poco más alejados de nuestro género. La Fúmiga hace una música que se acerca un poco más a la tradicional valenciana y Prozak hace electrónica muy hardcore.
P: Dejáis resquicios del egotrip del rapper en muchos de vuestros temas. En “No Sabía Lo Que Fer”, Eldemuro se considera el mejor MC del País Valencià. ¿Es necesario tirar de ego para sobrevivir en la industria?
R: No es necesario, pero nosotros queríamos decirlo porque es verdad. No encontrarás a un rapero valenciano que fluya como Eldemuro y, si lo encuentras, avísanos (risas). Ahora hablando en serio, nos estamos educando a salir de ahí porque al principio de Cactus todo era muy egotrip. Al final, uno tiene que ir puliéndose pensando en que somos un grupo y no uno solo haciendo gala de su ego de rapper. Pero cuesta salir de ahí cuando, además de ser lo que hemos mamado desde nuestros inicios, en la industria está en auge el uso del egotrip. Lo que arrasa ahora en la música urbana son los perfiles individualistas. Por todo esto, de alguna forma seguirá presente.
P: Todas estas canciones las estáis presentando en una pequeña gira junto a Prozak Soup. ¿Cómo ha recibido el público los nuevos temas?
R: Estamos muy contentos porque esto lo empezamos en la sala 16 Toneladas de Valencia con un sold out. La gente respondió de forma increíble cantando todas y cada una de las canciones, a pesar de ser jueves. Salir de nuestra zona de confort, ir a una ciudad como Valencia entre semana, a una hora difícil para los que tenían que trabajar al día siguiente y ver ese recibimiento cuando el disco no hace ni un mes que está en la calle nos hace prever lo que va a ser para nosotros este año. La tendencia es ascendente y, apoyados por distintos factores tanto internos como externos al grupo, estamos teniendo suerte y esperamos que esto vaya a más.
P: Hablando con Auxili, comentábamos la decadencia cada vez más visible de esta escena. Sin embargo, ver estas cosas hace presagiar lo contrario, ¿no?
R: Queremos creer que la cosa va a ir bien. No es casualidad que hayamos llenado, porque hemos trabajado en todas las direcciones para que eso ocurriese. Aparte, hemos hecho mucho curro detrás con la promoción del bolo para que la gente viniese.
P: Una de las preguntas que parecen obvias es la referente a Samantha, que ha tenido que salir del grupo para entrar en el programa de Operación Triunfo. ¿Cómo ha afectado su salida?
R: Samantha para nosotros es una muy buena amiga y queremos lo mejor para ella. Sabemos que esto es un sueño suyo desde siempre y estamos súper orgullosos de que lo haya podido cumplir. Sí que es cierto que, en un principio, fue un palo para nosotros porque habíamos invertido un montón en que ella fuese la imagen del grupo y el disco que teníamos entre manos aún no estaba en la calle. Fue algo inesperado y por lo que nos hemos tenido que recomponer de forma repentina. Teníamos muchos compromisos referentes a “Roma” y, de un día para otro, nos quedamos sin uno de los pilares de Cactus.
P: ¿Hubiese sido mejor para la banda que su salida sucediera en otro momento?
R: Claro, no es lo mismo que te pase a una semana de sacar el disco con varios conciertos y festivales cerrados a que te pille en el proceso grabación y poder tener un margen de reacción. Ha coincidido todo y por suerte hemos conseguido salir adelante, ha sido una prueba para nosotros que nos ha hecho más fuertes. Se podría decir que es como un máster en la Universidad Rey Juan Carlos, aunque ahí los regalan.
P: ¿Y cómo habéis solucionado su ausencia?
R: Hemos hecho un fichaje brutal para suplir a Samantha como es Ana Campoy y estamos adaptándonos mutuamente. Además, ha pesar del palo inicial, hemos intentado aprovechar la exposición mediática que nos ha dado. Esa es la parte buena, conseguir sacar rédito de su estela.
P: Esa era una de las cuestiones que quería plantearos, el tema de haber conseguido nuevos seguidores al hilo de su participación en el programa.
R: Por lo menos hemos conseguido ser escuchados fuera de nuestra zona de confort: País Valencià, Països Catalans y Baleares. Ahora, a pesar de la barrera del idioma, nos conoce gente de Albacete, de Madrid o incluso de Buenos Aires que han entrado a raíz de seguir a Sam en OT. Si el producto es malo, el público no responde y, sin embargo, hemos visto cómo la gente lo ha pillado con cariño. Eso te abre muchas puertas y vamos a aprovecharlo al máximo.
