Asier, la figura pensante del freestyle en español

Asier Fernández Pásaro es el nombre que muchas veces se repite cuando se habla del freestyle en español. El cofundador y CEO de Urban Roosters se ha vuelto un personaje más que mediático en esta vorágine ascendente del mundo de las batallas. Su empresa ha sido la ideadora del fenómeno por excelencia de los últimos años en las competiciones de gallos: la Freestyle Master Series. Con una liga que ha traspasado fronteras, llegando a crear otras ligas a su alrededor en muchos otros países de América Latina, han conseguido evolucionar el concepto del rap improvisado hasta confines nunca imaginados.
Referencias en medio de competencias, movimientos en redes sociales con su nombre en repeat y un sinfín de polémicas que envuelven el freestyle han hecho de Urban Roosters y de sus cabezas pensantes unos habituales en la vida de muchos fans de la escena. ¿Pero qué piensa Asier de todo esto? Para poder saber de primera mano lo que pasa por la mente del CEO de la empresa que ha hecho de la improvisación una industria, tuvimos la oportunidad de charlar larga y tendidamente con él y preguntarle sobre un montón de cuestiones interesantes para muchos.
Atrás han pasado por nuestro medio personas como Chuty, Bnet, Blon o Gazir; al igual que otros rostros internaciones como Jony Beltrán, Lobo Estepario o el mismísimo Dtoke. También nos hemos acercado a la mira del host de batallas con varias charlas con Queen Mary o Bekaesh, y a la visión del jurado con un siempre amable Kapo 013 o un encantador Estrimo. Pero esta vez era diferente. Teníamos ante nosotros al albañil. Al constructor de toda una escena. Al CEO de la empresa que ha pasado de ser un portal de entrenamiento a la marca que todo el mundo desea enarbolar.
Y no es fácil llevar todo esto. Días antes de ofrecernos esta entrevista, se sinceraba en su cuenta de Twitter y ponía lo siguiente en una de sus publicaciones: «Feliz año 2022 a todos. En lo personal, me he propuesto frenar un poco, pasando de currar 70/75 horas semanales a 45/50. Aprovechando ese excedente para cuidar las relaciones con los míos«. Este hilo, que continuaba con más reflexión acerca del tema, ponía en boga una realidad basada en las dificultades que sufre una empresa como Urban Roosters con una misión empresarial basada en el largo plazo pero con necesidad de planificar la acción en el ahora.
Pregunta: Arranca un año nuevo, hecho que has aprovechado para pedir como propósito reducir tus horas de trabajo a la semana. ¿Cómo es dirigir una empresa como Urban Roosters?
Respuesta: Dirigir Urban Roosters es como realizar una tarea que te gusta pero que nunca acaba. Daría igual que el día tuviese 48 horas, seguiría teniendo tareas pendientes. Haber crecido tanto con el proyecto hace que siempre tenga la sensación de que falta algo. La única forma de no frustrarse es tratar de gestionar mejor el tiempo y tener muy definido hacia dónde puedes llegar. Al final, al ser tan obsesivo con el trabajo, lo pongo siempre como prioridad por encima de todo. Eso hace que dejes de tener tiempo de ocio y de hacer vida en general, y aun así tienes la sensación de que no acabas. Creo que tengo que habituarme a trabajar solo 9 horas diarias sin miedo a que se caiga el mundo. Uno tiene que darse el lujo de desconectar.
P: Utilizas la desconexión como un lujo. ¿No es viable dejar de dirigir Urban Roosters tantas horas?
R: El problema es que hay una mala tendencia en la empresa de trabajar en el hemisferio de lo urgente. Siempre estamos apagando fuegos. Por ponerte un ejemplo, el fin de semana pasado parte de la producción de FMS México dio positivo en COVID-19 y tuvimos que mandar gente desde Argentina y España para complementar un equipo de producción suficiente para llevar a cabo el evento. Eso hace que todo se tenga que parar para poder realizar esa jornada de FMS, algo en lo que ya habías trabajado previamente y ya pensabas tener finiquitado. Si estás en esa constante, siempre dejas cosas sin barrer. Para mí, esos días previos tuvieron un nivel frenético de trabajo para buscar soluciones en cuestión de minutos. Todas las cosas que tenía preparadas para esos días las tuve que posponer y el trabajo se me acabó acumulando.
