Barraques de Sitges 2021 (3) | Un final de altos vuelos
Era lunes 16 de agosto y se avecinaba la última jornada de Barraques de Sitges 2021. Los conciertos de Suu, Lildami y Oques Grasses eran los designados para clausurar una edición algo atípica. Había ganas de música y las entradas estaban todas vendidas, tanto es así que la cola en el inicio de DJ Ceba era kilométrica.
No me gusta la cebolla, he de reconocerlo, pero el repertorio lleno de himnos que trajo a Sitges gustó a todo el mundo y sacó alguna que otra sonrisa de los allí presentes. ¿Quién iba a pensar que acabaríamos escuchando un remix de «Breaking Free» envueltos en un halo de perroflauteo máximo?
La session, también entre conciertos, permitió que el público cantase canciones de grupos más acordes con la temática como Malifeta, ZOO o Iseo & Dodosound. Sin embargo, la primera artista en pisar ese escenario portaría al evento un sonido diferente. El decorado ya anunciaba que la catalana Suu estaba preparada para deleitar a su público con su último trabajo discográfico «Ventura» (2020), más cercano a un indie-pop que ha saciado con creces la sed de música de sus fans.
Con toda su banda arriba de las tablas, toda conjuntada de blanco, la artista salió la última, ukelele en mano, para dar comienzo a un recital que arrancó con «Si No Saltas». Para las horas que eran, y bajo la predominancia de un sol que dificultaba las cosas, el público pareció responder a la llamada del concierto: personas de edades muy diversas ocuparon los primeros asientos del recinto. Siempre es bonito ver a niños y niñas disfrutar de la música en directo. Crear este tipo de hábitos desde la infancia puede ayudar a mantener viva una llama que se ha quedado a medio gas en esta etapa tan atípica.
Siguiendo con el show, era interesante ver a su séquito de amigas inseparables detrás de las vallas saltando y gritando cada canción, apoyo que la propia artista notaba arriba del escenario. Aunque las revoluciones iniciales fueron más pausadas, pues a la comentada anteriormente le siguieron otras canciones como «Todo lo que canto» o la reciente «Barcelona Tropical», enseguida llegó el momento de recordar el disco que le llevó a la cima del panorama catalán.
«Reinas» y «Lligar No És Lo Teu» fueron los dos primeros temas que levantaron una auténtica ovación por parte del público. Era mi primera vez en un concierto de Suu y el resultado estaba siendo más que positivo. Porque el proyecto no es solo ella, la banda que le acompaña le aporta un grado de adrenalina que suma revoluciones al directo. Ya podíamos estar escuchando «Soy» o «Natural» que ya todo sonaba a hit.
Todos se sumaron a esta espiral de sobreexcitación y, tras «No Eres Tan Especial», el batería Quim Cubero explotó con un solo que estaba deseando realizar. Ese descontrol intencionado marcaba el ecuador del concierto y la entrada de una recta final en la que nadie podría parar de cantar.
Inauguraron el principio del final con «Quédate Conmigo», una versión del tema de La La Love You que ya se ha vuelto un clásico en el repertorio de Suu. Y en el momento más álgido, donde el público se quedó sin voz coreando el estribillo, decidieron dejar a la artista sola ante el peligro para deleitarnos con su sencillez en «Mi Casa».
Ese contraste dejó un ambiente muy especial que se rompió con un tema que deseo cantar y bailar cuando el cese de las restricciones nos lo permita. «Algo de Mí» asaltó Sitges sin la presencia de Adrià Salas pero con Miquel Cubero como sustituto. La conexión entre artista y público se hizo patente y la retahíla de himnos no cesó con un broche de oro protagonizado por «Eres un Temazo» y «Tant de Bo».
Me fui contento de mi primer acercamiento a un concierto de la artista catalana que está en boca de todos. En el Pirata Rock de Gandía de 2019 no pude llegar a tiempo a verla y no podía dejar escapar esta segunda oportunidad. Tiene una facilidad casi innata de conectar con su oyente, independientemente de la edad de este, y sabe sacar partido a su posición en la escena.
Mientras el stand de merchandising de Suu estaba repleto de gente, nosotros decidimos ir a la zona de mesas para tomar algo antes de que comenzase el próximo concierto. El siguiente artista en pisar el escenario de Sitges era uno al que desde esta página se le tiene un cariño especial. El logo de Lildami ya estaba preparado en la mesa de mezclas y el público iba cogiendo sitio para presenciar el espectáculo que preparaba el chuleta oficial de la vaina en catalán.
Era la segunda vez que vería al rapper catalán tras su paso por la Universidad de Alicante junto a Auxili hace unos años. En este tiempo, entre otras novedades, se encuentra la publicación de su segundo trabajo discográfico «Viatge en Espiral» (2021), un disco que presentó en URBAN LIFE con una interesante entrevista.
Pero Dami nunca está solo, junto a él siempre están sus inseparables Emotional G y Sr. Chen. De hecho, ellos fueron los dos primeros en pisar la madera del escenario y los encargados de dar comienzo a una intro en forma de medley que desembocó en la primera canción de la noche: «2080». Pese a ser una de las más recientes, el público parece haber adoptado bien esta crónica de una tragedia futurista anunciada. Desde el foso de fotógrafos llegaban los cánticos de los allí presentes que tenían ganas de devorar los nuevos temas en directo.
