Alberto Gambino: “Ahora los chavales quieren ser ricos, en nuestra época queríamos ser felices”

Alberto Gambino: “Ahora los chavales quieren ser ricos, en nuestra época queríamos ser felices”

Historia de la música en España. Con 43 años a sus espaldas, el artista valenciano Alberto Gambino, quien nos hiciera cantar y bailar desmedidamente hace casi quince años (y que a día de hoy lo sigue haciendo) con su hit “Purpurina”, regresa a la escena con su último álbum “Chancletas”. En este trabajo podemos apreciar un Alberto Gambino más construido, pero sin apartar el estilo gamberro y fiestero que siempre le ha caracterizado. Hemos tenido el placer de charlar con él en las oficinas de Taste the Floor acerca de su trayectoria, su nuevo trabajo y de hacer un repaso de la escena urbana: desde la época de los videolyrics “robados” de Youtube con temas que siguen sonando a día de hoy hasta una posible “mercantilización” del producto musical.

PREGUNTA: El pasado mes de octubre vio la luz tu último trabajo “Chancletas”, un disco que gira en torno a una temática festiva con melodías muy animadas y con letras con un estilo un poco “gamberro”. ¿Cómo valoras esta vuelta a la escena y cómo has visto su recibimiento por parte del público?

RESPUESTA: Estoy muy contento con el resultado. Puede que sea uno de los discos con los que más satisfecho estoy porque he trabajado yo casi toda la producción. Hacía mucho tiempo que no me implicaba tanto en un trabajo en el que incluso he podido invertir un poco de dinero en los vídeos del propio disco. Es una satisfacción. ¿Que cómo lo ha acogido la gente? Si te digo la verdad, no me paro mucho a mirar el feedback.

P: No eres de mirar números.

R: Lo único que más o menos controlo de los lanzamientos es YouTube y trabajo para que no muera mi canal más que en otra cosa (risas). Los números para mí no son reales, pero eso no quiere decir que no me importen. Necesito dinero para alimentar a mi camada y para invertir en nuevos proyectos.

No soy muy consciente de los números. Yo creo que mi disco debe de haber gustado a la gente: viniendo ahora en el AVE lo iba escuchando y me siento contento con el resultado. Sí que podía haberle metido un poco más de caña a las letras porque, bajo mi punto de vista, son muy blandas.

P: ¿Esas letras pueden ser motivación para futuros proyectos?

R: No lo sé. Si no le he sacado a todo más punta ha sido también por el sonido que he ido sacando y por donde quería dirigirlo. Digamos que la música es muy festiva: quería canciones para tocar en festivales que fueran muy playeras. He utilizado mucho el patrón rítmico del reggaetón. A nivel de escritura y a nivel de métrica me ha llevado a hacer lo más correcto, y entonces sí es verdad que se queda un poco suavecito para mi gusto. Por otra parte, el año pasado escuché la canción que había hecho con Dave Bee en el «Comunicología», allá por 1999, y me he dado cuenta que llevo haciendo las mismas macarradas toda mi vida (risas).

P: Independientemente de la edad

R: Claro, yo decía… ¿Hasta dónde quiero llegar yo con este personaje? Pero sí si sale yo lo voy a dejar fluir. Si voy a escribir y me apetece hacer algo más rapeado, con unos temas que no sean tan festivos, lo haré. Va dependiendo de lo que me apetece y de lo que me pide el cuerpo.

P: Una evolución natural de tu propia música

R: Sí, correcto. Y tengo el privilegio de que yo me lo puedo permitir. Por mi edad, no por mis grandes éxitos ni por la pasta. Mi perspectiva de toda una carrera me permite poder sacar lo que quiera y eso es una gozada porque tengo una libertad brutal y me hace muy feliz.

alberto gambino
Foto promocional de Taste The Floor

 P: ¿Crees que sigues manteniendo ese público que hace 13 años disfrutaba tanto de una de las canciones más escuchadas en España como fue «Purpurina»?

R: Fíjate que ahora todo el mundo está intentando convertir la industria musical en matemáticas. Si te digo la verdad, yo no sé muy bien cuál es mi público. Me he abierto tanto que tengo unos oyentes muy dispares.

P: ¿Lo comentas a nivel actual o respecto a cuando empezaste en la música y tampoco tenías un público muy definido?