P: En 2015 comentaste que imaginabas a Urban Roosters posicionándose a nivel mundial, algo que habéis superado con creces dando un giro de 180º al freestyle. ¿Qué te viene a la mente si echas la vista atrás?
R: Mirando en retrospectiva, lo que veo es que éramos muy ambiciosos y eso ha sido parte del éxito que hemos cosechado. Si te propones llegar a Marte, igual llegas a la Luna. La ilusión del desconocimiento también fue bastante importante. En aquel entonces, nuestras proyecciones a futuro estaban basadas en la monetización vía web. Veíamos que nuestro modelo de negocio iba a ser otro del que es a día de hoy. También te digo que es algo inherente a las startups: la capacidad de pivotar constantemente ante la realidad vivida. Es algo de lo que mejor hemos sabido hacer. Ver la realidad en cada momento y adaptarnos a ella de la mejor manera posible. La tendencia de consumo de 2015 no tiene nada que ver con la de ahora y la forma de consumo tampoco. En aquel momento, el 95% de nuestro tráfico venía del tráfico web y actualmente ese mismo porcentaje viene de dispositivos móviles. Ya en ese entonces se empezaba a ver que esa podía ser la tendencia pero se seguía navegando en el ordenador de sobremesa. Acertamos en tener una gran ambición, pero después la receta para llegar a nuestro destino fue modificándose de manera continua.
Eso también se hila con la primera pregunta: ser tan dependiente de la realidad en un momento en el que los hábitos de tendencia son menos duraderos y más cambiantes. Antes un cambio de tendencia duraba dos o tres años. Ahora en dos meses puede cambiar completamente. Con la pandemia se ha visto en el enfrentamiento YouTube versus Twitch. Eso fue una locura, haciendo que una plataforma antes casi desconocida como Twitch le haya ganado la partida en horas emitidas a YouTube. O incluso TikTok, que ha salido la noticia de que se ha convertido en la página más visitada del mundo. Estamos en un mundo que es súper rápido y esa urgencia de estar atento a lo que pasa en todo momento para no quedarte atrás es lo que hace que sea difícil conciliar la vida familiar y el ocio con el trabajo.
P: ¿Qué crees que sería del free sin Urban Roosters?
R: Seguiría habiendo free pero no se hubiese seguido la dinámica de profesionalizar el freestyle que nosotros hemos empujado. Ahora mucha gente lo adopta pero, en 2014 o 2015, cuando teníamos esa visión, se nos tachaba de locos y de fuera de la realidad de las cosas. Me acuerdo que cuando sacamos el kit de entrenamiento, muchos mensajes iban dirigidos a reprocharnos que el free no se entrenaba. Ahora tenemos un montón de canales súper potentes que cogen nuestros formatos de FMS y tienen millones de visitas solo de gente que accede a ellos para entrenar. Es algo que ya todo el mundo da por hecho. Sin Urban Roosters, el freestyle seguiría siendo un medio dentro de la industria musical. Ese es uno de los mayores logros que hemos tenido: convertir el freestyle en un fin en sí mismo para quien lo quiera. Antes solo era parte de tu camino para conseguir vender más discos.

P: En el tiempo en el que comenzasteis a realizar eventos que opacaban la buena salud de la que gozaba Red Bull, el público parecía enfrentar a ambas empresas. ¿Había un tipo de guerra entre UR y Red Bull?
