Agoney | Respeto, diversidad y vida

Era 12 de marzo y Valencia se preparaba una vez más para un concierto de los ya clásicos Nits Acustiques. Esta vez, el turno era del artista tinerfeño Agoney, un artista salido de la cantera de Operación Triunfo 2017 que tan buenos artistas ha dado.
Eran las 18:00 y el Teatro Plazeta se encargaba de subir pequeñas stories a sus redes referentes a la prueba de sonido y a lo que iba ser una velada mágica, y es que se veía que no era un simple concierto. Unos juegos de luces y una puesta en escena con telas hacía presagiar que íbamos a disfrutar de un espectáculo artístico en todos los sentidos. A las 19:15, de forma puntual, se abrían las puertas y una cola de gente de múltiples edades entre jóvenes, personas mayores y padres acompañando a sus hijos se ponían en una fila bien ordenada y distanciada para acceder al recinto donde la seguridad y la gente que trabaja en el evento certificando entradas iban con sus mascarillas y con geles y termómetros para el cumplimiento del protocolo de seguridad e higiene antes de entrar al teatro. Una vez dentro, eran ubicados en sus asientos mientras eran informados de que había que guardar los dos asientos de distancia entre el público para así garantizar la distancia reglada por el gobierno en cuanto a seguridad en espectáculos culturales.

Eran ya las 20:15, con un poco de retraso el concierto daba inicio, empezando con una pequeño intro de piano tocado por el pianista que abrió la boca de los fans que se morían de ganas de ver al chico de la eterna sonrisa. Y es que nada más hacer acto de presencia, se intuía que era uno de esos artistas puros y auténticos. Podían mentir igual sus palabras, pero no ese brillo que tenían sus ojos al mirar al público, y es que hubo varias veces que casi rompe a llorar. El concierto empezó con la canción » Volver a Ver», un tema que habla de lo que es una ruptura de relación en la que uno queda muy tocado. Esta canción hizo magia haciendo poner a más de uno, entre los que me incluyo, la piel de gallina. Y confieso incluso que solté una lagrima recordando tiempos pasados, y es que Agoney es eso, emociones y sentimientos.
Otra canción que cabe destacar es «Quizás» un tema que habla del amor propio, de cuando es necesario irse de personas que sabemos que no nos hacen bien. Sin duda, cabe resaltar, aparte de su calidad vocal y su registro de notas altas mantenidas sin apenas necesitar esfuerzo, su pronunciación en inglés y francés con canciones como «Earth Song» del fallecido rey del pop Michael Jackson » o temas como «Je suis venu te diré que je m’en vais» de Serge Gainsbourg. También hay que hacer mención a su versión de «Dream On» de los grandes del rock Aerosmith.

También hubo momentos para la complicidad con su público. Con diversos mensajes y proclamas sobre ser uno mismo y la libertad de amar sin condiciones ni imposiciones. También para resaltar, como suele ser ya habitual pero no por ello menos necesario, que la cultura es segura. Segura y necesaria. No obstante, también hubo tiempo para las risas y es que Agoney es tan natural y espontáneo que cualquier momento causa una risa, valga como ejemplo cuando soltó una palabrota y preguntó si había niños. Y efectivamente si, había uno, a lo que el cantante dijo que eso no se tenía que hacer, rompiendo el público en una sonora carcajada. También cuando contó la forma en que se compuso una de sus canciones, fruto de una borrachera que pudo acabar mal (gracias, para los amantes de la buena música, que no fue así)
El concierto fue acabando como empezó, con una energía brutal que ponía la piel erizada, con un espectáculo de luces a la altura de la capacidad vocal del ex de Operación Triunfo. Una noche para el recuerdo que nunca olvidaremos los allí presentes. Qué bonita es la música cuando hay artistas así de perfectos que la interpretan.