R: A cuando empecé en la música. Yo siempre he tenido seguidores a los que le gustaba el rap, pero que también escuchaban otro tipo de música más abierta. Un público no tan fundamentalista o tan estricto como lo eran con el rap de esa época. Con “Purpurina”, mi música consiguió abrirse más a gente fuera del movimiento hip hop y eso es lo que me ha distorsionado. A mí me conoce todo el mundo pero yo no conozco a quien me escucha. Ahora lo mismo me encuentro a un tío de mi edad que me dice: “bua tío, eres el puto amo, yo te sigo escuchando”, que me viene una niña de 15 años y me dice: “no, es que yo solo escucho Purpurina».

Y claro, ya he sacado cinco o seis discos. Se mueve todo con tanta disparidad, es todo tan loco, que hace tiempo que he dejado de mirar el target. Cuando lanzo un proyecto, ¿me tiene que entrevistar tu medio o me tiene que entrevistar Los 40? ¡Pues que me entrevisten todos! Yo quiero creer que me puede escuchar cualquiera, porque mi música la hago pensando en eso, que me pueda escuchar cualquiera que tenga más de 18 años, sentido del humor y que no tenga complejos de nada. Que no le importe escuchar burradas.

P: ¿Cómo es convivir con el hecho de que la mayoría de público actual que te conoce sea por esa canción? ¿Temes que te pueda encasillar solamente en «Purpurina»?

R: Me convierte en uno de los one hit wonder (risas) mejor conservados de la industria, ¿no? Porque comparado con otros artistas de mi época yo soy el que mejor se conserva. He tenido que aceptar que «Purpurina» la he hecho yo. Siempre lo cuento en todas las entrevistas, pero yo nunca he sacado un videoclip de «Purpurina». Fue una de las primeras canciones en hacerse viral sin videoclip en aquella época y empezó a funcionar porque YouTube era un solar, había poca cosa.

P: De hecho es un lyrics video

R: Los millones de reproducciones que tuvo «Purpurina» en YouTube y ni si quiera lo colgué yo.

P: Te cogieron la canción, le pusieron la letra, lo subieron y a generar visitas…

R: Sí, «Purpurina» forma parte de una mixtape que yo no pude distribuir de ninguna manera porque no tenía los derechos legales. Al fin y al cabo yo estaba haciendo versiones con instrumentales de otros, algo que era muy maquetero: la época de descarga gratuita y seguir haciendo promo. Era una especie de juego que se fue de las manos. Yo he asumido que no se me va a repetir el caso de «Purpurina» porque es muy complejo cómo se hizo grande funcionando sola, de forma muy analógica.

Cada uno la interpreta de diferente manera: me han dicho desde que es machista hasta que habla de la liberación de la mujer. Siempre ha sido una canción algo controvertida. Siempre cuento que en la época en la que petaba «Purpurina», yo no podía ir a un festival a cantar mis canciones de rap, me han llegado a lanzar botellas por cantarla hace muchos años. Pero luego en esa misma época iba a discotecas de electrolatino en las que, por contrato, solo podía cantar ese tema. Es complicado, con lo que a mí me ha pasado, buscar un hueco. Pero ahora todo eso es diferente, porque existe un cambio generacional.

P: Como artista que ha vivido de lleno desde dentro el auge del reggaeton, en una época en la que tal vez estaba socialmente aceptada solamente por un nicho concreto de la población, ¿cómo has vivido la evolución de la industria?

R: Vertiginosamente. Porque la industria se veía venir, pero luego el cambio parece que sea de un día para otro. Según va avanzando el tiempo, las etapas son cada vez más cortas, se va comprimiendo todo. Es una lógica destructiva. Por un parte, ahora cualquiera puede hacer un disco, eso es maravilloso. Siempre trabajé para poder sentarme en mi propio homestudio porque, cuando empecé, te tenías que meter en un estudio, pagarlo, buscar productores, hacer videoclips… En esa época era una locura encontrar a alguien que te hiciese un videoclip y la producción era muy cara. Ahora son todo facilidades.

Pero por otra parte, que la industria haya apretado tanto consigue convertir la música en el McDonald’s. Si tú consigues sacar una canción y un videoclip en un solo día, olé tus huevos. Pero los resultados van a ser diferentes para el que se dedique a hacer una canción en un mes laboriosamente y tarde otros dos en sacar un videoclip.