R: Desde mi punto de vista, creo que somos complementarios. La capacidad de recursos que tenía Red Bull en ese momento, y que sigue teniendo a día de hoy, es muy superior a la nuestra. Han sido referentes. Fueron de los primeros que comenzaron a invertir en las batallas de freestyle. Porque éstas existen desde los setenta, pero ellos fueron los que pusieron el dinero para dar visibilidad a las batallas en base a unos objetivos que alinear con su marca. Hicieron que tuviera más repercusión y que el sector creciese. Para nosotros fue una gran oportunidad porque no hubiésemos tenido esa gran inversión en medios ni esa capacidad de recursos sin su existencia. Conseguimos ponernos a la rueda de ellos y eso ayudó a que más gente conociera nuestro producto. Y también fue bueno para el freestyle. La competencia hace que haya evolución y, si Urban Roosters no hubiera estado, seguramente la profesionalización de RedBull en cuanto a la producción de sus finales nacionales e internacionales hubiera sido más comedida. Nuestra existencia ha logrado que ellos también hayan hecho más innovaciones en sus formatos y que hayan trabajado más la puesta en escena. Esta competencia ha hecho que ambos crezcamos porque nos exige más.
P: Lo que sí parece claro es que tu empresa ha sido la que ha permitido que muchos freestylers puedan vivir únicamente de esto.
R: Esa es la parte más importante dentro de nuestra visión de profesionalización: convertir el hobby en un trabajo. Esto, además de conseguir incrementar el nivel de los freestylers al dedicarse en cuerpo y alma a esto, y no solo en sus ratos libres, ha sido muy importante para llegar al punto en el que actualmente estamos. En 2016 jamás hubiese pensado que Urban Roosters podría estar invirtiendo más de un millón en cachés de freestylers. Esta temporada vamos a invertir eso únicamente en cachés. Creo que es algo muy bonito, pues yo vengo de hacer freestyle desde hace quince años y hubiese dado lo que fuera por cobrar una pequeña parte de lo que se cobra ahora. Que haya crecido tan rápido permite que mucha gente, no todos, puedan vivir muy bien de esto. Las grandes estrellas están viviendo mucho mejor que un médico, que un abogado o que otras formaciones de trabajo que exigen más de 10 años de estudios continuos.
P: Sabiendo esto, ¿te molesta que se teorice y se cree polémica en torno a los salarios de los artistas?
R: Si es encima del escenario, no. En el freestyle prima por delante de todo la esencia de la libertad de expresión, siempre con unos límites, pues se tiene una gran repercusión. Una rima puede llegar a mucha gente y hay que ser consecuente con lo que uno dice. Pero no deja de ser la teatralización de un personaje y puede ser utilizado como recurso encima de un escenario. Sí que es verdad que va siendo hora de arrojar un poco de luz en este sentido. Tenemos una propuesta que esperamos pueda salir en el primer trimestre del año: los salarios mínimos de FMS por número de temporadas que lleve instaurada en el país, de una forma similar a la que tiene el draft en la NBA. Para que también la gente deje de teorizar y sepa cuál es el mínimo que recibe un freestyler para poder mantener a su familia o poder mantenerse él mismo. No se sabe a ciencia cierta cuánto cobran los freestylers pero se imagina. Hay que arrojar un poco de claridad sobre estas cosas, es importante recalcar que Urban Roosters, en un año de pandemia, está garantizando un millón de euros en sueldos a freestylers. La gente no es consciente de la magnitud de eso ni de lo que supone.
P: En año de pandemia habéis tenido que llevar a cabo las competiciones sin el sustento monetario que genera la venta de entradas al público. ¿Cómo vivisteis esa situación?
R: Fue una verdadera putada. 2020 iba a ser el primer año en el que Urban Roosters iba a tener beneficios como empresa según nuestras previsiones. Pero llegó la pandemia y se fue todo por el desagüe. Todo tu planteamiento de crecimiento y todo lo que pensabas que ibas a facturar se desvaneció. Cuando por fin íbamos a ver un poco la luz al tener rédito de lo que habíamos generado, fue el año que más acabamos perdiendo con mucha diferencia. Perdimos solo en ese año lo equivalente a todo lo que habíamos perdido en toda nuestra historia. También es verdad que fue una estrategia de demostrar que el freestyle era una realidad. No hay que obviar que esa inversión en lo económico, esperemos recuperarla a largo plazo, nos consolidó como marca. Al ser el freestyle un movimiento que estaba llamando la atención respecto a otros eventos o industrias culturales; siendo un año en el que, de no haber habido COVID, hubiésemos tenido eventos de freestyle por doquier, prácticamente solo Red Bull y nosotros mantuvimos la operatividad. Entonces, aunque hubo menos volumen genérico de freestyle y, por ende, menos masa seguidora, hizo que los focos se pusieran íntegramente sobre nosotros. Mantuvimos la operatividad y demostramos que éramos estables, que éramos sólidos y que éramos una realidad.