P: ¿En algún momento surgió la posibilidad de la desaparición de Cactus?
R: Para nada. Hubiese sido inviable para nosotros después del esfuerzo titánico que hemos hecho en una inversión de la que apenas podemos hacernos cargo. Esto tenía que seguir sí o sí y, además, estamos seguros de que, con este factor o sin él, el proyecto va a ir hacia arriba. El grupo no ha dejado de crecer desde que nació y sabíamos que había que salir a flote. Lo más importante es que confiamos en nosotros mismos.
P: Un tema interesante para el País Valencià ha sido, desde su vuelta, la televisión pública. ¿Cuál es vuestra opinión acerca de la acción de À Punt con la música local?
R: Nos han llamado desde la radio para ir a presentar “Roma”, pero parece que se está deshinchando bastante À Punt. Está desconectada en el aspecto de grupos jóvenes, pero tampoco nos sentimos en posición de hacer ese tipo de juicios. A la televisión no hemos ido, aunque hubo una llamada por ahí que no cuajó.
P: La gente echaba en falta un producto de radiotelevisión valenciana y, ahora que se tiene, falta esa solidaridad con grupos jóvenes.
R: Claro, pero falta que ellos quieran arriesgarse y apoyar este tipo de iniciativas. Ellos van más por la bandurria y la dolçaina y este rollo más clásico. Parece que lo urbano o callejero les de miedo, pero ya llamarán. Les hemos dejado la tarjeta bajo la puerta, pero con el número falso (risas).
P: Os hemos visto actuando tanto con grupos catalanes como con raperos de la calidad de Hard GZ o Kaze. ¿Es Cactus un proyecto apto para moverse por diferentes escenas?
R: Esto es más complicado. Cuando teloneamos a raperos de ese calibre tenemos más respeto porque no vamos a actuar ante un público que haya venido a vernos a nosotros. Es un reto por el tema del lenguaje y porque la gente va a estar más fría al principio y nos la vamos a tener que ganar. No es como un festival en el que los asistentes son oyentes de la escena y no nos va a costar trabajo llevárnoslos a nuestro terreno. Estas cosas son las que nos ponen a prueba.
P: La música urbana se ha abierto mucho en los últimos años y ha entrado en ella gente con ideología contraria. ¿Qué opináis de ello y que esperáis de esa gente cuando ve un concierto vuestro?
R: Esperamos respeto, sobre todo. Cada uno se expresa y canta como quiere y, si a alguien no le gusta, que se salga a fumar un cigarrillo. Para quien está delante con el micro es un reto que está ahí. Sabemos que vamos a contar ciertas cosas y nos va a afectar, positiva o negativamente, la reacción que tenga el receptor. Y como este tipo de artistas tiene un público más amplio de ideologías distintas, pues tienden a mojarse menos, impone un poco. Aspiramos a ganarnos al público y que se lo acaben pasando bien. Además, cantamos en valenciano así que muchos no nos van a entender (risas).
P: ¿Es una incoherencia esta expansión de ideologías en el hip-hop?
R: Mucha gente no sabe de donde viene el rap ni hacia dónde va. Actualmente, puedes escuchar a un rapero o a un trapero y no sentirte identificado con lo que dice, pero al fin y al cabo cada uno hace su música y plasma en ella lo que quiere. La música evoluciona y, por esa regla de tres, nosotros no podríamos hacer hip-hop porque ni somos negros del Bronx ni hemos estado vendiendo crack.
P: Para acabar, ¿qué nos depara el futuro de Cactus?
R: Ahora te dejamos el teléfono de Raphel y se lo preguntas a él (risas). Sabemos lo que vamos a hacer hoy pero no lo que haremos mañana. A corto plazo, nos esperará una extensa gira que ya iremos desvelando y seguramente sorprenderemos con algún single nuevo a pesar de tener el disco tan reciente. En este mercado hay que estar todo el rato activo y, una vez ha salido el disco, nuestra mente ya está pensando en lo siguiente. De cara a un futuro largo, nuestra intención es seguir creciendo y que nuestra parábola de progresión sea ascendente. Pero para que eso se cumpla, tenemos que currar como jabatos.
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