 P: Por tanto, ¿crees que esa inmediatez puede determinar que un artista pueda sacar una canción en un periodo muy reducido de tiempo, pero que luego su carrera no tenga longevidad?

R: Correcto.  Es el tema de tener una carrera más construida. Que se puede sacar un tema en cuestión de una semana, pero luego no tener más continuidad. Es como si yo hubiera sacado «Purpurina» ahora en 2023… ¿Estaría 13 años sonando? A día de hoy suena y mucho. Cuando se acercan fallas me arde el móvil porque la están poniendo en todos los sitios. Y estamos hablando de 13 años después.

P: En uno de tus temas de tu último álbum, concretamente en “Te doy con la chancleta”, cuentas con una colaboración con Bejo, integrante del grupo canario Locoplaya. ¿Cómo ha sido colaborar y entenderte en el estudio con una artista perteneciente a otra generación?

R: Es una de las cosas que me llevo de este disco, el haber podido trabajar con Bejo. Su planteamiento se parece mucho al mío artísticamente: le gusta pintar y dibujar como a mí. Un tío creativo con el que puedo tirarme horas hablando y trabajando sin problemas. Espero que él haya aprendido algo de mí porque yo de él he aprendido mucho.

De todo el mundo aprendes, hasta del chaval más joven. Yo ahora mismo estoy aprendiendo sobre la métrica y la producción del drill. Comprender lo novedoso me interesa porque lo analizo aunque no me veo haciendo ese tipo de de canciones, quizá por tener muy arraigado el estilo con ciertos bpm. No obstante, analizo y escucho a peña joven e intento producirlo para ver cómo sería. Aunque tampoco voy a sacar un disco de drill. O sí, quién sabe.

P: Hilando con este asunto de las nuevas vertientes, no sé si estás al tanto de la escena actual del rap en España.

R: No lo estoy ahora ni lo he estado nunca. Mis referencias siempre han sido americanas. Sé que hay gente joven que está haciendo letras muy buenas, pero a mí me da la sensación de que a nivel de composición ha bajado un poco la calidad. Han bajado las inquietudes, el pensar, la artesanía de la escritura… Entiendo que antes teníamos una temática generacional de superación, de que el barrio está mal y vamos a salir adelante… Y ahora veo que los chavales lo que quieren es ser ricos mientras que en nuestra época queríamos ser felices.

P: Tal vez ese mensaje reivindicativo ahora tiene otra finalidad encubierta que va ligada con la fama y el dinero.

R: Exacto, y ojo, no me refiero a la reivindicación política, digo reivindicativo hacia la vida, saber hacia dónde vas. Porque esto es un viaje que hay que hacer. Habrá gente que vaya en Lamborghini, pero a mí, por ejemplo, el Lamborghini no me sirve para nada porque no tengo para poner las sillas de los chiquillos. Me da un poco de pena que vayan tan descarrilados.

P: Para finalizar esta entrevista… ¿Hasta cuándo tienes pensado sacar música y cuáles son tus planes de futuro una vez sacado el disco?

R: (Risas) Pues es la pregunta que me hago todos los días. ¿Hasta cuándo voy a estar vendiendo la moto? No lo sé, hay una cosa que es inamovible para mí que es la motivación. Yo soy una persona muy creativa. Yo no puedo pasar un día o dos sin hacer algo, sin producir un beat, sin escribir una letra, sin crear… Nunca he buscado un fin económico, un fin de posicionamiento o una vida. Lo hago porque lo necesito.

A todo el mundo se lo explico y todo el mundo me mira con la misma cara. Yo necesito hacer esto para vivir. A lo mejor tengo 70 años y estoy grabando canciones en mi casa. A lo mejor no salen porque se me ha pasado el arroz, pero mientras tenga la motivación, que es lo que me da pánico perder, voy tirando hacia adelante y haciendo las cosas para ser feliz.

A día de hoy pienso que es un logro mantenerse, ya no por números, ni por dinero, ni por reproducciones: mantenerse a nivel emocional y a nivel de cabeza. Es un desafío. Cuesta mantenerse creativo y ser fuerte a nivel mental después de tantos años.

Sergio Ruiz de Gopegui

Amor y rap es todo lo que necesito

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