P: Si por algo os caracterizáis es por la innovación constante, ya sea modificando aspectos de las FMS, creando nuevos contenidos en plataformas como Twitch, ascenso a las ligas… ¿En qué os basáis y qué valoráis a la hora de hacer estos cambios?
R: Nos basamos en esa locura que tenemos como colectivo de personas amantes del freestyle y que dedicamos de 10 a 14 horas diarias a esto. Es nuestra primera prioridad, pero también la segunda, la tercera y la cuarta. Siempre estamos atentos a lo que sucede, escuchando siempre a nuestra comunidad. Creo que hay que darle el valor que se merece a la comunidad que se ha generado a nuestro alrededor; sin ellos, nuestra visión no se hubiera implementado y creo que la clave del éxito es que estamos co-creando entre todos algo nuevo. Es un nuevo sector, una nueva industria en la que nosotros somos uno de los motores. Hay otros motores como son los propios freestylers, pero también medios como este, que está permitiendo que suceda esta entrevista. Empiezan a surgir periodistas especializados, entrenadores, psicólogos deportivos contratados en Urban para tratar a los chicos… Creo que todos podemos aportar: desde el influencer al que le gusta crear contenido relacionado con el free hasta aquél que sueña con ser jurado profesional, freestyler o beatmaker. Lo bonito es que no lo estamos creando solos, hay detrás una comunidad que piensa como nosotros.
P: Con la creación progresiva de diferentes ligas nacionales, llega la consecuente pérdida progresiva de visualizaciones de las mismas. ¿Cabría la posibilidad de que alguna liga desapareciera si los números generados no son los esperados?
R: De momento no. Estamos en un momento muy incipiente de esta industria, déjame denominarla así. Siempre habrá momentos de crecida exponencial y otros de estabilización. A día de hoy, aunque haya ligas que tienen más repercusión o engagement que otras, cualquiera de las mismas, analizadas en el mercado local, con las audiencias que estos mercados tienen en otros eventos culturales como espectáculos o incluso deportes, obtienen números muy relevantes. De hecho, tenemos en España el triple de audiencia que la LVP. Y la Liga de Videojuegos Profesional multiplicará por veinte nuestros presupuestos y tiene muchísimas más marcas y gente detrás. Por ponerte otro ejemplo, el 2019 tuvimos la misma audiencia que el Atlético de Madrid. Son números que, al estar en el mercado digital, se les presta muy poca atención. Pero solo hay que ver el trabajo de Ibai, que está teniendo la misma repercusión que cadenas de televisión enteras. Los números están ahí. Por eso, en corto plazo, no habrá riesgo de cortar una liga por falta de números.
P: Pero no es la misma expectación la que genera la FMS española que otras como la chilena o la peruana.
R: Ahora mismo estamos enfocados en crear una industria estable y, evidentemente, tienen que haber ligas más seguidas que otras. E incluso cuando creemos la segunda división, tendrá menos audiencia que la FMS. Pero es necesaria. Y cuando creemos las ligas juveniles, seguramente tendrán menos audiencia que estas dos anteriores, pero también es necesaria. Tenemos una visión más enfocada a largo plazo. Eso también es una ventaja competitiva respecto a otros organizadores de freestyle más cortoplacistas, que solo buscan una monetización rápida del evento. Nosotros estamos jugando a 10 o 15 años vista. Lo que quiero es que mi hijo, cuando tenga 15 años, vea que esto es una industria en sí misma y que si le apetece ser el mejor del mundo y entrenar para poder serlo, que pueda sin ningún tipo de problema. Ese es mi objetivo, dejar un legado que perdure más allá de mí. Si solo pensase a corto plazo, hubiese vendido la parte de acciones que me queda o estaría haciendo esto con otro tipo de estrategia.