A continuación llegó una de las canciones más movidas del repertorio de Lildami, «Otra Raya Pal Tigre», y hacer una foto en la que se estuviese quieto era prácticamente imposible. Lo de imparabla iba totalmente en serio. Los bailes, poco ortodoxos, eran la esencia que guiaba el concierto. Una vez acababa «Tú També Moriràs», fui directo a mi asiento a disfrutar del resto del concierto sin la necesidad de portar la cámara en mano.
Una vez el show ya estaba encaminado y los tres artistas conseguían captar de forma atónita la atención de los espectadores, ya nada podía salir mal. Porque puede que Lildami perdiese en algunos momentos el compás del beat o que se adelantase antes con la letra, pero el esfuerzo físico que estaba haciendo parecía necesitar alguna pausa. Temas como «Xmi» o «Noi de l’Espai» le permitieron recuperar algo de aire con la entrada, en el segundo track, de Suu.
Una semana antes del evento, en Instagram, la cantante Suu hizo una ronda de preguntas y respuestas a la que un servidor respondió con la posibilidad de ver un featuring entre ambos en este tema. Poco después fue Suu la que etiquetó a Lildami ofreciéndose. Y días más tarde todos los asistentes tienen que darme las gracias por ese momento.
Egolatrías innecesarias aparte, fue bonito ver a Lildami y a Suu, uno en cada lado del escenario, interpretando una de las mejores canciones que tiene Damià en su repertorio, al menos para mi gusto. Y aunque la letra pueda fallar alguna vez, el espectáculo que estábamos presenciando borraba cualquier tipo de imperfección.
Siguieron dando rienda suelta a nuevos temas como «Multipla» o «Vermutet» antes de interpretar uno de sus grandes himnos: «Pussy Song». En este momento, Sr.Chen y Emotional G cogieron las riendas del directo e hicieron patente que esta canción iba para cualquier persona que tuviese vagina, aclaración más que importante que se llevó la ovación de todo Sitges. Chen y Mariona hicieron su clásica escenografía explícita y el público cantaba a rabiar. Era una escena muy bonita, signo de lo bien que estaba yendo el directo.
Se metieron a todo el público en el bolsillo y aún quedaba mucha tralla en el setlist que mostrar. Desde «Mentrestant» y «Res» hasta «La Wave» de Sr.Chen que levantó la arena del recinto con su potencia. En este momento volvió el segundo break de la noche con la emotiva «Provença» a una única voz.
Con esto, llegaba la recta final que iba a estar marcada por una gran cantidad de bangers que darían por finiquitada la segunda actuación del día en Barraques. «Criminals», «El Sermó (RMX)», «Deunidó», «Maleducao» y «Serrallonga» fueron las elegidas para finalizar una actuación que no se olvidó de cerrar con el tema por el que muchos han conocido a Dami: «Pau Gasol». Los tres lo dieron todo sobre el escenario. No pararon de moverse en todo momento, como si de una jornada de gimnasia se tratase, y no todos se entregan de esta forma.
Una vez el escenario quedó vacío, quedaba aún más de media hora para el siguiente concierto. Este momento fue el que aprovechamos muchos para cenar antes de que la última banda de la noche (y del festival) saltase al escenario. En las mesas, la gente hablaba del buen bolo que se habían marcado Lildami y compañía. Estoy agradecido de que a la gente buena le pasen cosas buenas, y se puede decir que ellos se pasaron el juego en Sitges.
He de reconocer que Oques Grasses era el grupo que menos he escuchado de los tres que protagonizan esta crónica. Pese a que su éxito se mide en grandes números, no había creado un fanatismo notorio hacia la banda de Roda de Ter. Sin embargo, estar allí y ver la ingente cantidad de personas que vestían sus camisetas era sinónimo del cariño que les tiene la gente.
Y no era para menos. El directo de estos músicos catalanes es digno de estudio. Estaban presentando en Sitges su nuevo disco «A Tope Amb la Vida» (2021) y temas como «Elefants» o «Lakilove» no tardaron en demostrar que el público ya los ha aceptado como clásicos de la banda. Me gustó mucho la comunión entre público y artistas, desde los bailes algo sectarios en «John Brown» hasta la fiesta del destape en «Passos Importants». Todo me pilló de primeras y la sorpresa fue muy positiva.
Creo que fue la mejor forma de cerrar el festival. El cariño que se le tiene a Oques Grasses en Cataluña es más que palpable y sacaron la sonrisa de todo un recinto rendido a sus pies. La gente se pasó de pie todo el concierto respetando su parcela, y cantaron a pleno pulmón todas y cada una de las canciones que el grupo tocaba. «Cul», «Petar-Ho», «Més Likes» junto a Mariona y Lildami o «Wake Up»; cualquier tema era recibido con vítores.
Y con esto, nuestra estancia en Barcelona llegaba a su fin. Queremos agradecer a la organización del Barraques de Sitges la oportunidad que nos brindaron y prometemos que nos volveremos a ver en otras ediciones. Se nota que se mezcla su pasión por la música y la intención de elevar más si cabe el nombre de Sitges. Todo esto con una cultura y una lengua que llevan por delante.