P: Habéis cedido derechos a Playz para que ellos se encarguen de la retransmisión en España. ¿Crees que esto va a servir para que las grandes empresas de la industria televisiva se vayan acercando cada vez más al freestyle?
R: Por supuesto. Hablamos de nuevas tendencias entre el público cuando las estadísticas indican que el público al que nosotros llegamos ya no ve la tele. O ve cosas muy concretas. Pero no están ahí, están consumiendo Twitch o YouTube. Y, o empiezan a emitir contenidos que consuma el target del futuro, o seguirán perdiendo audiencia como hasta ahora. Al final es una cuestión de tiempo, no solo con nosotros sino con las nuevas formas de entretenimiento. Es el caso de industrias como la de los e-games o la de la UFC. Había un gran lobby del boxeo que vertía muy mala política en torno a la UFC porque se veía que era un movimiento imparable que le podía desbancar, que es precisamente lo que ha acabado ocurriendo. Me acuerdo que en España, en el 2000, había reportajes que vinculaban el MMA con grupos neonazis y una serie de reacción al cambio muy fuerte. Pero ahora las tendencias están cambiando mucho más rápido que en aquél entonces y los medios tradicionales tienen que ser conscientes de ello. Los jóvenes ya no consumen su contenido y, para que lo hagan, tienen que darles contenido que les atraiga o comenzar a comunicar a través de otros canales.

P: La evolución imparable de esta, denominada por ti, industria, genera a su vez una corriente de comentarios poco sanos en internet. ¿Qué opinión tienes sobre toda la toxicidad que se crea en redes sociales en torno al freestyle?
R: La toxicidad es un mal endémico de la sociedad de hoy en día. Que estemos viviendo gran parte de nuestra vida en lo digital y no en lo real hace que se maximice esa toxicidad. Al final, si te fijas en otras industrias o en otros movimientos, esa toxicidad de la que hablamos también se hace presente. En el mundo del fútbol o de los videojuegos, por ejemplo, se nota perfectamente eso que comentas. Ojalá podamos ayudar a que eso cambie, me parece absurdo que perdamos tiempo en ser tóxicos en redes sociales. Hay que darse cuenta de que, los que se hacen oír, son los frustrados, la gente que tiene problemas. A más tóxicos, más fans. Es, al final, la ecuación con la que te tienes que quedar y tratar de que no te vislumbre el resto. Si tienes muchos haters, seguro que tienes muchos más seguidores. El caso es que muchas veces esos seguidores no destinan su tiempo en hacértelo saber o están ocultos dándote un me gusta y no le das tanta importancia como al comentario que te critica. Esa es mi visión. Ojalá desde los valores de la cultura del hip hop podamos luchar para ser una industria menos tóxica de lo que son otras. Pero ya te digo, es una tendencia a nivel global. Solo hay que ver Twitter, es una herramienta tóxica en sí misma.
P: Precisamente Twitter es la principal red social que sustenta la toxicidad de la que hablamos.
R: Me imagino que los creadores de Twitter no lo idearon con esa intención en su inicio, pero sí es verdad que a día de hoy es la red social más actual y dinámica. En Twitter se piensa en el ahora y está derivada a conseguir tu opinión de forma express. Se ha dado por hecho que Twitter es una red social tóxica y, desde ese momento, ya vale todo. En Twitter puedes decir cualquier cosa, pronunciarte anónimamente sobre algo de cualquier forma posible y no se puede luchar contra eso.
P: La deriva de ese nuevo público se comienza a palpar en el ambiente. En Alicante, mi ciudad, siempre se vivía el freestyle desde un prisma familiar, haciendo eventos que congregaban a un puñado de personas que iban a pasar la tarde viendo a gente improvisar con sus amigos. Ahora, en cambio, la escena ha cambiado. Hay más rivalidades, público que tiene favoritos desde antes de que los propios freestylers comiencen a rapear y, en general, se ha perdido esa magia antes existente ¿Crees que se ha perdido la esencia del freestyle por la maximización generada?
R: Creo que no. La esencia del freestyle siempre va a estar ahí. El caso concreto de Alicante es más una cuestión de generaciones. En ese momento hubo una generación que llamó la atención, no solo por el nivel, sino por el ambiente que se respiraba allí. Cuando yo hacía free hace unos quince años, encontrarte a alguien improvisando era como encontrarte un tesoro. Éramos muy pocos pero seguía habiendo esa esencia. El problema era que a lo mejor estabas en un corro con solo cinco personas, pero para nosotros eso ya era la hostia. Esa esencia de los cinco que estábamos en corro es la esencia que tenía el círculo de Alicante. Eso nunca se va a perder. Lo que me comentas de Alicante es equiparable, salvando las distancias, con el quinto escalón. Lo que ocurrió allí fue increíble y la esencia fue la misma yendo 10 personas al parque o 3.000. Y hay un momento en el que cambias. Igual que antes quedaba todos los jueves para rapear con mis colegas, ya no lo hago. Cuando surge ese corro, de forma improvisada, esa esencia sigue estando ahí. No creo que se haya perdido la esencia del freestyle, pero ha pasado el relevo a nuevos estandartes.
P: ¿Cuáles son esos nuevos estandartes que sustentan, para ti, el relevo del free generacional?
R: La escena de Zaragoza, por ejemplo, que antaño fue considerada la capital del hip hop por tantos referentes culturales del rap en castellano que han salido de sus tierras, no era un enclave reconocido dentro del freestyle. Al ser cuna importante del rap, tardó mucho en dar el paso que ahora está dando muy acertadamente Mira el buen rap. Esa organización está comenzando a tener ese ambiente que antiguamente se podía respirar en Alicante. En Zaragoza se denostaba el free en los primeros años, la gente prefería escribir temas en lugar de improvisar. Tiene que ver un poco por la tendencia de la ciudad. Ahora yo creo que Zaragoza, toda la zona de Andalucía e incluso Galicia están siendo zonas que recogen el testigo de lo que un día se pudo disfrutar en los parques de Alicante o de Madrid. Se están generando nuevos ecosistemas del freestyle como consecuencia de un cúmulo de factores diferenciales. Cambiará de ubicación, pero la magia del freestyle seguirá estando en los corrillos que se vayan montando con el paso del tiempo.

P: Ampliando miras, y atendiendo a esta escalada exponencial que ha vivido el free en los últimos años, ¿a qué crees que puede optar la industria en un plazo medio de tiempo?
R: Si se hacen bien las cosas, el freestyle se va a acabar de convertir en mainstream. Estamos cerca pero aún hay muchísima gente que consume freestyle y que no lo exterioriza. Seguramente veamos dinámicas como la que hizo el boxeo en su día con la primera fila, o que hace la UFC invitando a personas famosas para que el público vea que esos famosos disfrutan del deporte… Creo que las tornas van por ahí y ya comienza a producirse. Hay muchísimos jugadores de fútbol de primera división o actores de Netflix que siguen mucho el freestyle pero que no lo exteriorizan. El movimiento de Ibai, por ejemplo, que mueve masas y que públicamente dice que le encanta el freestyle, va a hacer que el free llegue a una etapa de consolidación final.
P: Al menos ya se ha conseguido que más marcas quieran entrar de lleno en este mundo.
R: Sí que es cierto que, como tú dices, al principio costaba mucho hacer entender a las marcas lo que era el freestyle, pues unían el concepto de rap con la delincuencia y los porros… Cosas que tenían en su cabeza. El estereotipo del maleante y del delincuente, que había de por sí en la sociedad, ralentizaba la negociación con cualquier marca para que confiaran en nosotros. Desde 2013 hasta 2017 no conseguimos que ninguna marca se mojara a probar. Y ahora cada vez hay más marcas que vienen directamente a nosotros, nos buscan sin que vayamos detrás, y eso es consecuencia de todo lo que te estoy diciendo. Jugando bien las cartas y estando atentos a los cánones de tendencia, el freestyle se va a instaurar como una forma de entretenimiento más, al igual que lo es la UFC o un programa de televisión cualquiera.
P: Todo lo que me comentas parece muy lejano. ¿Se asemeja en algo a la realidad del freestyle en los últimos años?
R: No hace falta irnos muy atrás para ponerte un ejemplo de esto. Los primeros años que comenzamos con la idea de profesionalizar el sector, en el 2017, todavía había gente que pensaba que esto era una burbuja. Desde 2013, con la vuelta de Red Bull, habían pasado cinco años en los que la audiencia había crecido enormemente y todo el mundo que estaba dentro tenía la noción de que lo que estaba sucediendo era una burbuja. Todavía hay gente que lo sigue pensando pero de puertas para afuera. En la mente de los freestylers ya no pasan miedos de que todo vaya a explotar en cuestión de años, esa noción la tenían incluso los mejores del mundo. A día de hoy, la gente que vive de esto no piensa que esto se vaya a acabar mañana. Es un gran logro, pero aún faltan algunos pasitos más para acabar de consolidarlo totalmente.
El otro día vi un evento de Ibai y en una hora pasaron 15 marcas. Pues eso en el freestyle todavía no pasa, y eso que somos la empresa que más marcas ha conquistado con el freestyle en este sentido. Pues imagínate competiciones que están aún más escondidas en el under, que viven con más intensidad este gran hándicap. Por suerte, nosotros como punta de lanza comenzamos a conectar con marcas, pero todo el ecosistema que hay por debajo todavía es reticente y le cuesta. Todavía tienen ciertas barreras de entrada. La falta de entendimiento y el apostar por un sector incipiente son los mayores miedos que tienen. Esa tendencia, que es al alza, se mantiene todavía en la superficie, prácticamente en la punta del iceberg. Todo eso tiene que bajar hacia abajo como ha ocurrido con los e-sports y empezar a generar una industria desde los alevines de cinco o seis años a los adultos.
P: ¿Y cómo se sigue construir una industria partiendo de las piezas que ya se tienen?
R: De momento solo hemos desarrollado, en mi visión, el campeonato individual. Haciendo un paralelismo con el tenis, el mejor jugador, Rafa Nadal, no es el mejor en parejas. Y creo que en el freestyle falta por desarrollar los circuitos de parejas, de tríos… Todo eso falta por explotarlo, pues solo hay pequeñas iniciativas que se integran repartiendo los puntos dentro del ranking individual. Faltan, como te digo, muchas cosas aún por construir. Queda por formar un sistema más sólido que comience a generar las infraestructuras de abajo arriba, para que las competiciones más pequeñas o regionales comiencen a acceder también a financiación y a recursos de marcas. Esa sería la industria ideal del freestyle.
P: Para eso hace falta iniciativa y, exceptuando a Urban Roosters, cuesta ver entendimiento y sosiego para pensar tranquilamente en una forma de negocio para el freestyle.
R: Mi sensación es la de estar jugando mil partidas de ajedrez a la vez. Muchas veces competimos incluso con el propio sector en vez de cocrear, que es a lo que aspiramos. A veces, sin quererlo, hay gente que nos convierte en su rival a batir en vez de estar mirando esa visión a largo plazo. Es más cómodo pararse a pensar por dónde arañar mejor. También difiere mucho la visión del éxito desde fuera y la visión del éxito desde dentro. Hay gente que hasta piensa que soy millonario (risas). Por ponerte un ejemplo, si voy a un freestyler y le pago 10.000€ por participar en un evento, todo con cifras ficticias, él se piensa que solo por eso yo mínimo gano 10.000€. Yo, como persona. Porque piensan que yo, como mínimo, puedo ganar lo que les ofrezco o más. Por mucho que les digas o por mucho que vean los números, piensan que es mentira porque no conciben el no ganar dinero a corto plazo. No se entiende eso y Urban Roosters ha estado apostando a riesgo todo el rato. El año pasado mantuvimos la operatividad pidiendo préstamos, ICOs, vendiendo parte de la empresa y tal; y eso no se ve. El camino se tiene que basar en pensar en un rendimiento a largo plazo y cooperar entre todos. Si jugamos todos contra todos, todo esto dejará de tener sentido.
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